Hizbulá endurece su discurso sobre Siria y apunta a los Altos del Golán
- Hassan Nasralá asegura que apoyará a Damasco para defender la zona
- Un ataque en el Golán podría arrastrar a Israel al conflicto sirio
Cuando Hassan Nasrala amenaza, muchos en Líbano y Siria contienen la respiración. Y el líder de Hizbulá, la poderosa organización integrista libanesa ha subido el tono de su discurso y ha apuntado a los Altos del Golán. Tras dos años de pugna, el conflicto sirio amenaza con sacudir a toda la región. Israel se puede ver arrastrado mientras Bachar Al Asad, cada vez más acorralado, intenta involucrar al ‘Partido de Dios’ en su misma lucha.
“Escucha, Israel, Siria dará a la resistencia (Hizbulá) armas como no hemos tenido nunca”, dijo este jueves el líder de la organización en mensaje televisado, el segundo en un mes. Armas, dijo Nasrala, que pueden “cambiar el equilibrio del juego”.
La mayoría de los analistas coinciden en que ese armamento sería misiles de largo alcance, y no las temidas armas químicas. La organización, considerada “terrorista” por EE.UU., ya cuenta con un alto y sofisticado arsenal que consigue adaptar a las circunstancias y tácticas de lucha. Desde cohetes Katyusha (una versión evolucionada del Grad) hasta misiles Fajr-3, Fajr 5 y Zelzal 1 de fabricación iraní, con un alcance de 150 kilómetros. Sin embargo, este nuevo armamento permitiría a la organización subir el nivel y poner en jaque las defensas de Israel.
Por su parte, un Al Asad cada vez más asediado trata de conseguir el apoyo de la poderosa milicia libanesa y ha aprovechado los ataques israelíes para conseguirlo. "Después de este ataque, estamos convencidos de que luchamos contra el enemigo, y perseguiremos a sus soldados en Siria", agregó, en alusión a los rebeldes sirios a quienes acusa de ser aliados de Israel.
Hizbulá apunta a los Altos del Golán
Al inicio del conflicto, que ya ha causado la muerte a más de70.000 personas según la ONU, y mas por cuestiones estratégicas que ideológicas, la milicia libanesa disimuló oficialmente su indiscutible apoyo al régimen sirio, pese a que fuentes de inteligencia israelíes y estadounidenses aseguraban que Hizbulá prestaba soporte militar a Damasco.
Pero desde la entrada en juego de Israel, el ‘Partido de Dios’ (traducción del árabe de Hizbula) ha endurecido su retórica. El régimen de Asad, dominado por la secta chií de los alauíes, ha sido uno de los mayores aliados regionales con los que ha contado y Hizbulá se juega su supervivencia también en el país vecino.
Este jueves, el Secretario General de Hizbula expresó su apoyo a Siria "a todos los niveles". Y para movilizar a sus acólitos, Nasrala ha recurrido a una vieja reivindicación: los Altos del Golán. “La milicia apoyará (al régimen) militarmente, financieramente y moralmente, como Siria apoyó a la resistencia libanesa para liberar el sur del Líbano”, dijo Nasrala. “Aquellos que siguen hablando sobre la falta de acción siria en el Golán les digo que el frente sigue abierto”.
"Me temo que ambas partes son serias en lo que están diciendo, y esto es una receta para el enfrentamiento directo entre Israel y Hizbula", comentaba al The New York Times, Boaz Ganor, experto en contraterrorismo del Interdisciplinary Center in Herzliya de Israel.
Otros expertos coinciden en que la amenaza es peligrosa. "Cuando lo decía Al Asad, los funcionarios israelíes se burlaban " apunta un analista militar israelí al periódico israelí Yedioth Ahronoth. "Pero cuando Al Asad y Nasralá lanzan exactamente la misma amenaza, deberían tomárselo en serio".
"La apertura de este frente, con o sin el consentimiento de Al Asad, empujará a cientos, si no miles, de palestinos y árabes de Siria, Líbano y Jordania para retomar las armas para hacer frente a la ocupación en cualquier frente que se abra contra ellos ", asegura el director del influyente diario árabe Al Quds Al Arabi, Abdel Bari Atwan.
El vacío de poder
Los Altos del Golán es una zona fronteriza entre Israel y Siria tras la Guerra de los Seis días y consolidada tras la Guerra del Yom Kipur (1973). Israel se anexionó el territorio en 1981, aplicando su sistema legal y administrativo. Desde entonces, la región ha hecho de ‘territorio tapón’ entre dos ejércitos, el israelí y el sirio, abiertamente enfrentados.
Pero en los últimos meses, las consecuencias del conflicto sirio también han afectado a la zona. Rami Abdelrahman, director del opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos, dijo que los rebeldes habían estado llevando a cabo ataques sobre las fuerzas de Al Asad cerca de la primera línea del Golán.
En los últimos meses, en sus proximidades ha aumentado la tensión con secuestros, entre ellos, algunos cascos azules, y combates entre el régimen y los rebeldes sirios. En algunas zonas, sobre todo en el tramo sur de 80 km de frontera, las fuerzas de Asad se han retirado de sus posiciones, aunque los rebeldes no son capaces de ejercer el control por la potencia de fuego superior del ejército. La consecuencia ha sido un peligroso vacío de poder.
"Imagine que por esta situación se elimina la única parte neutral en la zona - que sería un zona abierta para todos. Podría ser muy, muy peligroso", ha dicho a Reuters Timor Goksel, que sirvió con las fuerzas de paz de la ONU en el sur del Líbano durante 24 años. Sin embargo, Goksel no cree que Asad y Hizbulá planeen grandes operaciones militares en el Golán, aunque el vacío de poder en el lado sirio dejó espacio para que otros actúen.
"Lo que me da miedo, dado el hecho de que nadie está realmente a cargo allí, es que cualquier grupo afiliado a Damasco puede tomar el asunto en sus propias manos", ha dicho. "Sucedió en el Líbano. Cuando solíamos tener problemas en Palestina alguien en el sur (de Líbano) lanzaba un par de cohetes contra Israel".
La tensión crece por momentos. Las acusaciones al régimen sirio de haber usado armas químicas han puesto a Obama ante la disyuntiva de cumplir o no sus amenazas por haber cruzado la ‘línea roja’. Quizás por eso Washington ha arrastrado a Rusia para iniciar la enésima oportunidad a la vía diplomática. Pero una acción en los Altos del Golán acabaría con esa esperanza, metería de lleno a Israel en la guerra de Siria y con ello, posiblemente, a otros actores de la región.