EE.UU. acusa a Apple de eludir el pago de impuestos mediante ingeniería empresarial
- Una investigación del Senado asegura que no ha tributado por 74.000 millones
- Dice que la tecnológica no violó la ley, pero usó filiales en Irlanda sin empleados
- La empresa lo niega y defiende su aportación a la economía de EE.UU.
La empresa Apple ha aprovechado los resquicios en el código tributario de EE.UU. al utilizar filiales creadas en el extranjero para evadir el pago por unos 74.000 milllones de dólares de ganancias entre 2009 y 2012, según un informe del subcomité de investigaciones del Senado estadounidense.
La investigación señala que la empresa creada por el fallecido Steve Jobs -considerada una de las más exitosas en la historia del país- creó dos subsidiarias en Irlanda que no tenían empleados ni instalaciones físicas, con el único propósito de canalizar miles de millones de dólares de sus ganancias globales para evitar el pago de impuestos en EEUU.
El documento no acusa a la empresa de violar ninguna ley, pero afirma que Apple utilizó un complejo andamiaje para evitar pagar tasas por ganancias de al menos 74.000 millones de dólares en cuatro años.
Las dos subsidiarias irlandesas, identificadas como Apple Operations International y Apple Sales International, suscribieron acuerdos con las autoridades tributarias de ese país que, para efectos prácticos, permitieron que Apple las utilizara para proteger sus ganancias en el exterior.
Se calcula que Apple tiene más de 100.000 de los 145.000 millones dólares que mantiene en la actualidad en efectivo en sus subsidiarias en el exterior, controladas por Apple desde su sede californiana en Cupertino, pero donde no tienen jurisdicción las autoridades tributarias de Estados Unidos.
Según un comunicado enviado a la prensa por el principal ejecutivo de Apple, Tim Cook, la empresa tecnológica rechaza haber recurrido a "trucos" para evitar pagar impuestos. Este será el mensaje que reiterará en su comparecencia de este martes ante el subcomité permanente de investigaciones del Senado, donde asegura que pedirá una reforma del sistema tributario para las empresas que incluya un gravámen "razonable", pero que no dependa de la cantidad de ingresos en el extranjero.
En 2012 pagó 6.000 millones en impuestos en EE.UU.
En un texto de 18 páginas, la empresa defiende sus prácticas comerciales y afirma que, de hecho, Apple es "probablemente el contribuyente corporativo" más grande de Estados Unidos, ya que en 2012 pagó 6.000 millones de dólares en impuestos.
La empresa argumenta que las subsidiarias irlandesas ayudaron a la economía estadounidense mediante la financiación de proyectos de investigación y desarrollo de productos, y mediante la expansión de Apple en Europa y Asia.
Según la empresa, las filiales irlandesas contribuyeron con más de la mitad de los costos de investigación y desarrollo de la empresa el año pasado.
La empresa defiende su historial al destacar que ha sido "un fuerte motor de creación de empleos" en el país: calcula que ha creado o respaldado cerca de 600.000 empleos en EE.UU. , incluyendo cerca de 550.000 en empresas en las áreas de manufactura, ingeniería, logística y desarrollo de software.
Sin embargo, las afirmaciones de Apple sobre sus prácticas empresariales no parecen convencer a varios líderes demócratas y republicanos del Senado, que prevén exigir cuentas de la empresa durante la audiencia.
En ese sentido, el senador republicano por Arizona, John McCain, ha advertido que, "en tamaño y escala, [Apple] también figura entre las que más evitan impuestos".
McCain destaca que una empresa como Apple, que registró un éxito notable al aprovechar el ingenio y las oportunidades que otorgó la economía estadounidense, "no debería enviar sus ganancias al exterior para evitar el pago de impuestos estadounidenses, privando a propósito al pueblo estadounidense de esos ingresos".
Los legisladores han señalado que otras empresas del sector de alta tecnología de EEUU, como Microsoft y Hewlett-Packard, también han afrontado el escrutinio del Congreso el año pasado por explotar los resquicios en el código tributario estadounidense y que, en última instancia, perjudican a las arcas del Estado.