Bebo Valdés: el estilo inconfundible y la fama después del silencio
- Triunfó en Cuba con su big band en los cincuenta
- Tras la revolución comunista se exilió a Estocolmo
- Tras pasar 30 años en el anonimato volvió a conocer el éxito
- Sus colaboraciones con Trueba dieron la vuelta al mundo
Enlaces relacionados
El pianista, compositor y arregluista Bebo Valdés ha sido una figura central de la música latina del siglo XX.
Bebo Valdés (Quivicán, Cuba 1918) comenzó a los siete años sus estudios de piano, que alternaba con intervenciones en agrupaciones escolares en las que cantaba y tocaba las maracas. Con la mayoría de edad se trasladó a La Habana para ingresar en el conservatorio, a la vez que se ganaba la vida 'pelando papas' en un restaurante chino.
Su longeva carrera profesional se inició como pianista de una de las orquestas más populares de la época, la de Julio Cueva, para la cual compuso el mambo La rareza del siglo
En los cuarenta del siglo pasado, como cuenta la web Biografías del jazz, "el contrabajista cubano, Israel López Cachao cambia el curso de la música cubana con su danzón "Mambo". Fue de hecho padre del mambo que luego popularizaría Pérez Prado.
En 1948, tras un viaje a Haití que marcará toda su trayectoria musical, su carrera tomó impulso al ingresar en el legendario Club 'Tropicana', donde permaneció hasta 1957, como pianista y arreglista residente en la orquesta de Armando Romeu.
Durante esta época la música de Valdés no paraba de crecer. Creó más adelante su propia 'big band', Sabor de Cuba. Con su respaldo musical triunfaron figuras como la famosa vedette Rita Montaner y cantantes de la talla de Beny Moré o Rolando Laserie.
De los inicios de la década de 1950 datan sus 'descargas', sesiones de improvisación de jazz afrocubano que se encargaría de grabar por primera vez en la historia el conocido productor estadounidense Norman Granz, creador de Jazz at the Philarmonic y fundador del mítico sello Verve, figura clave del jazz que trabajó junto a figuras como Ella Fitzgerald y Louis Armstrong,
También por esta época inventó el batanga, un nuevo ritmo que entraba en competencia directa con el mambo de Pérez Prado y que se estrenó ante un enfervorecido público en una emisión radiofónica. Fue también en este periodo cuando conoció a Nat King Cole y grabó con él.
Cuba, Mexico, Suecia, el silencio...y el éxito de nuevo
Al comienzo de los sesenta en Mexico, se convierte en director musical del bolerista chileno Lucho Gatica. Más tarde, emprende gira por Europa con los Havana Cuban Boys.
Poco después del advenimiento de la Revolución Cubana, en 1960, su vida experimentaría un cambio radical cuando decidido exiliarse en 1960 a Suecia. En Estocolmo, se enamora, se casa, y se aleja temporalmente de la música. Allí vivió durante más de treinta años sumido en un asombroso anonimato, aunque seguía componiendo y tocando el piano, principalmente en bares de hoteles.
30 años después, el 25 de Noviembre de 1994, Bebo recibe una llamada de Paquito D´Rivera, invitándole a grabar un nuevo disco en Alemania. Tres días después, D’Rivera produce Bebo Rides Again, colección de clásicos cubanos y originales de Valdés, compuestos especialmente para la ocasión. Comienza una nueva carrera a sus setenta y seis años.
El año 2000 es el año de la película dirigida por Fernando Trueba, Calle 54, junto con un doble un CD de la banda sonora de la misma. La grabación resulta ser un encuentro histórico entre los grandes del Jazz Latino (junto a él Tito Puente, Eliane Elias, Jerry González, Michel Camilo, el propio Paquito D'Rivera o Cachao)
Su siguiente disco, El Arte del Sabor junto con Cachao y Patato fue publicado en Abril de 2001. Se le concedió por él el Grammy al Mejor Álbum Tropical Tradicional. Luego obtendría ocho más. En total, cosecharía nueve grammys.
Cumplidos largamente los 80, Bebo Valdés consiguió ser reconocido como una de las grandes figuras vivas de la música internacional.
Lágrimas no sólo negras
Su disco Lágrimas Negras (2003) junto al cantaor flamenco, Diego el Cigala, -otro éxito internacional que no podemos olvidar: tuvo un lanzamiento internacional y ganó un Grammy Latino- volvió a colocar al músico cubano en el centro de la fama Lágrimas Negras fue
Entre los últimos proyectos en que participó participación en la última película de Fernando Trueba titulada: El Milagro de Candeal, un film que cuenta, entre otras muchas cosas, la historia del viaje de Bebo Valdés a Salvador de Bahía (Brasil) para reencontrarse con sus orígenes africanos. Y sin duda su participación en la banda sonora de la película de animación Chico y Rita del mismo realizador.
La cinta -un remake del cine clásico- está dedicada de hecho a él y el personaje de Chico de mayor tiene mucho que ver con el personaje real de Bebo Valdés. Durante la promoción, Trueba explicaría que para él, Valdés tenía "el secreto de la música de una época", en referencia a la edad de oro de la música cubana.
Sería de hecho, su último trabajo. La proyección privada de la cinta en una sala de Málaga emociono al artista, hasta el punto de llorar, como ha confesado el propio Trueba.
Nos ha dejado un grandísimo creador musical. La declaración de su hijo, el también prestigioso pianista Chucho Valdés a Informe Semanal (TVE), en 2008, es un buen resumen de su carrera: "él creo un estilo que era él mismo, cuando escuchas a Bebo Valdés sabes que es Bebo Valdés".
Chucho y su hijos, Leyanis y Chuchito, también pianistas seguirán manteniendo, sin duda, vivo su legado