Muere Robert Edwards, pionero de la fecundación 'in vitro' y premio Nobel de Medicina
- Su trabajo permitió gestar el primer bebé probeta, Louise Brown, en 1978
- Empezó a estudiar la concepción en los 50 y creó la primera clínica en 1980
Los estudios sobre maduración de óvulos
Robert Edwards comenzó a trabajar en la inmuno-contracepción en 1958, en el Instituto de Investigación Médica de Londres. Su interés por los óvulos llegó cuando en 1959 se describieron las patologías humanas resultado de anomalías cromosómicas. Edwards y Alan Gates habían observado errores en el proceso de maduración de óvulos de ratón. El siguiente paso del experimento fue imitar in vitro la maduración de óvulos mediante la extracción de los óvulos a los que añadió la hormona hCG. Edwards descubrió que funcionaba, incluso sin la hormona, ya que los óvulos maduraban al extraerlos de su folículo. Más tarde lo aplicaría en humanos (Fuente: http://www.nobelprize.org)
El biólogo Robert Edwards, pionero de la fecundación in vitro y premio Nobel de Medicina en 2010, ha fallecido este miércoles a los 87 años, según ha anunciado su familia a través de la Universidad de Cambridge, en la que desarrolló sus investigaciones.
Edwards comenzó sus investigaciones sobre fertilidad en los años 50, que le llevaron a concebir la fecundación in vitro, técnica que desarrolló junto al ginecólogo Patrick Steptoe y que permitió el nacimiento de Louise Joy Brown, el primer bebé probeta, el 25 de julio de 1978. Desde entonces, se calcula que en todo el mundo han nacido unos cinco millones de niños probeta.
Investigación hacia la fecundación in vitro
En 1969 Edwards logró fertilizar un óvulo fuera del cuerpo femenino. Era la primera vez que se conseguía. El siguiente paso fue estudiar cómo implantarlo en el útero de la madre. Descubrió los avances en el campo de la cirugía de quien, poco después sería su compañero de investigación, el ginecólogo Patrick Steptoe.
El primer intento tuvo lugar en 1972, pero fracasó en la décimotercera semana de embarazo. A partir de entonces, Edwards y Steptoe decidieron suprimir los tratamientos de hormonas que habían empleado hasta la fecha por los problemas que causaban.
Fue en otoño en 1977 cuando el matrimonio Brown llamó a la puerta de esta pareja de científicos: Lesley Brown no tenía trompas de Falopio y precisaba de un "milagro" médico para tener un hijo. Edwards y Steptoe aplicaron sus últimos avances y el 25 de julio de 1978 nacía Louise Brown, la primera bebé probeta.
Por otra parte, Edwards fundó en 1980 la primera clínica del mundo especializada en la fecundación in vitro, en la ciudad de Cambridge.
Pese a la polémica generada por sus hallazgos, sus aportaciones merecieron el reconocimiento del instituto Karolinska de Estocolmo, que en 2010 le concedió el premio Nobel de Medicina: "Sus logros han hecho posible tratar la infertilidad, una condición médica que afecta al 10% de las parejas en todo el mundo", argumentaba el instituto en un comunicado.
"Bob Edwards es uno de nuestros mejores científicos", ha afirmado tras conocer su fallecimiento el director ejecutivo de Bourn Hall, la clínica de Steptoe y Edwards, Mike Macnamee. "Su trabajo inspirador a principios de los 60 ha impulsado un avance que ha mejorado las vidas de millones de personas en todo el mundo", ha sentenciado.
Reconocimiento y polémica
El mismo día que le fue concecido el Premio Nobel, la Iglesia católica mostraba su “perplejidad” por la concesión de un galardón que consideró “completamente fuera de lugar”, lo que revela como el debate suscitado por sus avances científicos no se ha apagado más de dos décadas después.
“Su trabajo ha tenido un inmenso impacto en todo el mundo“
En cualquier caso, modificó por completo la concepción humana, tal como ha recalcado la Universidad de Cambridge al anunciar su muerte: “Su trabajo ha tenido un inmenso impacto en todo el mundo”, señala el comunicado, que asegura que murió “apaciblemente mientras dormía”.
En España en 2010 se estimaba que el 3% de los nacimientos se deben a estas técnicas de reproducción asistidas. Así, se colocaba como el tercer país en Europa con más tratamientos de fertilidad, según el registro de la Sociedad Española de Fertilidad, solo por detrás de Francia y de Alemania.