La ricina, un veneno mortal en grandes cantidades
- La ricina es un veneno que proviene de los desechos del aceite de ricino
- Puede ser mortal si se inhala o ingiere en grandes cantidades
- Obama podría haber sufrido enrojecimiento de la piel y dolor de haber entrado en contacto
La ricina es un veneno que se encuentra en la naturaleza en las semillas de ricino, las cuales, si se mastican e ingieren pueden causar daño. Sin embargo, la ricina como veneno es un invento cuya patente, asignada a la Secretaría del Ejército de los EE. UU., se tramitó en 1962.
Esta semana, la Casa Blanca reveló que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha sido el destinatario de una carta con una "sustancia sospechosa", que tras una prueba preliminar fue identificada como ricina.
¿De dónde proviene la ricina?
Las semillas de ricino contienen una toxina que es siete veces más mortífera que el veneno de cobra, señala el Departamento de Agricultura de EE. UU. Las semillas de la planta se procesan normalmente para conseguir aceite de ricino, cuya aplicación más conocida es como purgante, aunque también se usa en la producción de lubricantes para grandes motores, pintura, plásticos, champú o cosméticos.
La ricina proviene de la parte desechada durante la producción del aceite y se ha usado de forma experimental en medicina para eliminar las células cancerígenas, por ejemplo, según recoge el Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos (CDC),
¿Cómo actúa el veneno?
El efecto de la ricina es diferente según llegue al cuerpo: por inhalación, ingesta o con una inyección. En todos los casos, una vez dentro del organismo, la sustancia llega a las células de la persona e impide que fabriquen las proteínas que necesita el cuerpo, por lo que las células mueren. El cuerpo puede salir perjudicado e incluso puede darse la muerte.
“La ricina impide que las células fabriquen las proteínas necesarias para vivir“
Cuando se inhala la ricina, los síntomas iniciales empiezan a manifestarse entre cuatro y ocho horas después de la exposición. Eso sí, según señala el CDC tienen que inhalarse "cantidades significativas de ricina" para experimentar síntomas como dificultades respiratorias, fiebre, tos, náuseas y presión en el pecho.
Según pasan las horas el cuerpo empieza a sudar de forma abundante y los pulmones se llenan de líquido (lo que se conoce como edema pulmonar), que se puede detectar con rayos X o escuchando el pecho con un estetoscopio. Esto provoca que se respire con mayor dificultad y que la piel se torne azul. Finalmente, puede darse una ralentización de la presión sanguínea y fallos respiratorios, desenvocando en la muerte.
Si se ingesta, el efecto de la ricina es más lento y se manifiesta en menos de 10 horas. Si alguien toma grandes cantidades del veneno, puede experimentar vómitos, diarrea, deshidratación y una caída de la presión sanguínea. El desenlace por este tipo de envenenamiento llega al cabo de unos días, cuando el hígado, el bazo y los riñones dejan de funcionar y la persona puede morir.
La muerte se produce a las 36 o 72 horas después de la exposición, dependiendo de cómo y en qué cantidad ha llegado la ricina al cuerpo.
Si la piel y los ojos se exponen -como hubiera sido el caso del presidente Obama-, los polvos de ricina pueden causar enrojecimiento y dolor, aunque según apunta el CDC, la piel normal no suele absorber la ricina. Solo si el veneno estuviera en la piel y, por ejemplo, se comiera con las manos impregnadas con él, se podría llegar a ingestar.
Qué hacer en caso de exponerse a la ricina
Según revela el CDC, no existe antídoto para la ricina, pero en caso de estar expuestos, hay que eliminarla del cuerpo lo antes posible. En caso de recibir apoyo médico, las medidas a tomar son -dependiendo de si se ha inhalado, ingerido o la piel u ojos han entrado en contacto-: recibir fluidos intravenosos o medicamentos para tratar ataques y baja presión sanguínea; irrigar con carbón activo -si la ricina se acaba de ingestar- o lavar los ojos con agua si se han irritado.
Otras recomendaciones para protegerse ante la exposición a la ricina son alejarse de la zona en la que se ha lanzado la ricina y salir al exterior, quitarse la ropa -y aislarla en una bolsa de plástico- y lavar todo el cuerpo con jabón y agua, además de recibir atención médica lo antes posible.
En el caso de haber expuesto los ojos al veneno se aconseja lavarlos solo con agua durante 10 o 15 minutos. En el caso de llevar lentes de contacto, hay que retirarlas y no volvérselas a poner, y con gafas, también se aconseja lavarlas con agua y jabón.
La receta de la ricina
La ricina está atribuida a Harry L. Craig, O.H. Alderks, Alsoph H. Corwin, Sally H. Dieke y Charlotte Karel, quienes empezaron a gestionar la patente en 1952 y no la formalizaron hasta 10 años después, según explica la organización Global Security.