Elías Querejeta, el cineasta que le marcó un gol al Real Madrid
- Produjó más de 70 películas con Saura, Víctor Erice o Fernando León
- Jugó seis temporadas al fútbol con la Real Sociedad
- En el siglo XXI produjo documentales y debutó en la dirección
- Ha fallecido este domingo en Madrid a los 78 años
Especial: Muere Elías Querejeta
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Cuando comenzaba su carrera como productor alguien le dijo a Elías Querejeta: “Haz mierda, es lo que gusta”. Y Querejeta decidió mejor hacer lo que le gustaba a él con la convicción de que al menos a un millón de personas también le gustaría.
Nadie ha producido películas tan importantes con distintos directores. La caza (Carlos Saura), El espíritu de la colmena (Víctor Erice), El desencanto (Jaime Chavarri) o Los lunes al sol (Fernando León de Aranoa), son algunos de los picos de una dilatada carrera con más de 70 producciones. Aunque sea una afirmación subjetiva, Querejeta, que ha fallecido este domingo a los 78 años, era el productor más importante de la historia del cine español.
Afirmaba implicarse en los proyectos desde el comienzo, antes de la elaboración del guion, pero rechazaba considerarse autor final de las películas. “La película manda” era una de sus frases.
Infancia cinéfila y futbolista en la Real Sociedad
Fue un niño burgués de Hernani que comenzó a amar el cine con las películas de Chaplin que se proyectaban sobre una sábana en su casa. A los 16 años fundó un cine club antes de comenzar estudios universitarios en Ciencias Químicas y Derecho.
Con 18 años debutó en la Real Sociedad. Querejeta jugaba de extremo, un espejo de su personalidad: en el filo del campo, sorteando con creatividad los obstáculos. Las crónicas apuntan a un futbolista de clase cuya cumbre fue el gol que le metió al Real Madrid en el estadio de Atocha en 1955 tras regatear a medio equipo. Gloria apostillada por una felicitación del mismismo Alfredo Di Stéfano “Vaya gol, pibe”. Su hija, Gracia Querejeta, devolvió el cumplido en forma de documental dedicado al futbolista argentino dentro de la serie El partido del siglo.
Compaginó su pasión cinéfila con un deporte que, salvo para las grandes estrellas, tenía entonces un carácter esencialmente amateur. A los 23 años colgó las botas determinado a probar suerte en el cine. La leyenda cuanta que no encajó bien una crónica crítica con un partido en Pamplona. Si así fue, no erró el tiro: la crítica cinematográfica terminó rendida. Eduardo Chillida, que fue portero de la Real ya le había advertido: “deja el fútbol cuanto antes”.
Productor legendario
En los primeros 60, aliado con el director Antonio Eceiza, realiza sus primeros documentales y 1963 funda su propia productora Querejeta PC. Cuando los guiones eran un campo de minas para la censura produjo La caza (1965) de Carlos Saura, una alegoría de la guerra civil visualmente revolucionaria, hito del cine mundial, e influencia declarada de Steven Spielberg y Sam Peckinpah. Con el Oso de Plata en Berlín comenzó su leyenda.
El tándem con el director aragonés cubre buena parte de su filmografía: Peppermint Frappé (1967), Ana y los lobos (1973), Cría cuervos (1976), Mamá cumple 100 años (1979), Deprisa, deprisa (1980)
Gracias a Querejeta descubrimos el genio intermitente de otro grande: Víctor Erice. El espíritu de la colmena (1973) y El sur (1983) dan testimonio del olfato del productor vasco. Con Jaime Chavarri colaboró en El desencanto, tal vez la película española más impactante de los 70, y con Ricardo Franco, La familia de Pascual Duarte (1976) Para Querejeta, el éxito de la película era que "respirara pos sí misma". Respecto a él, dijo no haberse arruinado ni enriquecido nunca.
En los 80 con Manuel Gutiérrez Aragón (Feroz) o Montxo Armendáriz (Tasio); en los 90 con Fernando León de Aranoa (Barrio) o su hija Gracia Querejeta (El último viaje de Robert Rylands). Demasiada calidad para pensar en la casualidad.
Documentalista y director
El mismo día que ETA asesinaba Miguel Buesa escribió unas notas que se convirtieron en el guión del documental Asesinato en febrero. Fijó su visión sobre el conflicto con una idea clara: escuchar la voz de las víctimas.
En los últimos años, además de las producciones de su hija Gracia (Cuando vuelvas a mi lado, Siete mesas de billar francés), su labor se ha centrado en el género documental. Produjo la trilogía de Javier Corcuera (La espalda del mundo, Condenados en el corredor, Invierno en Bagdag), y participó en Goodbye, America, de Sergio Oskman.
Y finalmente, a los 75 años, el gusanillo de la dirección cristalizo en su debut como director: Cerca de tus ojos, documental sobre los Derechos humanos (y su incumplimiento). “No ha sido una tentación, ni algo que he alcanzado por fin, sino una circunstancia”, afirmaba en la Seminci sobre su cambio de tercio.
Confirmando que la patria de un hombre es su infancia, afirmaba que sus películas preferidas eran La policía montada del Canadá (1940) y Capitanes intrépidos (1937): dos cintas que pudo haber visto sobre la sábana blanca de su casa en Hernani.