Solo dos de cada 1.000 españoles tienen un estado de salud cardiovascular ideal
- Pocos españoles cumplen los siete requisitos de salud del corazón
- En España afecta la inactividad física, el consumo de tabaco y la obesidad
- Las enfermedades coronarias, una de las principales causas de enfermedad en España
Muy pocos españoles, solo dos de cada 1.000, tienen una salud cardiovascular 'ideal'. Así lo desvela un estudio hecho a escala nacional que establece que para estar bien del corazón hay que cumplir siete requisitos, como no haber sido nunca fumador, ser físicamente activo y seguir una dieta saludable.
La investigación, realizada por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), junto con IdiPAZ y el CIBER de Epidemiología y Salud Pública, ha sido publicada en la revista científica Circulation Cardiovascular Quality and Outcomes y presenta resultados similares a los escritos para Estados Unidos en trabajos análogos, informa la UAM.
“En contra de lo esperado en un país mediterráneo como España, con una de las menores tasas de mortalidad coronaria en Occidente, encontramos que solo dos de cada 1.000 sujetos cumplen los requisitos que definen un estado de salud cardiovascular ideal”, asegura la primera firmante del estudio, la profesora del Departamento de medicina preventiva y salud pública de la UAM, Auxiliadora Graciani.
Los siete requisitos
La Asociación del Corazón Americana (AHA), ha establecido siete requisitos para presumir de un estado de salud cardiovascular ideal. Cuatro de ellos están relacionados con el estilo de vida: no haber sido nunca fumador, tener un peso acorde a la estatura (normopeso), ser físicamente activo y seguir una dieta saludable.
Los tres restantes, conciernen a factores biológicos: tener el nivel de colesterol sérico menor de 200 mg/dl, niveles de presión arterial sistólica y diastólica por debajo de 120 y 80 mmHg (respectivamente), y nivel de glucosa basal sérica menor de 100 mg/dl.
Por qué los españoles no aprueban
Según indica el estudio, las causas principales por las que los españoles reprueban en materia de salud cardiovascular son la inactividad física, el consumo de tabaco y la obesidad, estilos de vida poco saludables que afectan a un cuarto de la población. La dieta poco saludable, presente en uno de cada tres ciudadanos, también es influyente.
En cifras generales, el estudio refleja que menos del 1% de los españoles mayores de 18 años siguen las cuatro recomendaciones sobre estilos de vida ideales para obtener salud cardiovascular. Y que apenas uno de cada 12 ciudadanos presenta niveles ideales de presión arterial, colesterol y glucosa.
Para los autores es especialmente preocupante la situación encontrada en las personas más jóvenes (entre los 18 y los 45 años), ya que más de un tercio de estos continúan siendo fumadores y mantienen una dieta escasamente saludable, y solo la mitad presentan un peso normal o desarrollan actividad física regular.
Entre los grupos que el estudio identifica en particular situación de riesgo, destacan los varones, y entre estos, aquellos con menor nivel de estudios.
Las enfermedades cardiovasculares se pueden reducir
Para la doctora Graciani, “la todavía menor mortalidad coronaria existente en nuestro país no debería conducir a la autocomplacencia, puesto que las enfermedades coronarias son una de las principales causas de enfermedad en España, y nuestros datos sugieren que la salud cardiovascular puede ser sensiblemente mejorada. Sobre todo en lo que se refiere a los estilos de vida”.
Aunque la mortalidad por enfermedades cardiovasculares ha disminuido en los países occidentales, incluido España, estas siguen siendo la primera causa de muerte y una de las principales causas de enfermedad, así como del incremento del gasto sanitario en estos países.
El estudio se basó en datos procedentes del estudio ENRICA (Estudio sobre Nutrición y Riesgo Cardiovascular en España), un trabajo de base poblacional realizado entre junio de 2008 y octubre de 2010 sobre una muestra representativa de la población española mayor de 18 años (11.991 personas).
La investigación estuvo financiada por Sanofi-Aventis y patrocinada por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). La información obtenida mediante encuestas se complementó con exámenes físicos y recogida de muestras biológicas.