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El mayor problema en los trastornos del sueño es la falta de diagnóstico

  • Un 30% de la población española padece trastornos del sueño
  • Los neurólogos recomiendan revisiones si se sufre somnolencia excesiva
  • La falta de tratamiento puede ocasionar otras enfermedades

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El insomnio afecta, al parecer, más a las mujeres
El insomnio afecta, al parecer, más a las mujeres

La Sociedad Española de Neurología (SEN) ha difundido hoy que la falta de diagnóstico es el aspecto clave en los trastornos del sueño. Y es que más del 30% de la población española padece trastornos del sueño, de los cuales, un 4% lo padece de forma crónica.

La SEN estima que un 90% de los pacientes con apnea del sueño o con síndrome de piernas inquietas y entre un 60 y un 80% de los pacientes con narcolepsia no están diagnosticados. Son datos facilitados por la institución coincidiendo con el Día Mundial del Sueño.

"A pesar de los avances que se han producido en los últimos años, tanto en diagnóstico como tratamiento, son trastornos que, en demasiadas ocasiones, pasan desapercibidos y no se tratan adecuadamente”, ha señalado el coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la SEN, el doctor Hernando Pérez Díaz.

Riesgos de no dormir adecuadamente

Pérez Díaz ha subrayado que si no se consideran estos trastornos "se reduce la calidad de vida y el rendimiento diario de quienes lo sufren". Asimismo, no dormir adecuadamente aumenta el riesgo de hipertensión -y en consecuencia, de sufrir un accidente cerebrovascular-, afectan a la capacidad intelectual, al rendimiento, y pueden agravar el propio desarrollo de otras enfermedades que, entre otros síntomas, cursan con trastornos del sueño.

El insomnio es el trastorno de sueño más frecuente, según apunta la SEN. Los estudios epidemiológicos que se han realizado en nuestro país estiman una prevalencia entre el 20-30% y parece ser más habitual en mujeres (en una proporción de 1:1,2-2).

El insomnio parece ser más habitual en mujeres

El especialista ha señalado que las cifras podrían haber aumentado en los últimos años por las alteraciones del ritmo biológico del sueño generados por los cambios de hábitos de ocio y alimentación de la población española y por el aumento de las situaciones de estrés de la actual situación económica.

Un indicador de este aumento fueron los resultados de la última Encuesta sobre Alcohol y Drogas, en la que se señalaba que, en los últimos seis años, se ha duplicado el número de personas que consumen somníferos, tranquilizantes o sedantes, ha explicado el doctor Pérez Díaz.

Otros síndromes del sueño

Tras el insomnio, los trastornos del sueño más comunes son el síndrome de apneas-hipopneas del sueño y el síndrome de las piernas inquietas. El síndrome de las piernas inquietas afecta aproximadamente a un 10% de la población, siendo las personas mayores de 50 años las más propensas a sufrirlo, y su principal consecuencia es el insomnio.

Por su parte, el síndrome de la apnea del sueño afecta, en los países desarrollados, a un 2-4% de la población, aunque presenta una mayor incidencia entre varones de edad adulta con sobrepeso y mujeres que ya han pasado la menopausia.

La apnea está relacionada con los accidentes cerebrovasculares

“Existen numerosos estudios que indican una clara relación entre apnea y los accidentes cerebrovasculares. Hasta el punto de que se ha estimado que el 63% de las personas con problemas cerebrovasculares experimentan más de 10 apneas por hora. Además, en un 50% de los casos, las apneas generan pequeñas lesiones cerebrales que a la larga pueden ser causa de demencia”, señala el doctor Hernando Pérez. “Por lo tanto, identificar y tratar adecuadamente a ese 90% de pacientes con apnea del sueño que no están diagnosticados, es primordial”.

Aunque menos habitual, la narcolepsia es otro trastorno del sueño cuyo síntoma más incapacitante es la somnolencia excesiva diurna y cuya efeméride se conmemora este lunes 18 de marzo. Afecta a unas 25.000 personas en España pero, teniendo en cuenta el alto porcentaje de pacientes que no están diagnosticados y que, en algunos casos, no se detecta hasta los 10 años de haber comenzado a tener los primeros síntomas, su incidencia podría ser mayor.

“El principal problema para el diagnóstico de estos trastornos, como por ejemplo la narcolepsia, es que sus síntomas se pueden atribuir a otras causas más habituales, como exceso de trabajo, estrés o falta de sueño. Además, a los pacientes con somnolencia diurna, a menudo se les acusa de vagos, juerguistas o carentes de vitaminas, por los prejuicios existentes en la población hacia este tipo de problemas”, explica el Dr. Hernando Pérez.

Se aconseja ir al neurólogo si se sufre somnolencia excesiva durante más de tres meses

“Es importante, por lo tanto, no solo concienciar a la población sobre la problemática que viven estos pacientes, sino saber que se debe acudir al neurólogo cuando se experimente somnolencia excesiva durante más de tres meses”.

La narcolepsia se produce generalmente a la carencia de un neuropéptido llamado hipocretina, responsable de que nos mantengamos en vigilia y su principal síntoma es la cataplejía.

“Se refiere a episodios súbitos de perdida de tono muscular: parciales, percibidos como pequeñas sacudidas mandibulares, caídas de la cabeza o debilidad en las piernas; o completas, con incluso caídas al suelo. Se desencadenan por emociones intensas tanto positivas, como algo que provoque mucha risa, como negativas, como puede ser una discusión acalorada. Además, los pacientes asocian parálisis de sueño y alucinaciones visuales, táctiles o auditivas, al inicio del sueño o al despertar”, comenta el doctor Hernando Pérez.

Aparte de estos trastornos habría que señalar otros menos frecuentes como las parasomnias no REM, tipo sonambulismo, que suelen estar ligadas al desarrollo y por lo tanto tienden a desaparecer o a disminuir con la edad, pero que también perjudican el buen sueño. “Y, por supuesto los trastornos de sueño REM que, en los últimos años, su estudio ha cobrado un mayor interés, porque ha comenzado a ser analizado como una posible primera manifestación de enfermedades como el Parkinson o la demencia con cuerpos de Lewy”, concluye Pérez.