El Rijksmuseum de Amsterdam muestra su nueva cara después de diez años de reformas
- Dos españoles y un francés responsables de la rehabilitación
- Todo ha cambiado de lugar salvo la 'Ronda de noche' de Rembrandt
Todo está preparado en Amsterdam. Después de diez años de reformas, el Rijksmuseum, uno de los museos europeos más emblemáticos con obras maestras de Rembrandt, Vermeer o Hals, abrirá sus puertas el próximo día 13, tras la rehabilitación llevada a cabo por los arquitectos españoles Antonio Cruz y Antonio Ortiz.
La rehabilitación y modernización del Rijksmuseum ha sido presentada este jueves a la prensa internacional, mientras que la inauguración estará presidida por la reina Beatriz de Holanda, en el que previsiblemente será el último acto oficial de su reinado.
Con la llegada al museo hace unos días de la pintura "Ronda de noche", de Rembrandt - prácticamente lo único que no ha cambiado en el museo, salvo que se ha colgado algo más arriba que antes- se puso fin a una larga historia de rehabilitaciones y restauraciones que han convertido al clásico museo holandés en uno de los más modernos, pero recuperando el espíritu del proyecto original diseñado por Pierre Cuypers.
Este ha sido uno de los objetivos del estudio de arquitectos españoles Cruz y Ortiz, que tomaron en sus manos una estructura del siglo XIX "dramáticamente alterada e irreconocible" para transformarla en una institución ambiciosa en la que han sido muy respetuosos con el proyecto original, recuperando partes importantes del mismo, como ha podido contemplar hoy la prensa internacional.
Alrededor de quinientos periodistas procedentes de todo el mundo han visitado hoy una de las partes estrella del proyecto: el nuevo Atrio. En un diseño en el que la luz y el espacio han sido la hoja de ruta, los patios originales cubiertos se han convertido en una nueva entrada en la que es protagonista especial "el candelabro", estructura metálica que cuelga de la claraboya tamizando la luz y ayudando al aislamiento acústico.
Catedral del arte holandés
En esta "catedral del arte holandés" se exhiben, a lo largo de 80 salas, 8.000 objetos que narran 800 años de la historia de los Países Bajos, desde la Edad Media hasta Mondriaan. En un relato ordenado cronológicamente a lo largo de cuatro plantas, se presentan de forma conjunta pinturas, estampas, dibujos, fotografías, objetos de plata, porcelana, cerámica, muebles, joyas, armas, ropas y otras piezas.
El arquitecto parisino Jean-Michel Wilmotte ha sido el responsable del diseño interior de las salas, en el que destaca el juego de luces creado por las diferentes tonalidades de grises con las que han sido pintadas las paredes, así como con la iluminación, tanto la natural que entra por los lucernarios, como la artificial que proporciona modernas lámparas de hierro negro que cuelgan de los altos techos.
Gris antracita ha sido el color elegido por Wilmotte para la galería de honor, la "capilla" más importante de esta "catedral", la que muestra en su "altar" la emblemática pintura de Rembrandt la "Ronda de noche", la única que ha conservado el lugar que ocupaba antes de la remodelación, aunque ha sido colgada algo más arriba.
Para llegar a esta gran obra, que fue introducida a través de una trampilla situada delante de la pared de la que cuelga, el visitante tiene que atravesar una serie de pequeñas capillas situadas en los laterales en las que se pueden contemplar algunas de las obras maestras del museo.
Tesoros de todas las edades del arte
"La lechera" o "Mujer leyendo una carta", de Johannes Vermeer; "El alegre bebedor" de Frans Hals; "El alcalde de Delft con su hija" de Jan Steen junto con otras pinturas de Rembrandt como "La novia judía" o "Autorretrato de joven", hacen de este espacio un punto neurálgico del Rijksmuseum al mostrar el Siglo de Oro holandés.
En el amplísimo recorrido por el museo, en el que los nombres de los benefactores del mismo figuran en las cristaleras situada en dos de los espacios comunes, se exhiben piezas de la Edad Media y el Renacimiento, mostradas en el ambiente especial que crean las numerosas bóvedas de pequeña altura.
Tras pasar por el siglo XVIII, caracterizado por el refinamiento y el buen gusto, el visitante accede al siglo XIX, con obras de Vincent van Gogh, George Breitner o Jan Willem Pieneman; en este espacio se muestran también obras de arte del periodo napoleónico, con la presencia de Francisco de Goya autor del retrato de Ramón Satué.
Novedad en el Rijksmuseum es el siglo XX. Pinturas, muebles, fotografías, películas, un avión o un vestido de Yves Saint Laurent inspirado en una pintura de Piet Mondriaan, dan una imagen del arte y la cultura de los Países Bajos en el siglo pasado; Mondriaan, Karel Appel o Le Corbursier, autor de la Maqueta para el Pabellón Philips situado junto al museo, dan cuenta de ello.
El pabellón asiático
Un espacio completamente nuevo diseñado por Antonio Cruz y Antonio Ortiz, el Pabellón Asiático, muestra la importante colección de arte asiático que posee el museo. Construido con piedra natural, grandes ventanales y rodeado, en un futuro, de agua, el pabellón alberga 350 objetos procedentes de China, Japón, Indonesia, la India, Vietnam y Tailandia, entre ellos una impresionante colección de quimonos.
El próximo día 14 el público podrá disfrutar de este recorrido, poniendo fin así de una historia que comenzó en 2001, cuando Cruz y Ortiz ganaron un proyecto en el que se han invertido 375 millones de euros (480 millones de dólares).
Quedan atrás problemas con los ciclistas de la ciudad y una presión social que han tenido que sufrir los arquitectos sevillanos en un país en el que "todo hay que negociarlo" y consensuarlo, comentó hoy Antonio Ortiz.
El arquitecto sevillano se mostró partidario de que la arquitectura esté sometida a un control social, "que aquí es muy estricto". Este control hubiera imposibilitado en España proyectos brillantes, como el del Guggenheim de Bilbao y también "algunas catástrofes", comentó Ortiz, cuyo estudio está trabajando actualmente en la remodelación del Pabellón Philips, situado delante del Rijksmuseum.
Este pabellón, que se inaugurará en 2014 con una exposición de Henry Moore, estará destinado a las exposiciones temporales y se sumará a otras actuaciones de los arquitectos españoles, como el edificio que alberga el taller de restauración del museo y el destinado a la carga y descarga y a la entrada del personal