Sara Montiel, la española que enamoró a Hollywood
- Uno de los grandes mitos del cine y la canción españoles
- Rodó medio centenar de películas y grabó casi una treintena de discos
- Ha fallecido a los 85 años en su casa de Madrid
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FILMOGRAFÍA COMPLETA DE SARA MONTIEL
- "Te quiero para mi" (1944)
- "Empezó la boda" (1944)
- "Bambú" (1945)
- "Se le fue el novio" (1945)
- "El misterioso viajero del Clipper" (1945)
- "Por el gran premio" (1946)
- "Mariona Rebull" (1946)
- "Confidencia" (1947)
- "Don Quijote de La Mancha" (1947)
- "Alhucemas" (1947)
- "Vidas confusas" (1947)
- "Locura de amor" (1948)
- "La mies es mucha" (1948)
- "Pequeñeces" (1949)
- "El capitán veneno" (1950)
- "Aquel hombre de Tanger" (1950)
- "Furia roja" (1950)
- "Necesito dinero" (1951)
- "Cárcel de mujeres" (1951)
- "Ahí viene Martín Corona" (1951)
- "El enamorado" (1951)
- "Ella, Lucifer y yo" (1952)
- "Yo soy gallo dondequiera" (1952)
- "Reportaje" (1953)
- "Piel canela" (1953)
- "¿Por qué ya no me quieres?" (1953)
- "Se solicitan modelos" (1954)
- "Frente al pecado de ayer" o "Cuando se quiere de veras" (1954)
- "Yo no creo en los hombres" (1954)
- "Veracruz" (1954)
- "Donde el circulo termina" (1954)
- "Serenata" (1956)
- "El vuelo de la flecha" (1957)
- "El último cuplé" (1957)
- "La violetera" (1958)
- "Carmen la de Ronda" (1959)
- "Mi último tango" (1960)
- "Pecado de amor" (1961)
- "La bella Lola" (1962)
- "La reina de Chantecler" (1962)
- "Noches de Ca
Sara Montiel no solo fue la primera española en triunfar en Hollywood, sino un auténtico mito del cine y la canción gracias a su arrolladora personalidad y su innegable talento, que la hicieron triunfar en todo lo que hacía, mantenerse como un sex symbol durante años y convertirse en un icono gay en su última época.
Protagonista de medio centenar de películas (entre las que destacan títulos como El último cuplé, La violetera, Veracruz y Yuma) y de numerosos discos (con canciones como 'Fumando espero' y 'Bésame mucho'), Montiel siempre será uno de los grandes mitos del cine español.
Ernest Hemingway le enseñó a fumar puros; se casó con Anthony Mann; flirteó con Gary Cooper y protagonizó el clásico español El último cuplé.
"Siempre ha parecido que tengo menos edad, por mi cutis y por unas piernas que valen un potosí", decía ya en 1991 Maria Antonia Abad o Sara Montiel o Saritísima, diva del cine, la canción y ahora también musa de lo "kitsch" que, hasta el útimo momento derrochó personalidad y capacidad de autoparodia.
“Siempre ha parecido que tengo menos edad“
Cuando hace ocho años el Ateneo de Madrid le rindió un homenaje como actriz, comentaba sus películas diciendo: "Todavía no necesitaba ponerme pómulos" o "entonces los labios no se llevaban como morcillas".
Sara Montiel ha cumplido su promesa de tener genio y figura hasta la sepultura, porque, aunque explicó que hay momentos en los que una voz interior le dice "Antonia, tienes que parar", también amenazó: "Si paro me aburro como una ostra. Y eso que he trabajado como una negra toda mi vida, desde los 13 años".
“Si paro me aburro como una ostra“
Una vida intensa
La cantante y actriz, efectivamente, tuvo una vida intensa, que resumió en su biografía Vivir es un placer, que comenzó el 10 de marzo de 1928 en Campo de Criptana (Ciudad Real) y que le llevó a los brazos de Miguel Mihura, Anthony Mann, León Felipe o Severo Ochoa.
"Nací de pie, pero nací y aunque no hubiera hecho El último cuplé "habría llegado arriba por un lado u otro", dijo en una ocasión, aunque ya más seria, reconoció que en su entorno rural se hizo una promesa: "Me juré no tener ningún amo, ser pájaro libre y lo he cumplido".
