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El segundo médico del Madrid Arena defiende que las muertes fueron consecuencia del "sobreaforo"

  • Carlos Viñals, imputado en la causa, sostiene que "no hubo negligencia"
  • Su abogado critica el intento de "desviar las auténticas responsabilidades"
  • Los abogados de las víctimas creen que ha mentido en su declaración

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Viñals, médico del Arena, se contradice sobre los medios de la enfermería
El doctor Simón Viñals, encargado de la asistencia médica en la fiesta de Halloween en el Madrid Arena del pasado 1 de noviembre, a la salida del juzgado.

La defensa de Carlos Viñals, el segundo médico que trabajó junto a su padre durante la macrofiesta que terminó en tragedia en el Madrid Arena, ha asegurado que la muerte de las cinco jóvenes se produjo como consecuencia del "sobreaforo" en el recinto y que no hubo negligencia médica, en su declaración como imputado ante el juez instructor del caso, Eduardo López-Palop.

Su abogado, José Crespo, ha criticado, ante los medios, al término de su declaración, que se intente "desviar un poco cuáles son las auténticas responsabilidades en este caso", el cual se trata de "una muerte producida como consecuencia de las avalanchas y del sobreaforo" y no producto por una negligencia médica, ya que, según ha recordado, los informes de la autopsia "hablan de muerte por aplastamiento y por asfixia".

Además, ha asegurado que su defendido y él están muy satisfechos porque la declaración ha permitido a su cliente exponer su versión de los hechos y desmontar "la cantidad de infundios y de inexactitudes que se han venido vertiendo ya durante meses por parte de las acusaciones particulares, que en ningún caso se corresponden con la realidad de lo ocurrido y con la intachable actuación que tuvieron tanto el doctor (Simón) Viñals como su equipo médico".

Carlos Viñals ha contestado a todas las acusaciones particulares, aunque se ha negado a responder a las preguntas de las otras defensas y acusaciones populares. Se trataba de su primera declaración, después de que la que estaba prevista para el pasado 10 de abril se suspendiera tras alegar que sufría una lumbalgia.

El instrumental "era el adecuado"

Según Crespo, su defendido ha puesto de manifiesto que el instrumental médico "era el adecuado para un evento de estas característica o de las características que se le comunicaron al doctor (Simón) Viñals". Así, ha precisado que no solo contemplaba el instrumental médico previsto para las situaciones más comunes que pueden producirse en este tipo de eventos, como intoxicaciones etílicas y pequeños traumatismos, sino también aquel instrumental que permite atender casos más graves, como paradas respiratoria.

Por lo tanto, según el abogado, el instrumental médico con el que contaba el servicio médico en la fiesta de Halloween del Madrid Arena era "adecuado para la realización de maniobras de reanimación cardiopulmonar avanzadas, que es lo que realizó el equipo del doctor (Simón) Viñals".

No obstante, Crespo se ha declarado sorprendido de que, a su juicio, "se pretenda convertir una enfermería o un servicio médico de carácter preventivo en la UCI de un hospital o en una especie de hospital de campaña".

Igualmente, el letrado ha indicado que también se ha puesto de manifiesto que el personal que componía el equipo médico, que se trataba de 7 personas porque una octava a última hora no pudo asistir y así se lo comunicó al doctor (Simón) Viñals, era "más que suficiente para prestar el servicio médico que requería ese evento".

El personal médico "estaba cualificado"

En la misma línea, Crespo ha apuntado que los protocolos del Samur, que están aportados a las actuaciones, "dicen que para un evento de hasta 10.000 personas se recomiendan hasta tres unidades de soporte vital básico, esto es 6 personas".

Además, el abogado considera que ha quedado constatado que "el personal médico que componía el equipo estaba absolutamente cualificado para realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar avanzada". A su entender, "un médico está cualificado para ello", pero además Simón Viñals lleva "toda su vida" trabajando en asistencia de emergencia y su hijo, además de ser médico, tiene un máster de prevención de riesgos laborales que incluye "contenidos específicos".

En cuanto al resto del equipo, un auxiliar sanitario y cuatro técnicos de emergencias sanitarias que formaban parte de las ambulancias, todos estaban "habilitados para realizar esas maniobras de reanimación cardiopulmonar, que fue lo que realizaron desde el momento en el que entraron las niñas y de manera ininterrumpida".

Crespo, citando el informe del Grupo V de Homicidios, ha explicado que las tres niñas llegaron a la enfermería de manera prácticamente simultánea y "al minuto", el doctor Viñals da la orden de que un miembro de su equipo vaya a por el desfibrilador a la ambulancia. Las cámaras demuestran, asegura que "sólo se tardó un minuto desde que el doctor (Simón) Viñals dio la orden hasta que volvió el técnico de emergencias sanitarias a la carrera con el desfibrilador".

Refiriéndose a manifestaciones sobre que el uso no adecuado del desfibrilador en una situación de asistolia (no latido cardiaco), ha señalado que su defendido ha sostenido que en el informe del Samur aparece la casilla de la desfibrilación marcada, luego "el propio Samur también consideró oportuno aplicar la desfribilación".

Los abogados de las víctimas creen que ha mentido

Por su parte, los abogados de las víctimas del Madrid Arena Abdón Núñez, Felipe Moreno y María José Siñeriz han cuestionado la veracidad de la declaración del segundo médico de la fiesta de Halloween, Carlos Viñals, quien intervino en el servicio junto a su padre, Simón Viñals.

"Ha mentido en toda su declaración, ha faltado a la verdad absolutamente en todo", ha manifestado Abdón en declaraciones a la prensa a la salida del juzgado. Según Abdón, Carlos Viñals ha sostenido que el equipo médico practicó la reanimación cardiopulmonar a las chicas y les pusieron adrenalina. "La misma historia increíble que nos relató su padre y que no nos creemos nadie", ha apostillado.

Asimismo, ha comentado que tras entrar las niñas en la enfermería, sobre las 3:58 horas, las imágenes muestran que primero sale alguien que vuelve con una bolsa y luego vuelve a salir alguien a por el desfibrilador, por lo que entre la llegada de las niñas y la del desfibrilador pasan "más de diez minutos". La defensa de Viñals, en cambio, sostiene que su defendido habló siempre de sobre tres minutos.

Es físicamente imposible que pudieran estar 30 minutos haciendo un masaje cardíaco

"No me creo nada de lo que ha declarado", ha manifestado, en alusión a que su padre y el auxiliar, de 77 y 78 años respectivamente, estuvieran practicando la resucitación durante 30 minutos porque, a su juicio, es "físicamente imposible que puedan estar durante 30 minutos haciendo un masaje cardiaco".

Igualmente, ha cuestionado que se utilizara el desfibrilador, porque no se encontraron marcas en los cuerpos, a pesar de no haber utilizado gel, y que se suministraran las dosis suficientes de adrenalina.

Mientras, Sineriz ha señalado que si el equipo médico era "preventivo", no estaba preparado para llevar a cabo una reanimación cardiopulmonar.

A su juicio, "no ha habido una actuación médica de acuerdo con la lex artis" ñla expresión 'lex artis' se usa en el sentido de apreciación sobre si la labor se ha realizado o no de manera correcta o si se ajusta a lo que debe hacerseí, y acusa al equipo médico de Simón Viñals de "omisión del deber de socorro".