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Imitador de Elvis Presley y envenenador de Obama

  • El detenido por enviar las cartas con ricina tiene una excéntrica biografía
  • Lo dejó todo para dedicarse a imitar al rey del "rock and roll"
  • Denunció haber descubierto una nevera con restos humanos en un ambulatorio
  • Desde entonces, dice que las autoridades le persiguen y arruinan su carrera

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Imagen de Kevin Curtis colgada en una red social.
Imagen de Kevin Curtis colgada en una red social.

“Soy KC y apruebo este mensaje”. La última frase de las cartas con ricina enviadas a Barack Obama, un senador republicano y un fiscal puso a la policía sobre el rastrode Kevin Paul Curtis, un imitador de Elvis Presley que firmaba con la misma expresión sus comentarios en varias páginas web y redes sociales.

El FBI ha detenido este miércoles a Curtis, de 45 años, acusado de enviar las misivas con una toxina que puede ser mortal. No ha explicado qué móvil tenía para querer envenenar al presidente de EE.UU. o al senador de Mississippi. Basta echar un vistazo a su excéntrica biografía.

Obsesionado con el “rey del rock and roll”, Curtis ha publicado numerosos comentarios en internet quejándose de que los concursos de imitadores están amañados. También es el autor de una web en la que acusa a organismos federales de perseguirle por descubrir una red de tráfico de miembros humanos almacenados en un centro medio local.

"Víctima "de una conspiración federal

En una página web, Curtis denuncia "una conspiración para arruinar mi fama en la comunidad y destruir la reputación que me he labrado durante más de 20 años en la escena musical". A partir de ahí, relata que empezaron a perseguirle a partir del día que descubrió por accidente un "refrigerados lleno de partes desmembradas y órganos envueltos en plástico" en el North Mississippi Medical Center (NMMC).

Hasta tal punto llega la manía persecutoria de Curtis que publicó una petición online, una especie de salvaguarda en caso de que a él le ocurriera algo. En el texto solicita ayuda y acusa a las autoridades de atentar contra su vida. No solo vuelve a describir su siniestro hallazgo, sino que denuncia "prácticas laborales injustas" en el mismo centro médico como, por ejemplo, que mientras los hispanos trabajan fuera de su horario sin uniforme, a los no-hispanos se les envía a casa si vana a trabajar sin su etiqueta identificaba.

"Ver algo incorrecto y no difundirlo es convertirse en un aliado silencioso de su continuación", decía en sus cartas. Una pista de los motivos que le habrían podido llevar, presuntamente, a querer envenenar a los "responsables" de no investigar sus paranoias.

Religioso y padre de cuatro hijos

Padre de cuatro niños, fue propietario de un negocio del limpieza en Tupelo, la ciudad natal de su Elvis, pero lo abandonó para dedicarse por completo a imitar a su ídolo. Se presenta a sí mismo como un intérprete versátil y, aunque el de Memphis es su gran pasión, también se atreve con Roy Orbinson, Johnny Cash y Hank Williams, entre otros.

Actúa en cruceros y eventos festivos. Tiene varias páginas en internet y un canal de vídeos en YouTube en los que cuelga sus actuaciones. "Él es muy bueno en lo que hace", señala su padre, Jack Curtis, orgulloso en una entrevista telefónica con el diario The New York Daily, donde explica que una vez su hijo terminó séptimo en una competición de imitadores en Memphis.

Asegura que no sabe por qué su hijo envió las cartas con veneno. "No puedo pensar en ninguna razón por la que Kevin iba a hacer algo así. ¿Cómo consiguió la ricina?", se pregunta. "Nunca he hablado con él de Obama y Wicker (...). Yo odio a Obama. No me puedo creer que ganar a Mitt Romney", añade.

Jack cuenta que Kevin fue detenido en la ciudad de Corinth cuando estaba a punto de ir a recoger a sus hijos y llevarlos a un servicio religioso.