Tamam Salam es nombrado nuevo primer ministro del Líbano
- Su predecesor, Nayib Mikati, dimitió por desavenencias en su ejecutivo
- Salam es considerado un político moderado
El diputado suní Tamam Salam, considerado un moderado, fue nombrado este sábado primer ministro del Líbano, dos semanas después de que su predecesor, Nayib Mikati, dimitiera por desavenencias en el seno de su Ejecutivo.
Salam, de 67 años, obtuvo el respaldo prácticamente unánime de los grupos parlamentarios libaneses, según los medios libaneses, que indican que 124 de los 128 diputados apoyaron su candidatura, incluido el poderoso grupo chií Hizbulá.
Además, el jefe de Estado firmó otro decreto por el que las elecciones parlamentarias, previstas para el próximo 9 de junio, se posponen una semana, hasta el 16 de junio.
Tamam Salam reemplazará en el cargo al anterior primer ministro, Nayib Mikati, quien dimitió hace dos semanas por desavenencias entre los miembros de su Gobierno, y tendrá como principales retos preparar las próximas elecciones parlamentarias de junio y mantener la precaria calma en el Líbano ante la guerra civil en Siria.
Salam, de 67 años, está considerado un político moderado, y sucede a su padre como jefe del Gobierno libanés, puesto que ocupó cuatro veces entre 1952 y 1973.
El nuevo primer ministro fue titular de Cultura entre 2008 y 2009 en el gobierno de Fuad Siniora y está bien relacionado con el influyente líder de la comunidad suní Saad Hariri.
Objetivo, la estabilidad
En una rueda de prensa tras recibir el encargo de formar un nuevo Ejecutivo, Salam consideró que haber conseguido un gran consenso en torno a su persona "indica que se desea volver a dar la confianza a las instituciones y que se quiere la estabilidad del país".
"Acepté el cargo en esta etapa difícil porque pienso que cada uno debe asumir su responsabilidad y trabajar con el país, y lo haré con la cooperación de todos", señaló.
Salam asumió que uno de sus primeros retos es preparar las elecciones, por lo que instó a todos a "ponerse de acuerdo sobre la ley electoral", algo que hasta el momento no han conseguido los dos grandes bloques políticos del país, los prosirios articulados en torno a Hizbulá y los antisirios, encabezados por el ex primer ministro Saad Hariri.
El nuevo jefe del Ejecutivo enfatizó que sus esfuerzos se concentrarán al inicio de su mandato en lograr un gobierno de unidad nacional, que represente al más amplio espectro de fuerzas políticas, aunque desmintió haber alcanzado ya acuerdos con ningún partido.
En el Líbano, donde el sistema confesional rige la vida del país, los principales cargos están repartidos entre las comunidades religiosas y obligatoriamente el presidente debe ser un maronita (católico de Oriente), el primer ministro un musulmán suní y el jefe del Parlamento un musulmán chií.