Los yogures ya no caducarán a los 28 días
- Los fabricantes marcarán la fecha de consumo que consideren
- Es una medida para frenar el desperdicio de comida
Los yogures ya no caducarán a los 28 días de su fabricación sino que serán los propios fabricantes los que determinen la fecha de consumo preferente que consideren.
Así lo ha explicado este martes el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, en una rueda de prensa de presentación de una estrategia contra el desperdicio de alimentos.
Cañete ya defendió hace unos meses que no le importaba consumir yogures fuera de fecah y ha señalado que con esta medida España se equipara al resto de países europeos donde los productos no caducan.
Este cambio normativo, en vigor desde el pasado viernes, forma parte de la nueva norma de calidad del yogur aprobada por el Consejo de Ministros del pasado 8 de marzo, que derogaba la ley vigente desde 2003.
De esta manera, la normativa española se equipara a la directiva europea que regula esta materia. Según el ministro, "no va a haber confusión para el ciudadano, que a partir de la fecha de consumo preferente deberá tomar su decisión".
A este respecto, denunció que la normativa vigente "llevaba a mucho desperdicio de un producto básico para la alimentación y un grado muy alto de consumo".
Reducir la comida desperdiciada
La revisión de todas las normas, como las relativas a la fecha de caducidad y consumo preferente, que tienen impacto sobre el desperdicio, es una de las acciones principales de la estrategia. Pese a ello, según el ministro, de momento no hay otros productos sobre los que se esté trabajando.
Dicha estrategia, según lo exigido por el Parlamento Europeo, tiene como objetivo reducir a la mitad los desperdicios alimentarios en 2020. Para ello, el Gobierno ha creado una comisión de seguimiento que se reunirá por primera vez esta misma semana.
Más adelante, en el plazo de tres años, el Ejecutivo revisará el cumplimiento y los resultados de la estrategia para decidir si deben tomarse iniciativas complementarias para llegar a cumplir el objetivo.
Según la FAO, actualmente se desperdicia un tercio de la producción mundial de alimentos y la mitad de los cereales. Además, el desperdicio anual de los países ricos es similar a la producción alimentaria neta del Africa subsahariana.
Otras acciones de la estrategia son generar información y datos fiables sobre la materia para conocer la cantidad de desperdicio, dónde y cuándo se producen y quiénes son los responsables.
También contempla la publicación de guías de buenas prácticas para agricultores, empresas y operadores de la cadena alimentaria, así como campañas informativas para consumidores y restauradores.
Por último, tratará de fomentar la colaboración con los bancos de alimentos y otras entidades similares e impulsar las nuevas tecnologías para mejorar los productos.