México impulsa una ambiciosa reforma de las telecomunicaciones con un amplio consenso
- La iniciativa prevé cambios en la Constitución
- Cuatro partidos han consensuado el acuerdo
- Pretenden asegurar la cobertura universal de televisión, radio, telefonía y datos
- Las empresas de Carlos Slim tienen el control de telefonía
El Gobierno mexicano ha presentado una ambiciosa reforma en materia de telecomunicaciones, que cuenta con el respaldo de cuatro fuerzas políticas y toca los intereses de empresas poderosas que hasta ahora habían rechazado la apertura en el sector.
Con esta iniciativa, que prevé cambios en la Constitución, el Estado recupera la competencia en el sector clave de las telecomunicaciones, promueve la competencia y abre la puerta a la inversión extranjera.
La reforma es fruto del consenso alcanzado por las formaciones políticas firmantes del Pacto por México, el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Verde Ecologista (PVEM).
Buenos precios, calidad y diversidad de contenidos
En un acto "inédito" en el que estuvo acompañado por los líderes de esos partidos, el presidente Enrique Peña Nieto destacó que el objetivo de la iniciativa es asegurar la cobertura universal a los servicios de televisión, radio, telefonía y datos, así como buenos precios, calidad y diversidad de contenidos.
La reforma, que será enviada en las próximas horas a la Cámara de Diputados, obliga al Estado a garantizar la libertad de expresión, acceso a información veraz, plural y oportuna, así como a las tecnologías de la información y de comunicación, incluida la banda ancha, explicó.
Además, establece una nueva arquitectura institucional en favor de la competencia económica y la certidumbre legal, señaló el mandatario, quien precisó que el Ejecutivo ahora no estará a cargo de otorgar o renovar las concesiones en materia de radiodifusión y telecomunicaciones.
Control institucional a un mercado concentrado
De ser aprobada la iniciativa, dicha tarea recaerá en el nuevo Instituto Federal de las Telecomunicaciones, un organismo autónomo que podrá ordenar la separación de activos de compañías, sancionar a los concesionarios e imponer límites a la concentración nacional y regional de frecuencias.
Lucha contra el monopolio
La reforma contempla la licitación de dos nuevos canales de televisión en el corto plazo, así como la instalación de una red compartida de servicios de telecomunicaciones al por mayor, que impulse el acceso de la población al servicio de banda ancha.
También obliga al Congreso a establecer tipos penales que castiguen "severamente prácticas monopólicas o fenómenos de concentración", regular el derecho de réplica y prohibir difundir "publicidad engañosa o subrepticia".
Además, establece nuevas reglas para la emisión de contenidos entre concesionarios de televisión abierta y restringida.
Peña Nieto destacó que la reforma incluye medidas para acelerar la competencia en telecomunicaciones y radiodifusión e impulsar el sector en el "menor tiempo posible".
"Nueva forma de analfabetismo y de exclusión social"
En la era del conocimiento no tener acceso a estos servicios es una "nueva forma de analfabetismo y de exclusión social", aseguró el gobernante, convencido de que esta iniciativa es clave para acelerar el desarrollo e impulsar la productividad y el crecimiento económico.
El presidente reconoció que la iniciativa representa "desafíos para las empresas del sector, pero también les abre nuevas oportunidades", aunque para ello deberán invertir, innovar, mejorar sus tarifas y la calidad de sus servicios.
La reforma eleva de 49 a 100% la posible participación de inversión extranjera directa en telecomunicaciones y comunicación vía satélite, así como de cero al 49 por ciento en radiodifusión.
En un informe presentado hace un año, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) aseguró que la falta de competencia en el sector le ha costado a México 25.800 millones de dólares por año (1,8 % del producto interno bruto).
Las empresas de Carlos Slim, de las grandes "damnificadas"
Las empresas América Móvil y Telmex, del magnate Carlos Slim, controlan la mayor parte de la telefonía móvil y fija en México, con el 70 y el 84 % del mercado, respectivamente.
El grupo Televisa, de Emilio Azcárraga, es la empresa dominante en televisión abierta, con casi el 70% del mercado, seguida por TV Azteca, de Ricardo Salinas Pliego, con alrededor del 30%.
En la primera reacción tras el anuncio, la cadena Televisa dio la bienvenida a la iniciativa y consideró positiva la competencia, "el mejor motor para el desarrollo y el crecimiento económico".
La empresa se "ha preparado para competir en un campo más parejo, con nuevas reglas del juego como las que contempla la reforma", y seguirá invirtiendo en la producción de mejores contenidos y desarrollando y ofreciendo servicios en televisión restringida, acceso a internet de banda ancha y telefonía fija y móvil.
Los partidos políticos firmantes del Pacto por México calificaron como "histórica" y "trascendental" una reforma, en su opinión, supondrá una revolución en el campo de las telecomunicaciones que fortalecerá la libertad de expresión, democratizará los medios y aumentará la calidad y el acceso a estos servicios.