La crisis de los refugiados de Mali, la cara 'invisible' tras un año de conflicto
- Más de 440.000 personas, un tercio de la población, se han visto desplazadas
- De ellos, más de la mitad son niños
El pequeño Mohamed se agarra con fuerza a la guitarra que le han prestado. Ella es, dice, su mejor compañía en su nuevo hogar: el campamento de refugiados de Montao en Burkina Faso. Llegó aquí huyendo de los combates en su ciudad natal, Tombuktú, cuando se agravó el conflicto en Mali. "Allí dejé toda mi ropa, zapatos, mochilas... incluso mi guitarra", recuerda con tristeza. Él es uno de los uno de los más de 220.000 niños que se han visto obligados a huir del país, traumatizados por un año de guerra.
Casi uno de cada tres malienses, 447.000 personas, se han visto desplazados por los combates. De ellos, la mitad son niños. Acompañan a sus familias cuando huyen de los combates. “Todos abandonamos nuestras casas en coche, me da mucha pena”, recuerda Mohamed.
Ahora viven en muchas ocasiones, en condiciones críticas. El conflicto también ha interrumpido su educación y cerca de 200.000 pequeños ya no tienen acceso a sus escuelas. Pero para muchas ONG, lo más preocupante son las consecuencias psicológicas que en ellos deja el conflicto.
"Han sufrido miedo, les han sacado de su entorno, muchos de ellos han visto como algunos compañeros se quedaban en las escuelas pero sus familias huían, que están en una situación en la que no saben si van a poder retornar a su vida habitual.", comenta a TVE Concha López, la Coordinadora en España de Plan Internacional.
Crisis de desplazados
De los casi 500.000 personas forzadas a dejar sus hogares, más de la mitad son desplazados malienses. Familias del norte del país que huyen al sur buscando refugio en ciudades como Mopti o Bamako. Desplazados ‘invisibles’, que muchas veces pasan desapercibidos ante la comunidad internacional.
"Es un conflicto muy silencioso, porque no tenemos esas grandes imágenes que podríamos tener en el cuerno de África, u otros grandes conflictos internacionales donde los desplazados se ven en campamentos”, comenta Concha López. “Los desplazados de Mali están viviendo en casas de amigos, de parientes, están ubicados de manera muy dispersa sobre todo en la zona sur."
Otros, sin embargo, se ven obligados a cruzar las fronteras a los países vecinos, como Níger o Burkina Faso. Sin embargo, recuerdan desde Plan Internacional, la crisis de refugiados también afecta a estos países.
"Son países muy pobres, también, donde la situación es muy precaria, donde la falta y escasez de alimentos también se está produciendo, y donde la situación se agrava incluso más que en el propio Mali. La única ventaja es que es, digamos, es una zona 'más segura'", comenta Concha López.
Un año del golpe militar
El levantamiento independentista tuareg y un golpe de Estado militar dieron inicio, hace ya un año, a un conflicto que pronto se convirtió en una lucha contra los grupos islamistas que se hicieron con el control del norte del país.
Aprovechando la confusión generada por la rebelión tuareg, los grupos islamistas (fundamentalmente tres: Ansar Al Din, el Movimiento para la Unidad y la Yihad en África Occidental y Al Qaeda en el Magreb Islámico) se hicieron fuertes en ciudades importantes como Gao, donde imponía su interpretación más rigorista de la ley islámica. Aquello dividió el país en dos: el norte, controlado por grupos cercanos a Al Qaeda, y el sur, controlado por una débil autoridad nacional. Pero también fue un bastión para las fuerzas islamistas en el Sahel.
La intervención militar francesa con la Operación Cerval, en la que han intervenido 4.000 soldados franceses, ha permitido al Gobierno maliense retomar el control de ciudades claves del norte, pero los combates no han cesado. Refugiados en las montañas, los islamistas lanzan operaciones de ataque puntuales que desestabilizan la región.
Ayuda humanitaria insuficiente
Con estos combates, dicen las ONG, siguen los desplazamientos internos. París ha anunciado que comenzará la retirada de sus soldados a principios de abril, pero la situación humanitaria sigue siendo crítica.
De los 285 millones de euros solicitados por la ONU para ayuda humanitaria en Mali, sólo se ha recibido hasta el momento un 15 por ciento. “Es absolutamente insuficiente para atender a las poblaciones, sobre todo cuando no se ha terminado el conflicto”, comenta Concha López, de Plan Internacional. “No están llegando los fondos y las organizaciones humanitarias no podemos llevar a cabo nuestro trabajo por falta de fondos y por cuestiones de seguridad”.
Ayudas que llegarían a campamentos como el de Montao, de Burkina Faso, donde el pequeño Mohamed Ag Alí sigue soñando con volver a su país. "Iría corriendo a mi habitación a ver si mi guitarra sigue allí", comenta. Mientras tanto, dice, seguirá agarrado a la guitarra que le han prestado.