Pyongyang pone a prueba un ataque nuclear y activa la defensa de EE.UU. contra sus amenazas
- Es su respuesta a la "cada vez más intensa política hostil" de EE.UU.
- Corea del Norte ha movido un misil de 4.000 km de alcance a su costa
- La Casa Blanca afirma que esta amenaza "no ayuda ni es constructiva"
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Prosigue la escalada de amenazas del régimen de Kim Jong-un a su vecina Corea del Sur y su enemigo estadounidense. Pyongyang asegura en un comunicado haber aprobado un ataque nuclear de su Ejército con “medios nucleares de alta tecnología más pequeños, ligeros y diversificados" para responder a la "cada vez más intensa política hostil" de Estados Unidos hacia el país comunista.
Fuentes del Gobierno surcoreano han informado de que Pyongyang ha movido hacia su costa oriental un misil Musudan de unos 4.000 kilómetros de alcance.
"Las autoridades de inteligencia de Corea del Sur y Estados Unidos han detectado indicios de que Corea del Norte ha movido un objeto que parece ser un misil de alcance medio a su costa este", han indicado autoridades de Seúl.
El objeto habría sido trasladado en tren y se cree que se podría lanzar alrededor de 15 de abril, fecha de gran importancia en el país al celebrarse el aniversario del nacimiento del fundador del país, Kim Il-sung.
La Casa Blanca no ha tardado en pronunciarse sobre esta última amenaza, que “no es de ayuda ni es constructiva" y solo ahondará en el aislamiento del régimen de Corea del Norte. Así lo ha asegurado en un breve comunicado la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Caitlin Hayden.
Una guerra impredecible en Corea
Además, el régimen comunista ha invitado a EE.UU. a "reflexionar sobre la actual situación" en la que, aseguró, "el momento de la explosión se acerca rápidamente" y "nadie puede predecir que una guerra estallará o no en Corea y si va a ser hoy o mañana".
En una aparente señal de que EE.UU. se toma cada vez más en serio las amenazas del régimen, Washington ha reforzado la defensa militar en el Pacífico. Aunque la mayoría de los expertos siguen defendiendo que Corea del Norte carece de tecnología para incorporar cabezas nucleares a sus misiles, esta vez el nuevo desafío del régimen de Kim Jong-un ha sido tomado en Washington como algo más que la enésima pataleta verbal de una larga campaña de amenazas.
Pyongyang plantea un peligro "real y claro" para los intereses de EE.UU. y sus aliados -como Corea del Sur y Japón-, sentenció el secretario de Defensa de la Casa Blanca, Chuck Hagel, lo que ha llevado al Pentágono a anunciar el próximo envío de un sistema antimisiles a Guam en el Pacífico.
Conocido como THAAD (Terminal de Defensa de Alta Altitud), el sistema que EE.UU. llevará a la isla en las próximas semanas es el único hasta el momento capaz de destruir misiles de alcance corto e intermedio tanto dentro como fuera de la atmósfera terrestre.
Corea del Norte ha amenazado en varias ocasiones con atacar la base de Guam, territorio no incorporado de EE.UU. que se encuentra a unos 3.200 kilómetros de Pyongyang y, por tanto, dentro del rango de misiles norcoreanos como el "Musudan".
Mientras, la tensión entre los dos vecinos de la península coreana continúa al alza en torno al complejo industrial de Kaesong, único proyecto conjunto de cooperación ubicado en el Norte, después de que el régimen de Kim Jong-un prohibiera, por segundo día consecutivo, el acceso de surcoreanos al recinto.
Un total de 123 empresas de Corea del Sur acumulan beneficios en Kaesong al fabricar productos con la extremadamente barata mano de obra de unos 54.000 obreros de Corea del Norte, cuyo Gobierno obtiene una importante fuente de divisas que da un alivio parcial a su maltrecha economía.
Huida hacia delante o retorno al diálogo
No obstante, bajo el argumento de que "solo aporta beneficios a Corea del Sur" Pyongyang ha amenazador con cerrar el complejo y retirar a sus trabajadores del parque industrial, en dos advertencias separadas de su agencia estatal KCNA y su portal de propaganda Uriminzokkiri.
De cara a los próximos días algunos expertos creen que Corea del Norte intensificará sus amenazas tras el anunciado refuerzo defensivo de EE.UU. en el Pacífico, que se une a las maniobras con fuego real que Seúl y Washington mantienen en territorio surcoreano hasta finales de abril.
Mientras, otras voces en Corea del Sur pronostican que el régimen de Kim Jong-un relajará pronto su tono para dar paso a una fase de diálogo en la que, una vez demostrada su capacidad de intimidación, buscaría partir con ventaja a la hora de lograr concesiones de sus "enemigos".
Las coacciones del régimen de Pyongyang se desencadenaron a raíz de la ampliación de las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU al país comunista en represalia a su última prueba nuclear el pasado febrero.