Del "rottweiller" al "soldado" de Dios
- Benedicto XVI pasó de "Rottweiler" a "pastor rodeado de lobos"
- La primera impresión de Bergoglio levanta muchas expectativas
- La elección de su secretario de Estado marcará su pontificado
A la pregunta “¿qué le pides al próximo papa?”, la mayoría de los fieles que esperaban bajo el aguacero en la plaza de San Pedro, atentos a la chimenea, respondían lo mismo: “que sea joven, humilde, sencillo, cercano a los pobres y que conecte con el pueblo”. Y, a juzgar por la exultante reacción tras la elección de Jorge Bergoglio, sus rezos fueron escuchados.
Al balcón del Vaticano se asomó un hombre (no tan joven) sin estola ni crucifijo de oro, que inclinó la cabeza y pidió la bendición de los fieles. Y que, además, se hace llamar Francisco, el santo de los pobres y el misionero evangelizador. El arzobispo de Buenos Aires llegaba del fin del mundo al corazón de la cristiandad rompiendo récords. Primer papa argentino, latinoamericano, jesuita y con nombre rompedor.
“En su primera aparición hizo algo insólito: puso a los fieles de rodillas a rezar ante Dios”, afirma la decana de la prensa vaticana, excorresponsal de TVE, Paloma Gómez Borrero. Los devotos se marcharon flotando en un halo de esperanza. Il poverello ha causado una primera impresión inmejorable, muy distinta a la que causó Benedicto XVI. Pero, ¿hay qué fiarse de las primeras impresiones?
De perro a pastor de lobos
La elección de Joseph Ratzinger no fue una sorpresa. Entró como el cardenal favorito en el cónclave de 2005 y cuando salió como papa, todos habían leido bien su controvertido expediente. Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe -el equivalente a la antigua Inquisición- tenía fama de defender posturas de lo más ortodoxas con mano de hierro.
“Empezó como Rottweiler y terminó siendo un pastor rodeado de lobos“
“A Benedicto XVI lo juzgaron y condenaron desde el primer momento y al final no fue tanto el papa alemán y frío que auguraron” advierte a RTVE.es sobre el “peligro” de las primeras impresiones el sacerdote argentino y vicerrector del Colegio Eclesiástico Santiago Causino.
Benedicto XVI inició su pontificado como el “rottweiler” de Dios, y ocho años después, L’Osservatore Romano el diario del Vaticano, le despidió como un “pastor rodeado de lobos”. Al guardián de la ortodoxia le faltaron fuerzas para enfrentarse a las luchas de poder de la Curia, la traición de su mayordomo, los escándalos de pederastia y el descontrol de las opacas finanzas vaticanas. Pero se fue como el primer papa tuitero y un teólogo reconocido que, para muchos, entendió con valentía cuando había que decir adiós.
El hombre que renunció a ser papa
Y le pasó el testigo, curiosamente, a un hombre que ya había renunciado antes que él a ser papa. Bergoglio fue el segundo candidato más votado en el cónclave de 2005, por detrás de Ratzinger, pero se retiró de la contienda, dicen los vaticanistas, para evitar divisiones entre los purpurados. Y en esta elección, su perfil, parecía que iba a ser el de un elector influyente pero no elegible.
“Estaba en el pelotón y se colocó en la primera fila“
Documentos del Vatileaks indicaban que Benedicto XVI había designado como sucesor a Angelo Scola tras catapultarle al arzobispado de Milán, un trampolín al papado. Hay analistas que, incluso, aseguraron que el papa emérito pilotaría desde la sombra la elección de su sucesor. Pero parece que se equivocaron. Como las quinielas de la mayoría de la prensa italiana e internacional.
"En términos de ciclismo estaba en el pelotón y ha pasado a la primera fila", comenta a RTVE.es el portavoz adjunto del Vaticano, José María Gil Tamayo, para quién la elección fue una "sorpresa" y un "motivo de esperanza".
El único medio que anticipó que Bergoglio podría convertirse en la sorpresa fue el diario argentino La Nación. Su corresponsal en Roma, Elisabetta Piqué, una referencia de la prensa vaticana, explica a RTVE.es los motivos: “Se ganó el respeto de los cardenales en 2005 y en las congregaciones generales volvió a impresionarles con una intervención muy ajustada a las necesidades de la Iglesia”.
Piqué afirma que ni Scola ni el brasileño favorito Odilo Pedro Scherer terminaron de convencer, mientras que Bergoglio, “por su estilo de vida simple y por no estar respaldado por ningún lobby”, se erigió en el candidato del desempate. A priori, Piqué subraya que el no haberse querido llamar Francisco I es ya un gesto de “ruptura con una forma de gobierno que entiende la Iglesia como una monarquía absoluta".
Soldado en busca de oficiales
El obispo que viajaba en metro, que lavó los pies a los presos, que se enfrentó a los Kirchner. Son las pinceladas más coloridas de su currículum. También las hay grises. Las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo critican que guardara silencio durante la dictadura cívico-militar. Y su postura sobre el matrimonio homosexual, el celibato y el sacerdocio femenino es inflexible.
"Hay que esperar a qué elija secretario de Estado para saber de verdad cómo quiere que sea su pontificado. No creo que tenga a Bertone durante mucho tiempo", señala a RTVE.es el experto vaticanista, Eric Frattini.
En el manejo de la Curia es dónde se jugará, en parte, su capacidad de liderazgo. El autor de Los cuervos del Vaticano cree que al no estar tan "contaminado" por las intrigas vaticanas tendrá más margen de maniobra para hacer "limpieza". "Tendrá que demostrar si es el soldado de Dios jesuita que necesita la Iglesia", añade.