“Me juré ser pajaro libre y lo he cumplido“
En el pueblo escuchaba de niña a sus padres, labriegos, llamar amos a sus señores, y se juró romper con ese destino, ayudada por un físico espectacular. Cuando tuvo su primer éxito cinematográfico con Locura de amor, a finales de los 40, la gente salía de las salas diciendo "la que está buenísima es la mala", explicaba ella en una ocasión.
La escapatoria estaba en México, donde se convirtió en una de las reinas del melodrama. "Cuando llegué a México me encontré con otro mundo, otra vida. Allí es donde me hice Sara Montiel", reconocía.
“En México me hice Sara Moltiel“
Se casa con Anthony Mann, maestro del western
Pero donde impactaría internacionalmente fue en Hollywood, donde se casó con el maestro del western Anthony Mann, aunque había llegado sin saber inglés y sin padrinos.
"Yo no era novia de nadie, era Sara Montiel desde un principio y trabajé muchísimo" explica quien, con sus rasgos raciales, deslumbró a Gary Cooper y Burt Lancaster en "Veracruz", y donde conoció a Marlon Brando.
"Él me enseñó el desayuno tejano y le hablé de los huevos a la manchega que hacía yo y, sin más, se presentó a las siete de la mañana en casa para probarlos", recordaba. Pero Los Ángeles no era su lugar.
"No me quise quedar con la Warner porque pensé que seguro que me daban otro papel de india sioux", explicaba, y se fue a España, donde le esperaban nuevos éxitos.
"El momento de mi carrera del que me siento más satisfecha es cuando hice El último Cuplé y La Violetera. Tenía 29 años, y quisiera volver y tener otra vez 29 años, y tener todo el espíritu, grande, que yo lo sigo teniendo, porque me encanta lo que hago y adoro mi trabajo", recordaría años después.
"Desde el año 55, cuando yo hice tres películas, hasta que Antonio Banderas se fue para allá, no ha habido nadie más, tuvieron que pasar cuarenta años" -aseguraba Sara-.
En su vuelta a su país, se reencontraba con la dictadura y Sara Montiel, a su manera, se comprometió con la política. "Siempre con mis ideas por dentro y no muy calladita. En el 63 ya dije que era socialista", dijo.
"Ese señor del bigote no tiene ni medio polvo" fue su manera de descalificar a Aznar en 1993, haciendo campaña a favor de los socialistas.
También criticó al Gobierno en 2011 cuando aplicó la ley antitabaco, que consideró "muy radical", por negarle uno de sus señas de identidad: el puro. Le había enseñado a fumarlos nada menos que Ernest Hemingway y su tema más conocido como cantante se llamaba "Fumando espero".
"Pero Sara Montiel sin su puro hubiera seguido siendo Sara Montiel", dijo también.
Deja el cine por no querer desnudarse
Con la llegada de la democracia, en cambio, la artista manchega había dejado el cine por no querer desnudarse. "Veía a Carmen Sevilla o a Nadiuska con los pechos al aire, yo tenía 43 años y estaba como un tren. Me ofrecían millonadas. Pero yo preferí que el público me recordara como era", se justificó.
“Yo preferí que el público me recordara como era“
Y en los ochenta y los noventa, aunque se centró en la canción, también se convirtió en un rostro habitual de las revistas del corazón o en programas donde exigía, según las malas lenguas, poner una media en la lente de la cámara para que no se le vieran las arrugas.
Con la llegada del siglo XXI, su carácter excesivo, su atípica familia con sus hijos adoptados Thais y Zeus, y su aspecto barroco la convirtieron en una diva de lo "kitsch" y en un icono de la comunidad homosexual.
"Cuando voy a actuar a alguna ciudad de EEUU allí están todos los gays de la ciudad", reflexionaba.
Al cumplir 80 años afirmaba triunfal: "No lo aparento". Y hace tres años resumía su incombustibilidad: "Dios me está dando una salud de hierro. Tengo fuerza físicamente, conservo la voz y me muevo bien".
En una de sus últimas entrevistas aseguraba: "Mi carrera ha sido maravillosa, así que no tengo más que agradecimiento".