Los paneles solares impresos simplifican la fabricación y las aplicaciones de la energía solar
- La impresora utiliza una especie de tinta con propiedades fotovoltaicas
- Se puede imprimir sobre láminas flexibles y otros materiales
- En el futuro se podrá aplicar en ventanas y fachadas
La impresora utilizada en Australia por investigadores del Victorian Organic Solar Cell Consortium tiene la particularidad de que puede imprimir células o paneles solares de material orgánico a tamaño A3 en su equivalente en papel convencional. Es decir, casi 30 cm de ancho.
El proceso de impresión se realiza por transferencia en el que polímeros orgánicos semiconductores con propiedades similares a las del silicio utilizado en los paneles solares convencionales, se diluyen en líquido para poder ser utilizados de forma similar a la tinta.
El soporte de impresión puede ser una lámina flexible de plástico transparente (haciendo que el panel sea semitransparente) u otras superficies tales como el acero.
Esto permitiría cubrir con paneles solares impresos ventanas de edificios y otras superficies de estos como fachadas y azoteas, proporcionando electricidad a partir de la luz del sol.
Primeras aplicaciones de los paneles solares
Sin embargo, según los investigadores, a corto plazo su objetivo es aplicar los paneles solares impresos en la electrónica de consumo y en pequeños dispositivos. Más adelante pueden ser un desarrollo clave para ampliar sus aplicaciones y usos de tal modo que en el futuro una parte de la electricidad consumida no proceda de las fuentes tradicionales, sino de una variedad de fuentes alternativas combinadas con las fuentes de energía utilizadas actualmente.
La potencia eléctrica generada por estos paneles fotovoltaicos orgánicos es de entre 10 y 50 vatios por metro cuadrado dependiendo de la cantidad de luz solar recibida, aunque los investigadores aseguran haber alcanzado picos de hasta 80 vatios en el laboratorio.
Por el momento produce cantidades limitadas de electricidad. 50 vatios por metro cuadrado significa que, en el mejor de los casos y a pleno sol, un metro cuadrado apenas permitiría encender una bombilla de 40 vatios de potencia. Y eso mientras el panel recibe una buena cantidad de luz solar directa.
Aún así, a pequeña escala puede servir para alimentar o cargar las baterías de aparatos con pocas exigencias energéticas. Incluso puede tener aplicaciones en señales de tráfico o carteles publicitarios iluminados sobre los que se imprimiría directamente el recubrimiento fotovoltaico.
Aunque actualmente los investigadores están produciendo cantidades moderadas del material destinado a la investigación y el desarrollo, calculan que en producción a gran escala el precio equivalente podría estar por debajo de un euro por vatio.
Aún está por conocer la durabilidad y resistencia de estos paneles impresos, aunque de momento aseguran que no sufren pérdidas apreciables de eficiencia después de seis meses de uso. La eficiencia -la proporción entre la superficie y la luz solar recibida y la electricidad generada- es otro de los aspectos que, como sucede con los paneles convencionales, aún debe mejorarse.
La 'tinta fotovoltaica' es un objetivo perseguido por investigadores de todo el mundo desde hace tiempo al ser una forma rápida, económica y efectiva de aprovechar la energía suministrada por el sol; por ejemplo utilizándola como recubrimiento -pintando literalmente- los tejados de edificios y viviendas.