El mexicano Escalante provoca reacciones encontradas en Cannes por la violencia de 'Heli'
- Narra el castigo de Estela, de apenas 12 años, a manos de narcotraficantes
- François Ozon decepciona con Jeune et Jolie, la otra película en concurso
El mexicano Amat Escalante ha presentado en Cannes este jueves Heli, la única película de habla hispana en la competición oficial, que ha provocado reacciones encontradas debido a la violencia de la historia y a varias escenas particularmente explícitas. Por su parte, François Ozon ha decepcionado con la otra película de la sección oficial que se exhibía este jueves, Jeune et Jolie, un filme pretencioso que no ha sido bien acogido.
Heli, en cambio, ha suscitado una mezcla de sorpresa e incomprensión entre los asistentes, que han podido contemplar en la pantalla el castigo que sufre su protagonista, Estela, de apenas 12 años, al pagar las consecuencias de su noviazgo con un agente de la policía que se implica en un robo de droga a una banda de narcotraficantes, un castigo brutal que le alcanzará a ella y a toda su familia, y que el filme retrata sin contemplaciones.
Con esta película, Escalante ha querido ir "más allá de la violencia" y mostrar no solo ésta, "sino su contexto, la gente que observa esa violencia", según ha explicado el realizador en rueda de prensa. No es, sin embargo, un manifiesto sobre la situación actual en México, sino la historia de una familia específica, ha recalcado el coguionista del filme, Gabriel Reyes, que ha señalado que, si nunca se habla de las cosas negativas, nunca tendrán una solución.
“Hay mucha más violencia gráfica en los medios de comunicación“
"Todo el mundo tiene problemas, y los ciudadanos de muchos lugares podrían identificarse" con la violencia que muestra la película, pero, ha recordado Reyes, hay "mucha más violencia gráfica en los medios de comunicación".
Violencia generada por los narcotraficantes
Frente a esa violencia real que cada día se muestra en las pantallas, Heli propone una ficción brutal, un escalofriante retrato de la violencia generada por las bandas narcotraficantes en México, que ha sido recibido con conmoción en Cannes. El filme ha dejado sin palabras a la mayoría del público, que, aunque también se han reconocido los valores y el preciosismo formal de un filme que está en la competición oficial del festival, junto a nombres como los de Polanski, los hermanos Coen o Alexander Payne, entre otros.
La película está narrada por Escalante de forma objetiva y una cierta distancia, pero sin ahorrar sufrimiento al espectador. Como la tortura a la que se ven sometidos Heli, el hermano de la chica, y Beto, su novio, una terrorífica secuencia en la que las torturas son observadas por unos niños que apenas unos minutos antes jugaban con videojuegos.
Aunque las reacciones de mayor sorpresa fueron las provocadas en la escena en la que uno de los miembros de la banda de narcotraficantes rompe el cuello al pequeño perro de Estela, personaje interpretado con una sencillez apabullante por Andrea Vergara, debutante en el cine.
Heli, tercera película de Escalante tras Sangre (2005) y Los bastardos (2008) -ambas presentadas en Cannes, pero dentro de la sección Una cierta mirada-, continúa así la tendencia violenta mostrada por sus trabajos anteriores. Porque, como señalaba el director, son "la muerte, el sexo y la violencia" lo que le interesa a la hora de poner en marcha un proyecto.
Decepcionante Ozon
Si Heli no ha dejado indiferente a nadie en Cannes, la propuesta de François Ozon, que abría la competición oficial, ha decepcionado: Jeune et Jolie es una película pretenciosa sobre una adolescente que busca su camino en la prostitución y con la que el realizador ha pretendido mostrar lo "dolorosa y difícil" que es la adolescencia.
"Tras En la casa, en la que trabajé con dos chicos, tenía el deseo de seguir trabajando con adolescentes, más bien con una chica", y de ahí partió la idea de escribir la película, explicaba el director en rueda de prensa, acompañado de la actriz Marine Vacth, todo un descubrimiento y, sin duda, lo mejor del filme.
Con esta película, el realizador compite en la sección oficial de Cannes, a la que vuelve 10 años después de presentar Swimming Pool. Y aunque al final del primer pase de prensa ha habido aplausos, también se han escuchado risas durante algunos de los momentos más dramáticos de la narración.
Jeune et Jolie es una historia triste y dramática de la que Ozon se ha querido distanciar para que el espectador saque sus propias conclusiones pero también para demostrar que hay muchas más cosas detrás de los personajes. El objetivo era "dejar agujeros, no contarlo todo": "Esa joven es un misterio y quería compartir ese misterio" con los espectadores, ha comentado Ozon.
"Es mi forma de trabajar, tengo tendencia a dejar un poco de distancia. Creo que la gente es inteligente y con capacidad de entender sin que tener que explicárselo todo", ha añadido el realizador.
Adolescencia y aislamiento
“Yo tengo un recuerdo doloroso y difícil de mi propia adolescencia“
Y sobre el porqué de elegir el mundo de la adolescencia, protagonista de sus primeras películas, ha argumentado que en todos los filmes franceses y muchos internacionales "se muestra la adolescencia extremadamente idealizada, pero yo tengo un recuerdo doloroso y difícil de mi propia adolescencia y eso es lo que quería contar, pero con la distancia que permite la experiencia".
Así, Jeune et Jolie se centra en la vida de Isabella, que pasa el verano con su familia en la playa y conoce el primer amor de la mano de Felix. Pero tras perder la virginidad con él y no sentir nada de lo que esperaba, a su vuelta a París, emprende una incomprensible doble vida y comienza a prostituirse.
Sin embargo, poco o nada cuenta Ozon de las razones que llevan a esta joven por un camino complicado y poco habitual. El realizador, que ya exploraba el aislamiento de la adolescencia en su anterior filme En la casa, se muestra en Jeune et Jolie demasiado frío y distante de un tema espinoso y profundamente debatido socialmente, de forma que lo que consigue es caer en el absurdo en algunas ocasiones y en bordear lo cursi en todo momento.
Todo el peso del filme recae en la joven actriz Marine Vacth, de 23 años, con escasa experiencia en el cine pero sí como modelo. Vacht aporta su belleza y su misterio a un personaje complejo, que "no se explica, no se excusa y vive lo que siente que quiere vivir", ha explicado la joven en la rueda de prensa. Todo ello, con la música de fondo de Françoise Hardy.