Aplazado el histórico juicio para esclarecer si el Estado italiano negoció con la mafia
- Se reanudará el próximo 31 de mayo, viernes
- El presidente de la República, Giorgio Napolitano, entre los citados a declarar
- Diez son los acusados de tejer este proceso de relaciones
¿Se plegó el estado italiano a los asesinatos de Cosa Nostra hace dos décadas? En Palermo ha comenzado un juicio histórico en el que se tratará de esclarecer las relaciones entre el estado y la mafia.
Diez son los acusados de tejer este proceso de relaciones. Entre ellos están el entonces ministro del Interior y expresidente del Senado Nicola Mancino, el exsenador Marcelo dell'Utri, brazo derecho de Silvio Berlusconi, y los antiguos responsables del cuerpo especial de los Carabineros del ROS, los generales Mario Mori y Antonio Subranni, además del exgeneral Giuseppe De Nonno.
A ellos se unen también los jefes mafiosos que aterrorizaron a Italia, Salvatore 'Totó' Riina, su estrecho colaborador Giovanni Brusca, el que fuera su médico personal Antonino Cinà y el mafioso Leoluca Bagarella. El décimo imputado es Massimo Ciancimino, hijo de Vito, alcalde de Palermo, que con sus revelaciones y documentos heredados de su padre ha hecho que los jueces contasen con pruebas para reabrir el caso.
excepto Mancino, acusado de falso testimonio, y Ciancimino, de asociación mafiosa, los otros imputados tienen que responder a los cargos de violencia o amenaza al Estado y de favorecer a Cosa Nostra.
El varias veces ministro Calogero Maninno será juzgado aparte al haber elegido el proceso breve, al igual que el "jefe de jefes" de Cosa Nostra, Bernardo Provenzano, por motivos de salud.
Antes del inicio de la audiencia, el exministro del Interior en aquellos años adelantó que pedirá también un proceso separado "ya que no se puede mezclar su figura con la de los mafiosos".
El presidente de la República, Giorgo Napolitano, es uno de los 178 citados a declarar. Debe ser el tribunal quien decida sin se tomará testimonio al jefe del Estado.
El juicio se reanudará el 31 de mayo, tras la decisión del Tribunal de Palermo de aplazarlo después de que el fiscal pidiese más tiempo para evaluar las nuevas peticiones para presentarse como parte civil.
Negociaciones con la mafia
A principios de la década de los 90, la mafia lanzó un intento de negociar con el estado. El jefe Salvatore Riina, que se encuentra cumpliendo cadena perpetua, fue, presuntamente, el impulsor del proceso.
Se buscaba una mejora de la ley para los mafiosos. Muchos de ellos estaban desencantados y dispuestos a entregarse tras los asesinatos de Falcone y Borsellino. Para forzar esta negociación se cometieron crímenes atroces, como el del juez Falcone y el sacerdote Pino Puglisi, beatificado el sábado pasado.
Precisamente, en el último ángelus, el papa Francisco pedía oración para que los mafiosos se conviertan. "Oremos para que estos mafiosos y mafiosas se conviertan", dijo el papa Francisco recordando la labor de Don Puglisi para salvar a los jóvenes de la criminalidad organizada y que le costó la vida.
Hace unos años, el mafioso Totó Riina manifestó que los asesinatos de los jueces Falcone y Borsellino fue un crimen de estado. Precisamente, los familiares de este último han mantenido siempre que a Paolo Borsellino lo mataron porque se oponía a esta negociación.