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"Dynamo" explora en el Grand Palais de París el arte abstracto mediante la luz y el movimiento

  • La corriente abstracta nació hace un siglo
  • La muestra reúne obras actuales y de los pioneros
  • Participan 150 artistas, entre ellos, muchos españoles y latinoamericanos
  • En el Grand Palais de Paris desde este miércoles hasta el 22 de julio

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La exposición 'Dynamo' puede verse desde este miércoles hasta el 22 de julio en el Gran Palais.

La luz y el movimiento son los protagonistas de la exposición "Dynamo", la nueva muestra del Grand Palais de París que presenta hasta el próximo 22 de julio las obras abstractas y cinéticas de 150 artistas internacionales.

"Dynamo" propone una inmersión en la corriente abstracta, que nació hace unos cien años, con una selección de 205 pinturas y esculturas que buscan la complicidad del espectador para crear ilusiones ópticas que escapan del arte figurativo clásico y se centran en la luz o el movimiento en sí mismos.

Este último, piedra angular del arte cinético surgido en los años cincuenta, es el núcleo en torno al que se estructura la muestra, que empieza con artistas contemporáneos para terminar con los pioneros de la corriente, de comienzos del siglo XX.

"El movimiento no es más que uno de los elementos que utilizo. Existen otras preocupaciones igualmente importantes para mí como la vibración en estado puro y la transformación de la materia", dejó dicho a este respecto el venezolano Jesús Rafael Soto, a quien el Centro Pompidou dedicó una retrospectiva recientemente.

Además de Soto, otros nombres latinoamericanos y españoles se cuelan en la abultada lista, como el del uruguayo Carmelo Arden Quin, los de los argentinos Julio Le Parc, Antonio Asís, Martha Boto, Hugo Demarco, Horacio García Rossi y Luis Tomasello o los venezolanos Carlos Cruez-Diez, Elías Crespin y Alejandro Otero.

Brasil también está presente mediante sus artistas Mauricio Nogueira Lima, Lygia Clark, Sérvulo Esmeraldo, Almir Mavignier y Mary Vieira.

Francisco Sobrino (Guadalajara) y el extremeño Ángel Duarte, por su parte, representan a España en la exposición.

Serge Lemoine, comisario general de la muestra, explicó a Efe que las obras expuestas "son abstractas, no representan nada ni tienen relación con ningún tema relativo a la pintura o a la escultura figurativas que se realizaban hasta 1914", siendo la luz y el movimiento por sí mismos los que son utilizados.

Proporciones, escalas, composición, luz, color...

"No están representados sino que son utilizados", aclaró, contrariamente a otras corrientes como la impresionista, que "se interesó por la luz pero pasando por la representación de un tema".

Por tanto, la idea de esta muestra es "la cuestión del fondo, que no es un personaje, ni un paisaje, ni un motivo religioso, sino una cuestión de proporción, de escala, de composición, de luz, de color", afirmó Lemoine.

Juegos de espejos, luces de neón, fondos estriados a rayas blancas y negras que generan vibración o círculos de colores que cobran vida y se convierten en espirales en contacto con el ojo humano permiten generar el movimiento en las obras, algunas de las cuales se apoyan también en un motor a este efecto.

La muestra sorprende por no ser puramente expositiva, ya que llama a la interacción del espectador mediante pequeños laberintos, hilos gruesos que cuelgan del techo, que firma Soto, o espacios con espejos en el suelo y el techo que juegan con la sensación de estar suspendido en el vacío.

La colección atraviesa el siglo pasado con diversas salas repartidas en dos grandes categorías (la visión y el espacio), subdivididas a su vez en temáticas como la permutación, lo concéntrico/excéntrico, la interferencia, la inmersión o la distorsión, en función del propósito de la obra.

Con el movimiento como hilo conductor, la Fundación Stämpfli estrenará el próximo 27 de abril la exposición "Cinetik!" en Sitges (Barcelona), con artistas españoles y latinoamericanos exclusivamente, y capitaneada por el propio Lemoine.

"Dynamo", que abrirá sus puertas al público mañana, ocupa la totalidad de las Galerías nacionales del Grand Palais parisino, una extensión de casi 4.000 metros cuadrados divididos en diversas salas que acogen las obras, dos de las cuales se exponen en el exterior del edificio.