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La Fiscalía acusa al expresidente alemán Wulff de aceptar un soborno

  • Fue invitado a una fiesta supuestamente a cambio de un favor a un productor de cine
  • Sería la primera vez que un expresidente alemán se enfrenta a la justicia

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La Fiscalía de Hannover ha presentado una acusación contra el expresidente alemán Christian Wulff por dejarse sobornar en un caso vinculado al productor de cine David Groenewold, acusado a su vez de soborno.

Según la acusación, Groenewold asumió parte de los gastos de una visita del matrimonio Wulff a la Oktoberfest de Múnich en 2008. La Fiscalía sostiene en un comunicado que todo parece indicar que la intención era motivar a Wulff, entonces primer ministro del estado federado de Baja Sajonia, de interceder por Groenevold ante Siemens para conseguir financiación para uno de los proyectos del productor.

El pasado martes, Wulff y Groenewold rechazaron una oferta del fiscal para suspender la investigación por corrupción a cambio del pago de 20.000 euros y 30.000 euros, respectivamente.

Ahora, la Audiencia Provincial de Hannover deberá decidir se acepta las acusaciones para abrir un proceso, una decisión que podría llevar meses.

Se trataría de un hecho único, pues nunca antes un expresidente alemán había sido acusado por la justicia de su país.

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El pasado marzo, la fiscalía de Hannover acusó tras 14 meses de investigación al que fuera portavoz de Wulff, Olaf Glaeseker, de haber aceptado sobornos.

La investigación considera probado que Glaeseker, de 51 años, ayudó a un organizador de fiestas a encontrar patrocinadores para varios eventos VIP y disfrutó, a cambio, de vacaciones pagadas en las casas del promotor en Francia y España.

Asimismo, la fiscalía acusó del delito de soborno al promotor Manfred Schmidt, organizador en tres ocasiones del encuentro VIP Nord-Süd-Dialog (Diálogo Norte-Sur), creado en 2007 como un evento para establecer una red de contacto de influyentes personalidades de los estados federados alemanes de Baja Sajonia y Baden-Württemberg.

La investigación contra Glaeseker y Schmidt se abrió a principios de 2012, poco después de que el portavoz dimitiera en pleno escándalo por las sospechas de amiguismo y corrupción sobre Wulff destapadas en diciembre de 2011 por el diario Bild, cuando este ya era jefe de Estado.

Según el tabloide, el cristianodemócrata Wulff aceptó en su época de primer ministro regional un crédito privado con unas condiciones muy ventajosas de empresarios amigos por medio millón de euros, con el que adquirió una casa unifamiliar.

Wulff es investigado bajo la acusación de obtener beneficios indebidos de su cargo, lo que le obligó finalmente a dimitir el 17 de febrero de 2012, acosado por varios escándalos de amiguismo y corrupción.

Wulff llegó a la presidencia en junio de 2010, a propuesta de la canciller, Angela Merkel,  y tras la dimisión del cargo de su correligionario Horst Köhler por unas declaraciones relacionando la misión de Afganistán con los intereses económicos de Alemania.