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Deap Vally: "Queremos mostrar que las mujeres pueden ser rockeras duras"

  • Entrevistamos al dúo femenino, teloneras hace unos días de Mumford & Sons
  • Solo con tres sencillos publicados, se han convertido en un fenómeno internetero
  • Su primer disco verá la luz en junio, publicado por una multinacional

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Julie Edwards, batería de Deap Vally, durante el concierto del grupo en Barcelona
Julie Edwards, batería de Deap Vally, durante el concierto del grupo en Barcelona

Hace unos días visitaron Barcelona y Madrid como teloneras de unos Mumford & Sons con los que, a priori, no tienen mucho que ver. Pero la historia de Deap Vally no se remonta muy atrás: hace solo dos años que Lindsey Troy (cantante y guitarrista) y Julie Edwards (batería y coros) se conocieron, y ya en diciembre de 2012 habían sorprendido a medio internet con un pegadizo riff y una voz rasgada, salvaje y difícil de olvidar.

No es que las bandas exclusivamente formadas por chicas vuelvan a estar de moda. Es que nunca dejaron de estarlo, aunque es verdad que cada cierto tiempo hay figuras que nos sorprenden y llegan para marcar su particular muesca en la historia: The Runaways, Dixie Chicks, Vivian Girls, Azure Ray, Dum Dum Girls o unas novatísimas Haim son solo algunos de los variopintos ejemplos.

Para entender al dúo californiano Deap Vally hay que radiografiar sus influencias, tan variopintas que van de Led Zeppelin a The Doors, pasando por Black Sabbath o The White Stripes. "Son bandas creativas, que dan lo máximo que el público espera dentro de la música que hacen. Ahí es donde queremos llegar", reconoce muy seria Julie, que lleva la voz cantante durante toda la entrevista.

¿Algo que ver con The Black Keys?

De The Black Keys, su más inmediata comparación (ya saben, dos músicos sobre el escenario tocando rock), mejor ni hablar. "Son la foto con la que nos comparan siempre. Son una gran banda y la respetamos, pero no seguimos sus pasos", reconocen ellas. Y les damos la razón: Deap Vally poco tiene que ver con las virtuosas melodías que perpetran Dan Auerback y Patrick Carney, se trata de un sonido más crudo, más sucio, en ocasiones muy cercano al garaje.

Y es que hasta el momento, las tres canciones que Lindsey y Julie han dado a conocer planean un territorio que pasa por el rock clásico, el guitarreo más estridente; y sobrevuelan a lo lejos el blues más melenudo. Sí, solo con tres sencillos publicados estas dos californianas se han ido de gira por medio mundo y se han convertido en una de las sensaciones musicales de 2013, aupadas por internet. Aún sin un primer disco publicado, Deap Vally se han dado a conocer gracias a la red y a blogs publicaciones y prescriptores que cada día descubren y encumbran una nueva sorpresa.

"Definitivamente necesitamos una presencia online", reconoce la batería. "Si alguien escucha algo tuyo en la vida real, pueden ir a internet, encontrarte y conocerte. Creo que es muy necesario. Debes tener en la red música para que la gente te escuche, es la forma más fácil para darte a conocer. Facebook, Twitter o Instagram son formas geniales para mantenernos en contacto con nuestros fans", remata. Así no extraña que YouTube esté plagada de cientos de vídeos con sus actuaciones.

Primer disco en junio

Ese primer disco verá la luz en el mes de junio, y se titulará Sixtrionix. "Estamos mezclando el disco y casi lo estamos acabando. Lo ha producido Lars Stalfors, que ha trabajado con The Mars Volta, Matt & Kim o Cold War Kids. El disco lo grabamos solo los tres en Los Angeles. Gran parte de las canciones las grabamos en directo, porque queríamos capturar lo crudo de nuestra actuación, así que cuando lo escuches te encuentras con nosotras tocando. Creemos que así es como debe ser la música".

