'L'elisir d'amore' vuelve al Liceu con Rolando Villazón y Aleksandra Kurzak
- Dirección musical de Daniele Callegari y escénica de Mario Gas
- Cuatro nuevas funciones en mayo (27 y 30) y junio (2 y 5)
- Los Príncipes de Asturias acudirán a la función de este jueves
Una vez más, volverá a nacer el amor entre Adina, una joven y hermosa terrateniente y Nemorino, un campesino ingenuo y romántico. Y una vez más, ese elixir de amor, suministrado por el charlatán Dulcamara, y que recuerda demasiado a un vino corriente de Borgoña, ayudará indirectamente en la operación estratégica que precede al triunfo del amor.
Todo ocurrirá durante dos noches de mayo, y otras dos de junio sobre el escenario del Gran Teatre del Liceu de Barcelona al que regresarán dos famosísimos cantantes: el tenor mexicano Rolando Villazón y la soprano polaca Aleksandra Kurzak para volver a escenificar L'elisir d'amore de Gaetano Donizzeti, dando vida a dos personajes que encarnaron vocalistas míticos como por ejemplo la pareja Luciano Pavarotti y Joan Sutherland.
Los Príncipes de Asturias han anunciado ya que asistirán a la función del 30 de mayo, este jueves próximo.
El montaje ya pudo verse en esta misma temporada, en noviembre del año pasado. Se trata de una versión con dirección de escena de Mario Gas y con Daniele Callegari dirigiendo la Orquesta Sinfónica y Coro de teatro barcelonés.
Acompañan en el escenario a Kurzak y Villazón, Joan Martín-Royo (Belcore), Ambrogio Maestri (Doctor Dulcamara) y Cristina Obregón (Gianetta).
Una 'pequeña maravilla' de comedia
Escrita por Gaetano Donizetti en quince días y estrenada el 12 de mayo de 1832 en el Teatro della Cannobiana de Milán, L’elisir d’amore es -como cuenta el Liceu en su programa de mano- "una pequeña maravilla de comedia a medio camino entre las tradiciones rossiniana y napolitana. La opera buffa ha evolucionado hasta ser capaz de presentar personajes humanos, con debilidades y sentimientos, emociones y fragilidades"
Y así se resume el mismo programa de mano el argumento tradicional: "Nemorino, protagonista de la historia, busca la ayuda del charlatán Dulcamara para conseguir el amor de la bella Adina, pero una herencia oportuna resultará más eficaz que las cualidades del elixir de amor, cuyo sabor resultaba sorprendentemente parecido al vino de Burdeos"
Pero ese argumento sufre algunas varaciones ya Mario Gas lo sitúa en los primeros años del fascismo italiano de Mussolini. Ha querido establecer un paralelismo entre la idea de la poción mágica del libreto de la ópera, que hace que la gente se enamore, y la demagogia fascista que vende al pueblo su ideología como solución a sus problemas.