"Llevo tres años apuntada al paro y nunca me han informado de ningún curso de formación"
- La formación de parados, clave para mejorar posibilidades de encontrar empleo
- Muchos desempleados que buscan formación creen que es escasa
- La mayor parte de esa formación se gestiona desde las autonomías
- La crisis y los recortes han influido en la actual parálisis, según UGT y CC.OO.
Enlaces relacionados
Con más de seis millones de parados en España en marzo (EPA del primer trimestre), el Ministerio de Empleo, la Comisión Europea, los agentes sociales y los organismos internacionales –desde el FMI a la Organización Mundial del Trabajo- apuntan a la formación como una de las claves que puede ayudar a las personas que no tienen empleo a mejorar sus posibilidades de encontrarlo.
Las instituciones internacionales reiteran una y otra vez que deben invertirse fondos públicos en formar a los desempleados ya que, debido a su situación, la mayoría no tienen la posibilidad de pagársela ellos mismos. Pero la crisis económica y las particularidades del sistema español para organizar y gestionar esa formación a través de las autonomías están afectando a su aplicación práctica. Una eficiencia y eficacia que, según la ministra de Empleo, Fátima Báñez, tratará de mejorar la reforma “en profundidad” que se prevé aprobar en el Consejo de Ministros de este viernes y en la que también se apuesta por aumentar la vinculación entre “políticas activas y pasivas”, es decir, entre la formación y el cobro de prestaciones.
“Llevo tres años apuntada al paro y nunca me han informado de ningún curso”, explica a RTVE.es Raquel, una salmantina de 35 años licenciada en Química. Eduardo, zaragozano de 33 años, diplomado en Informática de Gestión y reciclado en realizador audiovisual, señala que “en Aragón hay bastantes cursos, pero muchos tienen cientos de solicitudes y no se puede acceder a ellos”. “La mayoría de los cursos que hay ahora –prevención de riesgos laborales, búsqueda de empleo en Internet, redacción de CV…- ya los he hecho”, indica Ainhoa, una vasca de 38 años especializada en Derecho Económico.
Poco reciclaje para muchas profesiones
Aparte de la escasez, otro problema que detectan los parados que buscan formación es dar con el tipo de cursos que les reciclen en su propia especialidad o les permitan entrar en campos nuevos.
Los cursos que se ofrecen se enfocan en su mayoría a los colectivos menos cualificados (los que concentran un elevado porcentaje de paro y cuentan con menos recursos para encontrar empleo), a actividades muy especializadas de oficios manuales o a áreas de especialización técnica en nuevas tecnologías.
Es lo que explica a RTVE.es Esther, periodista madrileña de 41 años con 15 años de experiencia en redacciones y gabinetes de comunicación y que lleva siete meses sin trabajo. “Pregunté en la oficina de empleo por cursos de idiomas y me dijeron que tenía suerte, que sí tenían cursos de idioma: inglés, francés y alemán para atención al turista, y esos mismos para uso comercial. Les dije que yo necesitaba un nivel avanzado y me respondieron que no había”.
Lo mismo le ocurre a Santiago, de 39 años, que lleva tres años en paro. Con un Grado Superior en Ampliación y Desarrollo de Proyectos de Construcción, ahora le queda una asignatura para terminar Arquitectura Técnica. “Formación en mi campo hay muy poca y la que hay no me aporta nada. Quiero aprender inglés porque no descarto irme fuera, pero he pedido tres veces los cursos de ese idioma del servicio de empleo y no me los han dado nunca. Constantemente estoy buscando cursos subvencionados, sobre todo de inglés, y no encuentro nada”, insiste a RTVE.es.
A esos parados más formados, la secretaria de Formación de UGT, Teresa Muñoz, les recomienda “que se acerquen a los centros de orientación universitaria, porque en las universidades se están dando cursos muy especializados y adaptados a los puestos de trabajo”.
Cambiar de profesión para encontrar trabajo
Cuando el parado se decide a dar el salto a otras actividades laborales distintas a la propia, la formación tampoco es garantía de empleo.
En Valladolid, Raquel dejó de lado la Química que estudió en la universidad y cursó un master de riesgos laborales. Después trabajó como comercial de seguros y profesora de asignaturas de Ciencias en una academia. “Llevo reciclándome desde que acabé la carrera y tampoco tengo problemas para moverme: he echado solicitudes en bolsas de trabajo de Argentina y Reino Unido”, explica antes de lamentar: “Tengo la sensación de que he llegado tarde a todas partes”.
Eduardo también busca un hueco en el mercado laboral multiplicando su formación. Después de su diplomatura en informática de gestión, obtuvo el Grado Superior de FP en Realización Audiovisual y realizó varios cursos subvencionados de operador de cámara y montaje.
