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La mujer de rojo y otros iconos de la revuelta turca

  • Los activistas distribuyen vídeos e imágenes a través de las redes sociales 
  • Las fotografías muestran la brutalidad policial y la reacción ciudadana 

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Un policía antidisturbios usa gas contra una mujer en la plaza Taksim, en Estambul, el 28 de mayo
Un policía antidisturbios usa gas contra una mujer en la plaza Taksim, en Estambul, el 28 de mayo.

Una joven vestida de rojo resiste la descarga de gas pimienta de un policía. Su pelo revuelto se eleva por la presión del aire. Esta fotografía se ha convertido ya en el icono de las protestas, especialmente los jóvenes, contra el primer ministro turco,  Recep Tayyip Erdogan.

Aunque los medios de comunicación turcos, en su mayor parte, han intentado esconder las imágenes de la represión policial y de la revuelta, estas han dado ya la vuelta al mundo y están accesibles en las redes sociales desde el primer día, el pasado viernes, cuando miles de personas se reunieron en la plaza Taksim, en Estambul. Mucho de esos miles cruzaron a pie el puente que une la parte asiática de la ciudad con la europea como muestra esta foto, una de las primeras en saltar fuera de las fronteras turcas.

A menudo, los vídeos grabados por los propios opositores revelan tanto los abusos como los actos de desafío individual y de cooperación colectiva, tal y como muestra este vídeo, que resume, según su titulo "La primera semana de resistencia en Estambul". 

Tanto las fotografías como los vídeos atestiguan una característica de lo que ocurre en Turquía: la nutrida presencia y el protagonismo de las mujeres, tanto en las marchas como en las barricadas. Y también, por tanto, como víctimas de la represión. La mayoría son jóvenes sin velo, pero también hay imágenes de mujeres musulmanas protestando en las calles.

Y también hay quién prefiere ocultar su rostro bajo la máscara de Guy   Fawkes, el símbolo de los hackers de Anonymous, que se ha hecho muy popular en manifestaciones en otros países de Europa.

Al final, la propia violencia de los agentes ha servido para sumar a  gente de muy diverso origen e intereses a las manifestaciones, tanto  jóvenes como mayores, desde la extrema derecha a la extrema izquierda  pasando por los kurdos y los nacionalistas, que, como este hombre,  muestran imágenes del padre de la república turca, Mustafá Kemal,  Ataturk.

Los cañones de agua han sido uno de los medios usados por la Policía, junto con las balas de plástico, el gas pimienta o los botes de gases lacrimógenos, en cantidades ingentes y en ocasiones dirigidos contra el cuerpo. Los manifestantes recurren a medios improvisados para combatir los gases, aunque alguno se expone directamente e incluso ha intentado parar, por su cuenta, a las tanquetas.

Una representación de los manifestantes, en una reunión con el viceprimer ministro, han exigido la destitución de los responsables de la violencia policial y han pedido que las fuerzas de seguridad dejen de utilizar gases lacrimógenos para dispersar protestas pacíficas.

Y en medio de la violencia, también hay imágenes de hombres y mujeres plantando para recordar el motivo original  de la protesta: la protección del parque Gezi, una de las últimas zonas  verdes que queda en el centro de la ciudad, y que Erdogan se ha empeñado  en transformar en un centro comercial.