Steven Soderbergh se despide con nota de la dirección de cine con 'Efectos secundarios'
- La película se estrena en España este 5 de abril, tras pasar por la Berlinale
- Jude Law, Channing Tatum. Catherine Zeta-Jones y Rooney Mara, protagonistas
- Es un thriller inquietante y desconcertante sobre el abuso de los fármacos
FICHA TÉCNICA
Título: Efectos Secundarios
Título original: Side Effects
Año: 2013
Duración: 106 minutos
País: Estados Unidos
Director: Steven Soderbergh
Guion: Scott Z. Burns
Música: Thomas Newman
Fotografía: Steven Soderbergh
Reparto: Jude Law, Rooney Mara, Catherine Zeta-Jones, Channing Tatum, Vinessa Shaw, David Costabile, Andrea Bogart, Polly Draper
Género: Thriller
Si el enésimo anuncio de Steven Soderbergh (Traffic, 2000, Ocean´s Eleven, 2001) cual torero, al final resulta ser verdad y se retira definitivamente del cine, Efectos secundarios (Side effects) será la última película que haya rodado como director y una más que digna despedida de la gran pantalla que podremos ver en España este viernes 5 de abril.
En caso de ser cierto, insistimos, la filmografía de Soderbergh como director no se cerrará con la floja Magic Mike (2012), película de encargo que no pasará precisamente a la historia por su calidad.
La película, que se estrenó en la pasada Berlinale, cuenta con un elenco habitual de colaboradores del cineasta estadounidense de ascendencia sueca, como el guionista Scott Z. Burns y, sobre todo, sus actores fetiches como Jude Law (que repite con él tras Contagio), Channing Tatum (al que dirigió en Magic Mike e Indomable) o Carherine Zeta-Jones (Traffic, Ocean´s Twelve).
Como protagonista femenina, Soderbergh recurre a una de las actrices más prometedoras del momento, Rooney Mara (nominada al Oscar por Millenniun: Los hombres que amaban a las mujeres, 2012), para que se luzca en este inquietante y desconcertante trhiller.
La película narra la historia de Emily (Rooney Mara) y Martin (Channing Tatum), una próspera pareja neoyorkina cuyo mundo de lujo se desmorona cuando Martin es encarcelado por abuso de información privilegiada. La puesta en libertad de Martin, cuatro años después, resulta tan devastadora como su ingreso en prisión para Emily, que cae en una profunda depresión. Tras un intento fallido de suicidio, Emily acepta seguir una nueva medicación recetada por su psiquiatra, el Dr. Jonathan Banks (Jude Law), pensada para calmar la ansiedad, pero el fármaco, llamado Ablixa, comienza a tener inesperados efectos secundarios que amenazan con destruir las vidas de todos los implicados.
Efectos secundarios abunda en uno de las problemáticas de la sociedad actual, el creciente uso y, en muchas ocasiones, abuso, de los fármacos antidepresivos y ansiolíticos y el poder de la industria farmacéutica. Probablemente, esto tenga aún más incidencia en Estados Unidos, lugar donde se desarrolla el filme, y, de hecho, es relevador el dato que aporta el personaje del psiquiatra, procedente de Inglaterra: "En Europa, si estás bajo tratamiento médico es porque estás enfermo; aquí, es porque te estás curando".
Nada es lo que parece
Con referentes como Perdición o Fuego en el cuerpo, el guionista Scott Z. Burns explica que se documentó durante semanas en un hospital psiquiátrico para escribir "un thriller al estilo del cine negro, que atrapara al espectador y lo engañara en sus giros".
Efectos secundarios consigue recordar a los mejores clásicos de Hitchcock, donde nada es lo que parece, y Soderbergh, cuyas películas siempre tienen mensaje social, era el mejor director para llevar ese texto a la gran pantalla por su gran capacidad para "jugar con las expectativas del público", según Burns -ya trabajaron juntos en Contagio y ¡El soplón!-, quien tenía pensado en principio dirigir él mismo la cinta. En definitiva, lo que buscaban era desconcertar al espectador. Y lo consiguen.
La película cuenta con un excelente reparto, sustentado en un sólido guion -con algún punto leve de flaqueza-, que hacen muy creíbles a los personajes. Así, Mara interpetra a una inocente víctima de doble cara, un personaje "sumamente complejo e interesante", según la actriz, que a sus 26 años ya se ha hecho un hueco en Hollywood-.
Un Jude Law cada vez más sólido como actor, encarna a un psiquiatra al que la vida había empezado a sonreírle gracias su progresión profesional y al que las farmacéuticas empiezan a requerir para que colabore con sus ensayos clínicos, pero cuyo mundo se puede venir abajo de repente, lo que le ha permitido "tocar todos los registros".
Channing Tatum, como un hombre de éxito que acaba en prisión por sus malas prácticas -un tema muy en boga-, confiesa que hubiese aceptado cualquier papel solo por trabajar de nuevo con Soderbergh - "si me llamara y me dijera que interpretara al 'camarero nº2', lo haría"-; y una Catherine Zeta-Jones que comparte su admiración por el director y trabaja con él por tercera vez interpretando a una pisquiatra que intenta jugársela a su colega.
La eficiencia de Soderbergh
Soderbergh vuelve a firmar la fotografía de la película con su pseudónimo habitual de Peter Andrews con unos tonos grises-azulados muy propios del Nueva York invernal en el que transucurre Efectos secundarios, y con localizaciones reales -como gusta el cineasta- que dan un gran realismo a la película: el centro psiquiátrico de Manhattan o una sala de un tribunal de Center Street al que rara vez se permite el acceso, pero que Soderbergh consiguió gracias a su agilidad a la hora de rodar.
Al rodar con la mínima iluminación y un equipo reducido, puede hacer en un día lo que a otros les lleva una semana, comenta el diseñador de producción Howard Cummings. Además, el director montaba cada noche el metraje filmado en el día -también es el autor del montaje como Mary Ann Bernard-, lo que se traduce en una eficiencia total, uno de los sellos distintivos de su trabajo.
Déjese evaluar por el Dr Banks/Law
La película ofrece un interesante punto de vista sobre el modo de trabajar de las grandes farmacéuticas y los intereses que mueve el sector y cuestiona las prácticas de los profesionales médicos dispuestos a utilizar sus pacientes como conejillos de indias, aunque la trama no es nada previsible.
Gracias a una ingeniosa campaña de comunicación de la productora, nosotros mismos nos podemos prestar como voluntarios para participar en los ensayos del fármaco Ablixa: en una web expresamente creada para la película -en la que no se explica en ninguna parte que no se trata de un medicamento real-, el propio doctor Banks (alias Jude Law) nos hace una evaluación para ver si somos aptos para tomarlo y si tenemos síntomas de depresión que Ablixa podría curarnos...pero no nos habla de sus posibles Efectos secundarios.
Así que, ya sabe, lea las instrucciones de este medicamento y consulte a su farmacéutico... o mejor la cartelera.