“Veo que como cámara no puedo hacer más, porque ya tengo la formación que necesito y no encuentro nada. Ahora estoy haciendo un curso del Inaem [Instituto de Empleo de Aragón] de instalación y mantenimiento de sistemas de placas solares térmicas porque hice otro sobre esto en 2006 y quiero completar la formación”, detalla a RTVE.es este maño, que continúa: “Creo que por este camino se pueden abrir posibilidades para trabajar porque han aprobado hace poco la nueva normativa. Además, han abierto otros cursos nuevos de certificación energética de edificios, que también hay nuevas normas, y me apuntaré”.
Desde UGT, Muñoz admite que “no siempre se es capaz de coordinar las necesidades de formación de los trabajadores con los cursos que se ofrecen. El sistema es demasiado rígido y tarda en adaptarse a los cambios: a veces, cuando se ha diseñado formación para un campo que podía ofrecer empleo, ese campo ya no mantiene esa capacidad”, por lo que insta a un pacto de Estado amplio en el que agentes sociales y fuerzas políticas definan un nuevo sistema formativo más flexible.
La crisis y los recortes paralizan la formación
Desde la Secretaría Confederal de Formación para el Empleo de CC.OO., Francisco Moreno, explica a RTVE.es que la escasez y parálisis que aprecian estos parados se debe a que, “a partir de 2011, ha habido un parón en la formación: la crisis hace que haya menos recaudación de cuota [de formación profesional] y menos inversión de la Administración”.
Alonso, un diseñador gráfico de 37 años parado desde hace un año, explica:“En junio me apunté en la Federación Empresarial de Toledo a todos los cursos que ofrecía –inglés comercial, ofimática y dos de diseño de páginas web- y me dijeron que no habían recibido todavía el dinero para formación de 2012. Antes adelantaban el dinero, pero ahora no pueden. Desde entonces, no me han llamado para ningún curso”.
Como reitera Teresa Muñoz, esa parálisis se debe a que ”el reparto [de la financiación por parte del Estado] ha ido con retraso este año y las comunidades no tienen posibilidad de endeudarse tanto como antes”. A eso se suma -según Francisco Moreno- que “aún se deben programas de formación de 2009 y 2010, lo que ha llevado a algunos centros de formación y academias a cerrar; los sindicatos hemos tenido que hacer también ERE temporales o de extinción en algunos de los nuestros”.
Además, denuncia este técnico de Comisiones Obreras, “el problema más grave es que se han utilizado fondos de formación para otras cosas”. Así, CC.OO. y UGT sospechan que se han usado para financiar parte del Plan Prepara, los 400 euros que se pagan a parados sin otra prestación y que se vinculó en sus orígenes a la formación. Muchos de los receptores del Prepara no han obtenido esa formación y, cuando la ha habido, se ha limitado en la mayoría de los casos a cursos sobre cómo preparar un currículum o buscar empleos en internet.
Sobre ese punto, la secretaria de Formación de UGT recuerda que “la cuota de formación es finalista y debe utilizarse para lo que se ha recaudado”, tal y como ha fijado el Tribunal Constitucional en siete sentencias recientes relativas a la formación profesional.
La patronal CEOE va más lejos y subraya que esas sentencias determinan que la financiación de las políticas activas destinadas a desempleados "debe provenir de los Presupuestos Generales del Estado" y no de la cuota de formación, cuyos fondos "deben reorientarse, prioritariamente, para la formación de ocupados, en aras a mantener el puesto de trabajo".
Una estructura complicada y repartida
En la actualidad, el dinero para formar parados sale, casi en su totalidad, de la cuota de formación incluida en las cotizaciones de empresas y trabajadores, que también financia la formación para ocupados y las bonificaciones que consiguen las empresas por formar a sus empleados. El Estado recauda esa cuota y la reparte entre el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), las comunidades autónomas y la Fundación Tripartita (sindicatos, CEOE/Cepyme y Gobierno central). Esta última se centra en formación para ocupados, aunque fuentes de esta entidad explican a RTVE.es que está admitiendo en sus cursos hasta un 40% de parados “debido a la actual situación”.
Esos tres gestores planifican cada año en qué sectores o a qué tipo de parados quieren enfocar la formación. Sus propios centros y escuelas-taller montan una parte de los cursos, pero la mayoría se imparten a través de municipios, sindicatos, empresas, fundaciones y otras entidades públicas y privadas que consiguen las subvenciones tras un proceso de selección con criterios que son distintos en cada comunidad.
Esta estructura diversificada complica enormemente el seguimiento de los fondos y de su utilización, denuncian CC.OO. y UGT a RTVE.es. “Se pueden tener datos globales, pero al llegar al nivel de las comunidades autónomas, se corta la información y no hay datos desglosados”, critica Moreno. Para elaborar esta noticia, RTVE.es se puso en contacto con las 17 comunidades autónomas para solicitar una serie de datos específicos sobre formación para desempleados y solo País Vasco, Cantabria y Madrid enviaron la respuesta para poder incluirla en esta información, lo que impide realizar un análisis global de la situación a nivel autonómico. Tampoco el Ministerio de Empleo ha atendido la petición de entrevista para analizar el funcionamiento del sistema formativo para desempleados.