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105 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO

Ian Fleming: el escritor que agitó en James Bond su propia vida con un toque de imaginación

  • Trabajó en el servicio de inteligencia de la Royal Navy
  • El escritor cedió parte de sus rasgos a su personaje
  • Alumbró el personaje literario de Bond en 1952
  • Escribió 9 novelas y seis cuentos protagonizados por 007

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USA: in the era of iPad, fans of typewriters are resisting
En este taller de Los Angeles se han restaurado las máquinas de escribir de personajes como Ian Fleming -Tennessee Williams, Ray Bradbury, Ernest Hemingway, Orson Welles o John Lennon.

Nació un 28 de mayo de 1908, hace ahora 105 años en Mayfair, Londres. Era hijo de un militar y político conservador y nieto de un banquero escocés. Estudiaría como muchos chicos de buena familia en Eton y Sandhurst. Pero desviándose de las convenciones no acabó siendo diplomático, abogado o funcionario. Ian Fleming fue periodista –corresponsal en Reuters–, novelista,  asesor del jefe de la Inteligencia Naval (lo más cercano en su carrera al mundo del espionaje) o agente de bolsa.

Le gustaba el glamour y la buena vida. Al finalizar la segunda guerra mundial regresó al periodismo como jefe de la sección de política internacional del diario The Sunday Times. Más tarde, en los 50, se estableció en Jamaica y allí comenzaría su verdadera aventura…

Porque si por algo Fleming pasó a la posteridad fue por la creación entonces -en 1952- de su personaje de James Bond al que hizo protagonista de una fecunda serie de novelas: Espías, hagan juego (Casino Royale), publicado tras gustarle a su amigo y poeta William Plomer quien luego se convertiría en su editor, a la que seguirían  éxitos editoriales alabados por políticos como John Fitzgerald Kennedy: Los buenos besos de Rusia, Vivir y dejar morir Moonraker…hasta El hombre de la pistola de oro, que dejó inacabado a su muerte en 1964.

Una carrera literaria que fue valorada por figuras como Raymond Chandler. Otros como Paul Johnson resumieron la serie de Bond con tres palabras: “sexo, sadismo y esnobismo”

En la década de los sesenta, aquellas novelas, con pequeñas variaciones en sus títulos, se convertirían en enormes éxitos cinematográficos con cintas protagonizadas por Sean Connery y una larga lista  de sucesores provenientes –como mandaba la productora de los filmes- de la Commonwealth: George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan, y desde 2006 Daniel Craig. Aunque hay que recordar que fue la televisión la que se adelantó al cine, a la hora de abordar la figura del agente 007 al servicio de Su Majestad.

Bond, el hombre que quizás hubiera querido ser

Cuentan que James Bond nació exactamente a las 15h de la tarde de un 15 de enero (capricornio) de 1952 en la finca Goldeneye (Jamaica). Allí estaba Fleming en su residencia, de veraneo. Para bautizar a su criatura, el escritor recurrió al nombre del ornitólogo James Bond cuya obra Bird of the West Indies (Pájaros de las Indias occidentales), estaba leyendo en aquel momento. Quería también –como luego contaría– un nombre fácil, sencillo.

Y se inspiró para ello en un personaje real: Popov,   un agente doble, nacido en Serbia en 1912,  que trabajó para ingleses y alemanes durante el siglo pasado. 

Aunque muchos han sostenido que Bond fue realmente una proyección de el personaje que Fleming hubiera querido ser. En sus tiempos en la Inteligencia Naval llegó a montar complejas operaciones de espionaje –como la que concluyó con la caída de Rudolf Hess– pero en aquellos años habría sido más un espía de despacho y no todo un hombre de acción que experimenta el riesgo en su propia carne.

De hecho, Bond y Fleming compartían rasgos físicos (altura, corte de pelo, color de los ojos), apreciaban los mismos platos (café, huevos escalfados) y costumbres (alcohol, cigarrillos). Amaron al mismo tipo de mujeres y pasaron por la Marina. De hecho, Fleming también admitió haber tomado rasgos para su personaje de ficción de un compañero que frecuentó en la División de Inteligencia Naval.

Así fue la vida de Ian Fleming, autor de 13 novelas, y no solo de James Bond, escribió por ejemplo el libro infantil Chitty Chitty Bang Bang. Una existencia con más aventuras sobre el papel que en su vida cotidiana. Murió a los 56 años, en 1964, dejando viuda y un hijo. Cumplió así de algún modo lo que escribió sobre su famoso agente del M16 en 1953 en Casino Royale: “El siempre sabe cuando su mente o su cuerpo han tenido demasiado y actúa en consecuencia”.