El BCE contradice a Berlín: todas las piezas de la unión bancaria deben funcionar en 2014
- El miembro alemán del BCE apuesta por que estén en vigor el próximo verano
- Alemania advierte que se necesita una reforma de Tratados que tardará años
El representante alemán en el directorio del Banco Central Europeo (BCE), Jörg Asmussen, ha pedido este martes que todas las piezas de la unión bancaria -no sólo el supervisor común europeo, sino también la autoridad común de liquidación y el fondo común de resolución financiado por las entidades europeas- empiecen a funcionar "en paralelo" durante el primer semestre de 2014.
El BCE se alinea así con las tesis de Francia, España y la Comisión Europea y se enfrenta a Berlín, que sostiene que para crear esos mecanismos se necesita una reforma de los Tratados europeos que tardaría años, por lo que propone en su lugar una red de autoridades nacionales.
"Queremos hacer progresos en todos los elementos de la unión bancaria en paralelo", ha resaltado Asmussen a su llegada a la reunión del Ecofin donde se discutirá la unión bancaria. "Es una precondición para superar la actual fragmentación en los mercados financieros europeos", ha proseguido. También ha destacado que es fundamental "para que los bancos vuelvan a dar créditos, especialmente a las pymes".
"Queremos un régimen europeo común de liquidación, junto con una autoridad común de resolución y un fondo común de resolución financiado con una tasa a la industria financiera; y esto debería empezar a funcionar en paralelo con el mecanismo común de supervisión, esperemos que en verano del año que viene", ha sostenido el banquero alemán.
El orden de reparto de costes en la quiebras, en marcha en 2015
Asmussen ha confirmado que el BCE -antes de asumir las tareas de supervisión el año que viene- realizará "una revisión en profundidad de la calidad de los activos de los bancos que se vigilarán", en colaboración con los bancos centrales nacionales y expertos externos. El examen cubrirá a 130 bancos de la eurozona que representan el 85% de los activos bancarios, ha señalado.
El BCE sí apoya a Alemania en la petición de que se adelante a 2015 -en lugar de 2018, como defienden la mayoría de los Estados miembros- la entrada en vigor de la nueva norma que obligará a los accionistas y acreedores a asumir pérdidas en las quiebras bancarias. Hasta ahora, el coste de esas liquidaciones lo asumen los contribuyentes de los Estados a los que pertenece la entidad.
A juicio de Asmussen, la UE debe establecer un "orden claro": los primeros en asumir pérdidas serán los accionistas; luego, los tenedores de preferentes y deuda subordinada; a continuación, los bonistas sénior y, finalmente, los depositantes con más de 100.000 euros. "Esto significa que queremos establecer una preferencia clara para los depositantes", ha apuntado antes de insistir en que los pequeños depositantes estarán protegidos en todos los casos.