Murió Videla, el más odiado
- Representa lo peor de una de las etapas más oscuras de Argentina
- Llegó a justificar las muertes de su plan de "reorganización nacional"
- En sus últimos días se consideraba "un preso político"
Aunque, en su país, siempre se podrá encontrar a alguien que lo defienda (como ocurre con cualquier dictador con más o menos escrúpulos), Jorge Rafael Videla es, probablemente, el personaje más odiado de Argentina.
Representa lo peor de una de las etapas más oscuras que se recuerdan, del golpe que derrocó a "Isabelita" Perón, de una dictadura que él tuvo el triste honor de fraguar y que él mismo lideraría luego, desde el 24 de marzo de 1976 hasta 1981, presidiendo la primera Junta Militar argentina de aquella época.
Organizaciones como la de las "Abuelas" y las "Madres de la Plaza de Mayo" no han podido más que lamentar que Videla se haya llevado consigo a la tumba información clave para poder seguir desenterrando un pasado reciente que sigue siendo una herida abierta. Clave para continuar averiguando, por ejemplo, dónde se encuentran los 400 menores que fueron apropiados por represores o por cercanos al régimen militar y que todavía no han podido ser recuperados como el centenar que, en su treintena la mayoría, ya han podido -al menos- conocer cuál es su familia de origen, quiénes fueron sus verdaderos padres.
Él siempre negó que hubiese un plan y mucho menos un registro. "Se mueren llevándose secretos de aquella época trágica", ha dicho Nora Cortiñas, una de tantas incansables "Madres de la Plaza de Mayo".
Sin arrepentimiento
En la última entrevista que concedió a un medio escrito -precisamente, a la revista Cambio 16-, Videla llegó a justificar las bajas de su plan de "reorganización nacional" como daños colatorales de un conflicto cualquiera. Ante Ceferino Reato -que en 2012 relató sus encuentros con él en prisión en el libro "Disposición Final"- desmentiría una vez más a los 30.000 desaparecidos, para él, una cifra inventada por muchos para simplemente cobrar indemnizaciones. Que, realmente, habrían sido -según sus propios cálculos- unos "7 ú 8.000".
"Fue un ser despreciable que nunca se arrepintió" ha dicho la titular de "Abuelas", Estela de Carlotto. Efectivamente, nunca se arrepintió de nada. Nunca pidió perdón. Sólo llegó a asumir, en una de sus comparecencias en los tribunales, sus "responsabilidades castrenses".
Videla, que se consideraba en los últimos tiempos un "preso político", sobre todo desde que veía pasar las horas y los pensamientos recluido en una celda, aprovecharía también sus últimas apariciones periodísticas para arremeter contra los Kirchner, para llamar a la rebelión contra quienes derogaron -en concreto, Néstor siendo presidente, en 2004- los indultos derivados de las leyes de "Punto Final" y "Obediencia Debida".
Murió de noche, mientras dormía en el penal de Marcos Paz. Parece que de causas naturales.
Ya había sido condenado a varias cadenas perpetuas. La última vez, el año pasado, cuando fue declarado culpable y cerebro del plan sistemático de sustracción y apropiación de bebés llevado a cabo durante la dictadura. Y tenía muchos otros juicios pendientes. En marcha estaba el juicio oral por el llamado "Plan Cóndor" de las dictaduras sudamericanas de los años 70-80 y que, ahora, se ha quedado sin uno de los principales acusados.
Su fallecimiento "no cierra un ciclo"
Jorge Rafael Videla no recibirá honores militares en su entierro. Una resolución aprobada en 2009 impide honrar a aquellos integrantes de las Fuerzas Armadas que hayan estado involucrados en causas de violación de los Derechos Humanos.
Su fallecimiento "no cierra un ciclo", ha dicho el Premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel: "Fue un hombre que ha pasado por la vida haciendo mucho daño y que ha traicionado los valores de todo un país", "la muerte de Videla no debe alegrar a nadie" porque "tenemos que seguir trabajando por una sociedad mejor, más jsuta, más humana, para que todo aquel horror no se vuelva a repetir".
Sin embargo, hoy, en Buenos Aires, muchos ciudadanos de a pie -nada más conocer la noticia- se manifestaban "contentos" de una desaparición, la de Jorge Rafael Videla.
* José Carlos Gallardo ha sido corresponsal de TVE en Buenos Aires desde enero de 2011 es hasta mayo de 2013.