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'Somos gente honrada', o no todo vale en tiempos de crisis

  • Alejandro Marzoa debuta con una agridulce historia de perdedores
  • José Corbacho produce una película participada por TVE que se estrena en 14 de junio
  • Repasamos los cortometrajes del director

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Tráiler de 'Somos gente honrada'

Una historia con trasfondo de crisis escrita hace más de tres años adquiere otras connotaciones al estrenarse hoy. Pero Somos gente honrada no es una película sobre la crisis. El debut del cortometrajista Alejandro Marzoa (Pontevedra, 1979) como director es, sobre todo, una narración tragicómica de amistad rodeada, eso sí, de paro, crisis de pareja, padres en apuros y drogas.

Apadrinada por José Corbacho y El terrat, y participada por TVE, Somos gente honrada es la historia de Suso (Paco Tous) y Manuel (Miguel de Lira), dos padres de familia gallegas en apuros económicos que encuentran por casualidad diez kilos de cocaína en la playa. Manuela Vellés y Unax Ugalde completan el reparto en papeles secundarios.

“La crisis no fue el motor de arranque”, explica Marzoa a RTVE.es. “Miguel Ángel Blanca y yo queríamos llegar al colofón de un largo tras coescribir cuatro cortometrajes. Y volvimos a nuestros temas: la amistad, la familia, y siempre con personajes muy parecidos: adultos, perdedores que se comportan de forma inmadura, a los que los solemos meter en situaciones extraordinarias o límite. La premisa daba pie a problemas morales, a poner en juego la amistad”.

Un Full Monty a la gallega

Los intentos de rentabilizar el hallazgo por parte de los dos inexpertos desembocan en situaciones entre lo divertido, lo humillante y lo doloroso. Un universo costumbrista que apunta hacía lo ridículo y tierno que hay en nosotros. “En cuanto a tono, es una especie de Full Monty: el telón de fondo del paro, personajes que deciden asumir un rol para resolver un problema. Soy muy fan del tipo de comedia en el que las situaciones se abordan con naturalidad y realismo”, explica.

Una sensibilidad que casa muy bien con el universo de José Corbacho y Juan Cruz (Tapas, Pelotas). El primero, produce, y el segundo terminó entrando en el guión junto a Jaume Ripoll. “Conocían mis cortometrajes y ellos se sienten cómodos con ese tipo de historias. No intento hacer una comedia pura, sino que del drama que están viviendo surge la comedia y el espectador no sabe si es lícito sonreír”.

El mensaje de la película podría sintentizarse en que no se puede renunciar a ciertos códigos morales. ¿Hay algo de resignación implícita? “Si, en cierto modo no dejan de resignarse”, reflexiona. “En estos tiempos convulsos, en los que donde debería de haber honradez no la hay, existen dos vías. Una, dejar al lado los ideales y decir: 'dejemos la honradez a un lado y voy a sobrevivir'. Pero yo creo que la gente cercana, de a pie, sigue conservando los ideales y por mucho que las cosa no esté yendo como deberían ir, no quiere ponerse a la altura de ciertos personajes ni imitar ciertos modelos. Los ideales en este tiempo son dignos de conservar. Y el mensaje es bastante claro: nosotros sí que vamos a ser honrados”.

¿Qué haría Marzoa si descubriera un alijo semejante? “No sabría que es cocaína, pensaría que es algo para la construcción. Pero si me diera cuenta de lo que es no creo que fuera tan valiente de cogerlo y aventurarme. Lo dejaría en su sitio, miraría hacia otro lado y me iría”.

Los cortometrajes de Alejandro Marzoa

Temporada 92-93

"Soy muy futbolero. Es un corto de pasiones desatadas, de hinchas del fútbol muy reconocibles para el aficionado. Y una historia de amistad pura y dura".

Padre modelo

"Es la historia de un perdedor que no sabe utilizar métodos para resolver sus problemas. Un padre a la deriva que intenta hacer lo que él cree que debería ser la legalidad para solucionar los problemas de sus hijos. Se mueve en una línea de lo que pude ser lo legal o lo ilegal, lo incorrecto o lo correcto".

Cucharada

"Nació como un experimento por las ansias de rodar. Levantar proyectos es complicado y queríamos quitarnos los complejos y contar una historia en tres minutos con dos actores. Es el único corto que rompe la tónica de Miguel Ángel y yo".

Amistad

"Es darle la vuelta a Temporada 92-93. El punto de vista de la falsa amistad, esas relaciones laborales del día a día en las que la hipocresía puede a la amistad".