La CND y el Ballet de la Generalitat Valenciana se unen para homenajear al Bolero de Ravel
- Tres coreografías actuales en torno a la obra más célebre de Ravel
- El ballet valenciano ofrece Two duets&Two trios (Naharin) y Bolero (Malandain)
- La CND, una poética y vitalista interpretación de Walking Mad de Johan Inger
- Hasta el 24 de marzo en los Teatros del Canal
Durante cinco días, desde el miércoles hasta este domingo, la Compañía Nacional de Danza (CND) y el Ballet de la Generalitat Valenciana, ofrecen tres coreografías basadas en el Bolero de Maurice Ravel, que estamos tan acostumbrados a escuchar -como obra sinfónica- que solemos olvidar que también se puede ver -como obra escénica- y que de hecho, fue creado en 1928 para ser bailado por Ida Rubinstein.
En este Homenaje al Bolero en los Teatros del Canal, la CND y el Ballet de la Generalitat Valenciana nos lo recuerdan intepretando 3 coreografías basadas en la obra y estrenadas como quien dice hace unos días, en 2010, 2011 y 2012: Two duets &Two trios de Ohad Naharin, Bolero de Thierry Malandain y Walking Mad de Johan Inger. Las dos primeras a cargo del ballet valenciano y la última, con la CND.
El conjunto es un espectáculo ecléctico, que nos da aproximaciones muy diferentes a un mismo tema y que, durando 1 hora 50 minutos, con descanso, parece transcurrir en mucho menos tiempo. El orden de las piezas, hace que, como en la obra de Ravel, el interés vaya in crescendo, y el tiempo se pase volando...en la Sala Roja (la grande) de los Teatros del Canal.
De más a menos, y con una coda introspectiva, tras la apoteosis final del Bolero de la última coreografía; Bolero que suena, y es de agradecer, a lo largo de la obra, con tres versiones muy diferentes de la obra, alguna tan curiosa como la de Isao Tomita -compositor de música electrónica japonés- que suena en Two duets&Two Trios
Two duets&Two Trios
Esta coreografía que presentan ahora en Madrid los Ballets de la Generalitat Valenciana la estrenaron ellos en el Teatro Principal de Valencia a finales de 2011.
El israelí Ohad Naharin es uno de los más destacados creadores actuales en el terreno de la danza.
Con Stabat Mater de Vivaldi y músicas actuales -algunas firmada por él mismo- Naharin nos guía hasta la obra musical principal: el bolero. Las parejas y los tríos de bailarines "juegan con las convenciones y las distorsionan". "Los cuerpos de los bailarines", explica el coreógrafo, con su fuerte fisicidad dibujan en esta pieza "relaciones espaciales llenas de poesía"
Bolero
Thierry Malandain es unos de los representantes principales de la danza neoclásica francesa y dirige desde 1999 el Ballet de Biarritz (Francia). Sus obras están además en el repertorio de importantes compañías de todo el mundo.
“Con Malandian parece que estamos viendo a una tribu prehistórica danzando bajo la luz de la luna“
Utilizando únicamente el Bolero de Maurice Ravel y con unos bailarines vestidos con una segunda piel, color carne, Malandain parece querer aproximarnos al aspecto más telúrico, salvaje o ancestral de la danza; algo muy en voga en la música de los inicios del XX, desde que Stravinsky estrenara La consagración de la primavera en 1913.
Cualquier oyente, cualquier espectador, siente el carácter obsesivo del Bolero y su pulsión vital que parece llegar de la noche de los tiempos. Cuando vemos interpretar esta pieza al Ballet de la Generalitat Valenciana experimentamos una doble sensación positiva.
La primera, que moviéndose al son de la pieza, como nos saldría a cualquiera hacerlo, cómo si estuvieran improvisando...
La segunda: podríamos pensar que estamos viendo a una tribu prehistórica danzando, junto a una gruta, bajo la luz de la luna.
Walking Mad
Esta coreografías del sueco Johan Inger fue la hizo suya la CND por primera vez en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el 18 de enero de 2012.
Después de ver todo lo anterior, el bailarín de la CND Allan Falieri surgió de pronto desde patio de butacas, se encaramó escenario y nos llevó hasta un paisaje urbano.
Se oían es posible, de fondo ladridos, voces... Había un muro que luego sería fundamental. Y teníamos la sensación de que comenzaba una obra teatral, una verdadera historia -en el sentido más convencional- narrada con varios elementos: la interpretación propiamente dicha, la danza e incluso las voces y gritos de los propios bailarines, tocados por cierto, con bombines o capirotes de colores.
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Viendo esta coreografía puede llegar a pensarse que el Bolero de Ravel, aquí en los cuerpos de una tribu inconfundiblemente urbana, puede tener que ver incluso con West side story. Una lectura de la obra llena de sutilidad, poesía y magia y que sugiere al hombre/mujer actual enfrentado a las cortapisas de la vida moderna
La realidad es que Johan Inger creó Walking Mad para el prestigioso Nederlands Dans Theater I en 2001, cuando se encargó a algunos jóvenes coreógrafos una creación coreográfica para una noche con orquesta.
“Con Walking Mad teníamos la sensación de que comenzaba una obra teatral, una verdadera historia“
Inger quedó cautivado por una vieja grabación para televisión de Bolero, en blanco y negro, con Zubin Mehta dirigiendo a la Filarmónica de
Los Ángeles. Así lo contó :
”Una imagen teatral; al principio el director está muy controlado, bien peinado y correcto en su imagen de director de orquesta. Pero en paralelo al crescendo musical comienza a mostrarse cada vez más dramático y excitado, como si entrara en una suerte de locura, en un estado sin control. La carga erótica estaba allí de forma natural pero yo quería deshacerme de ella, o ir más allá del hilo conductor erótico que normalmente acompaña a este tipo de música como un cliché."
Y continúa explicando así la obra: "El muro en Walking Mad es minimalista, y al igual que la música representa un minimalismo temprano. Divide el trabajo en dos estancias diferentes . Es la realidad con la que los diferentes personajes se relacionan. Una caja de resonancia hacia la que trabajan y con la que trabajan. Inicialmente hacia el frente del escenario, finalmente hacia el fondo, cuando se ha descrito una dramaturgia circular".