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Robots-hormiga que se comportan como sus congéneres animales

  • Los estudios investigan los movimientos de las hormigas
  • Se pueden crear robots que se comporten prácticamente igual

No hace falta una programación detallada para imitar sus habilidades

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Experimento con hormigas robóticas

Desde siempre se ha considerado que las hormigas y otros animales que se crean 'redes de transporte' demuestran cierta inteligencia al ser capaces de desenvolverse bien por intrincados laberintos y rutas hasta llegar a las zonas en las que hay comidas o escondites bajo tierra. 

Ahora unos investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne, en Suiza, han publicado un trabajo en el que cuentan cómo han conseguido replicar ese comportamiento con pequeños robots a los que no han necesitado dotar de demasiada inteligencia. De hecho, afirman, apenas hay "reglas matemáticas" en su programación para enseñarles a encontrar el camino correcto: su comportamiento imita al de sus congéneres animales sin tener que realizar cuentas ni cálculos complejos. 

En el estudio de estos animales, una de las teorías apunta a que para encontrar los caminos más cortos (por ejemplo entre el hormiguero y la comida, o entre un punto lejano y el hormiguero), los individuos realizaban ciertos cálculos relativos a los ángulos de los caminos que habían de seguir, para transmitírselos a los demás miembros de la colonia y así llegar de la manera más directa. Sin embargo, parece que esto mismo puede conseguirse sin cálculos. 

Experimento con los robots-hormiga

Los investigadores utilizaron para sus experimentos unos laberintos especiales en los que se conectaban diversos caminos con intersecciones (nodos) formando diversas figuras geométricas. En estudios anteriores ya mostraron cómo pequeñas variaciones en los ángulos de esos laberintos hacían que las hormigas eligieran unos caminos u otros, sobre los que depositaban feromonas (una sustancia química) para guiar a sus congéneres a través de las rutas óptimas. 

Empleando unos pequeños robots autónomos equipados con un motor y la capacidad de realizar giros y responder a los choques los investigadores han conseguido reproducir ese mismo comportamiento de las hormigas sin tener que programar en ellos instrucciones matemáticas relativas a los ángulos ni la geometría del laberinto

Los robots pueden recorrer y aprender los caminos, realizar movimientos al azar y encontrar la ruta óptima (trayectos más cortos) comportándose en definitiva como las hormigas reales sin que estén programados específicamente para ello. 

Simulación de rastro con feromonas

Para simular el rastro de feromonas, parte fundamental de este comportamiento, los robots emplean un haz de luz que resulta visible para sus compañeros mecánicos. Las imágenes de sus idas y venidas se fotografían y graban en vídeo para realizar el análisis más detallado; el comportamiento que se observa es muy similar al de las hormigas vivas que emplean sus antenas y productos químicos. En general han observado que cualquier pequeño desplazamiento que modifique la geometría del laberinto y los caminos a recorrer puede llegar a afectar a toda la colonia. 

Con este tipo de experimentos los científicos creen que se podrán extrapolar algunas ideas respecto a cómo se comportan otros animales e incluso los seres humanos, lo que permitiría tener en cuenta esa información en el diseño de los edificios y las calles de cara a optimizarlos para que sean recorridos por las multitudes.