Ojo, este primer salto de Deap Vally será publicado por Island Records, sello perteneciente a la multinacional Universal Music. Y es que las grandes discográficas están cada vez más pendientes de estos fenómenos. A estas alturas, cabe preguntarse si el dúo no siente vértigo al pensar en la posibilidad de no alcanzar tantas expectativas con ese debut: "Estamos tan ocupadas, que lo único que podemos hacer es disfrutar el momento. Estamos todo el rato haciendo cosas, así que preferimos no fantasear sobre el futuro", reconoce Lindsey.

"Tú puedes dar lo mejor de ti, pero no sabes lo que va a pasar cuando salga tu disco. No puedes. No nos vamos a volver locas", continúa Julie a la vez que da alguna pincelada más sobre el álbum: "Nos toca hacer el mejor primer disco, el que mejor nos defina. Que refleje nuestra personalidad, y que sea como queremos. Si sentimos que logramos eso, habrá sido un éxito".

Una mole de sonido

Siendo apenas dos sobre el escenario es mucha la atención que causan Deap Vally. De Edwards sorprende su pasión y entrega a la batería, donde habitualmente se deja las energías: "Al acabar un concierto me siento muy bien. Siento que lo he logrado. Pero sí, acabo muy cansada", cuenta la batería, que aún así guarda una tremenda filosofía respecto a su trabajo: "Está muy bien sentirse cansado, eso quiere decir que lo estás dando todo. Así, la lucha por hacer que todo salga bien es parte de la tensión de la actuación". Y esto a pesar de que el cansancio no es el mayor problema, según nos cuenta su compañera: "Se lastima mucho las manos. En Barcelona acabó con las manos llenas de sangre".

Julie también acapara miradas gracias a los dos gritos llenos de intensidad que siempre muestra, el de su guitarra y el de su garganta. A esto hay que sumar el estilismo de ambas, en el que llama la atención una cosa: siempre van descalzas. La batería siempre lo hace y así se lo sugirió a la cantante: "Creo que los zapatos pueden llegar a interrumpir nuestra conexión con el suelo. Creo que la música es como un hechizo, como aquellas danzas de la lluvia, así que necesitas ir descalzo, saber cómo vibra el suelo", cuenta Edwards.

¿Sexismo en el rock?

A pesar de habernos recibido muy de "andar por casa", sobre el escenario el dúo tiene muy clara una imagen en la que tiene prioridad la comodidad, que a su vez no está reñida con la feminidad. Justo esa contundente expresión de lo femenino de un dúo formado por mujeres, nos lleva a un terreno complicado: el del machismo en el mundo del rock. Troy es la primera en disparar: "Todas las bandas, casi todas son de chicos, nos tratan como hermanos. Respetan mucho lo que hacemos y nos tratan como a iguales. Donde más sexismo encontramos es en los técnicos o en los periodistas. O gente de los sellos discográficos".

"Hay mucha gente que cuando ve a una mujer en el escenario ve más a una figura del pop, quizás no valoran tanto al autor o al músico. Esa gente debe revisar la forma en la que piensan. Somos como cualquier grupo de chicos: pagamos por nuestro local, compramos instrumentos, hemos aprendido nosotras como tocarlos, salimos de gira. Es interesante hacerle ver a la gente y pensar sobre su propio sexismo. Una vez que tocamos con The Vaccines, un periodista se negó a hacernos una crítica, que según él habría sido misógina. Pues muy bien, no vas a contar nada sobre nuestra actuación solo porque somos mujeres...", relata Julie.

Lindsey remata con una frase, que probablemente describe la propuesta escénica de ambas: "Subimos a un escenario y nos encanta ser mujeres y parecerlo. Y además nos encanta potenciarlo. Queremos mostrar que las mujeres pueden ser mujeres y rockeras duras. Ese aspecto muchas veces puede molestar a algunas personas".

Tras la entrevista, Deap Vally salieron a un Palacio de Vistalegre que esperaba a Mumford & Sons. En un set corto, pero muy directo, Lindsey y Julie volvieron a rugir una noche más. Solo dos horas después, acompañan a los británicos en un homenaje a The Band con la canción "Don't Do It". En aquel momento la voz de Lindsey vuelve a retumbar, e incluso logra desdibujar por momentos a un siempre modoso y correcto Marcus Mumford. Definitivamente es la hora de las chicas con carácter, la hora de las chicas rockeras.