Muere el exdictador argentino Jorge Videla
- Ha fallecido a los 87 años de muerte natural en la cárcel
- Estaba condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad
- El general es el símbolo del terror de la dictadura militar argentina
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El exdictador argentino, Jorge Videla, ha fallecido a los 87 años en la cárcel de Marcos Paz de Buenos Aires, donde cumplía cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad durante su presidencia, la última dictadura militar en Argentina (1976-1983).
El general, que ha fallecido de muerte natural, llevaba algo más de cuatro años en una prisión militar donde era tratado como un preso común. Desde 1998 había permanecido bajo arresto domiciliario mientras era investigado por secuestros, asesinatos y torturas.
La esposa de un militar, Cecilia Pando, ha confirmado a una radio local que Videla murió mientras dormía. "Anoche no quiso cenar porque se sentía mal", ha afirmado.
Todo un símbolo del terror, Videla fue el cerebro del golpe militar del año 76 que derrocó a la viuda de Juan Domingo Perón, y también fue el jefe de la primera Junta Militar de la dictadura que dirigiría los destinos de los argentinos hasta la llegada de la democracia. Fue entonces, en 1983, cuando fue detenido y condenado por primera vez a cadena perpetua bajo el Gobierno de Raúl Alfonsín. Pero en 1990, Carlos Menem lo indultó y no volvió a ser apresado hasta 1998.
Nunca se arrepintió de nada. Siempre reinvindicó su actuación y así es como se convirtió en el primer gobernante de la dictadura argentina condenado a prisión perpetua, cuando en 2010 la Justicia le declaró culpable del fusilamiento de una treintena de presos políticos en 1976. Este juicio histórico es considerado el proceso más importante en el último cuarto de siglo.
El golpista acumuló sentencias en los tribunales, donde también fue condenado a 50 años de prisión por el plan sistemático de robo de bebés a opositores, que luego fueron dados ilegalmente a familiares del régimen, como práctica sistemática para acabar con la “subversión” durante la dictadura.
Más de 30.000 desaparecidos
Secuestros, torturas y desapariciones. Fueron los tres ejes que sujetaron su dictadura y acabaron con cualquier atisbo de movilización popular que pretendiera un cambio social. Hablar de Videla es hacerlo de los "vuelos de la muerte" y de la Escuela Mecánica de la Armada.
“Deja una gran marca en la vida del país“
Los organismos de Derechos Humanos calculan que fueron 30.000 las personas desaparecidas en esta etapa, en su mayoría jóvenes. A esta cifra hay que sumar los 10.000 presos políticos y las decenas de miles de exiliados que se vieron forzados a emigrar ante las amenazas de muerte. Algunos han sido incapaces de volver a Argentina. Hubo más de 500 centros clandestinos de detención en todo el país y la Escuela Mecánica de la Armada, el más grande, se convirtió en el símbolo de la represión de aquellos años.
Una de las mujeres que más ha luchado para verle en la cárcel dice que tras conocer su muerte, se ha sentido "tranquila". "Hay hombres buenos y hombres malos. Éste es un hombre malo", ha declarado, Estela Carloto, la presidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo, una fundación dedicada a buscar a los hijos de los desaparecidos.
"Pasó su vida haciendo un gran daño, que dejó una marca en la vida del país", ha afirmado también el activista y Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel a la agencia Reuters. "Su muerte pone fin a su presencia física pero no a lo que hizo al país".
Símbolo del terror de la dictadura
El pasado martes, Videla enfrentó su última vista en el marco del juicio por el Plan Cóndor, una operación en la que las dictaduras de Sudamérica durante los años 70 y 80 -Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil y Bolivia- colaboraron, en connivencia con EE.UU., para acabar con toda "amenaza subversiva" a sus régimenes. El octogenario general se negó a declarar y se definió como un "preso político". Junto a él son juzgadas en este proceso otras 25 personas, entre ellas Reynaldo Bignone, de 85 años, el último dictador argentino con vida.
“Es importante que haya fallecido de muerte natural y en una cárcel común“
La primera reacción del Gobierno argentino a la muerte de Videla ha llegado del secretario de Defensa de los Derechos Humanos, Martín Fresneda. "El Estado argentino no puede celebrar la muerte de nadie" pero sí estar "conformes" con que hubo "justicia y no venganza, y Videla se va de esta tierra como una de las personas que fue responsable de los principales horrores que vivió el pueblo argentino", recoge la agencia Efe.
"Es importante que haya fallecido de muerte natural y en una cárcel común", ha declarado Fresneda al canal C5N, de la televisión argentina. Aunque Jorge Rafael Videla, de común, no tenía nada.