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Brasil se echa a la calle para pedir que se invierta en el pueblo más que en eventos mundiales

  • Un grupo de manifestantes ha ocupado el tejado de la Asamblea Legislativa
  • Las protestas se iniciaron contra la subida de precios del transporte público
  • Centenares de miles de personas se han manifestado este lunes

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La subida del transporte público provoca las mayores protestas en Brasil en dos décadas

Centenares de miles de personas se manifestaron este lunes en varias de las grandes ciudades de Brasil en una protesta que se inició la pasada semana contra la subida de precios en los transportes, pero que en las últimas horas se ha ampliado hacia una muestra de rechazo a la corrupción política y la violenta represión policial, así como la gestión que el Gobierno de Dilma Rousseff ha hecho de la organización de la Copa Confederaciones y el Mundial de Fútbol de 2014, en los que se han invertido miles de millones de dólares.

A pesar de que la mayoría de dichas protestas han sido de carácter pacífico, en algunos puntos el enfrentamiento con la Policía ha derivado en acciones violentas, con hogueras, vehículos incendiados, lanzamiento de piedras e intentos de tomar edificios correspondientes a instituciones públicas.

Según la prensa brasileña, hay al menos 20 heridos.

Ataque a edificios públicos

En Brasilia, la capital del país, decenas de miles de estudiantes han tomado parcial y temporalmente la sede de la Asamblea Nacional. Aunque la Policía ha mantenido la situación controlada en un primer momento, los jóvenes han conseguido finalmente acceder a la zona y tomar las escalinatas y algunos tejados del edificio.

En Rio de Janeiro, un grupo se ha separado de la marcha general de la manifestación y se ha dirigido hacia el palacio de Tiradentes, sede de la Asamblea Legislativa regional. Con cócteles molotov y piedras, se han enfrentado con el dispositivo policial que formaba un cerco en las escalinatas para evitar la invasión del edificio. Además han prendido fuego a un vehículo y levantado diversas hogueras en la zona.

En Sao Paulo, algunos manifestantes han derribado la puerta y han logrado acceder al Palacio de los Bandeirantes, sede del Gobierno del estado, tras una multitudinaria concentración en la que han participado decenas de miles de ciudadanos. Allí se han podido leer y oír consignas contrarias a la organización del mundial de fútbol que el país albergará en 2014.

También en otras ciudades como Porto Alegre se han producido sucesos similares, con enfrentamientos entre manifestantes y antidisturbios, creación de hogueras en las calles, lanzamiento de objetos como piedras y destrozos del mobiliario urbano.

Las protestas van a más

Las marchas comenzaron a principios del mes de junio en Sao Paulo e inicialmente estaban dirigidas contra la subida de tasas de transporte público, pero se han ido extendiendo en territorio y contenidos, alcanzando varias ciudades del país y protestando contra la violencia policial y la corrupción política.

Los ya llamados "indignados" brasileños exigen principalmente mejores servicios públicos y mayores inversiones en educación, salud y saneamiento, así como combatir la corrupción y el despilfarro de recursos públicos, y critican los elevados gastos hechos por el Gobierno para organizar eventos deportivos como la Copa Confederaciones, en cuya celebración se han realizado protestas, y el Mundial de fútbol del próximo año.

La mayoría de los manifestantes defienden las marchas pacíficas y sin provocaciones, para evitar batallas campales con decenas de heridos y detenidos como las que se registraron el pasado jueves en Sao Paulo y el sábado en Rio de Janeiro.