Descubren cómo una bacteria beneficiosa para la digestión coloniza el intestino
- Se trata de la bacteria Bifidobacterium bifidum
- La bacteria usa unos apéndices proteicos para colonizar el intestino
- Tiene propiedades probióticas y es beneficiosa para el cuerpo humano
La conocida bacteria Bifidobacterium bifidum (popularmente llamada 'bífidus') por sus propiedades probióticas y sus beneficios para el cuerpo humano, emplea una serie de proteínas especializadas expresadas en forma de apéndice para colonizar el intestino, según demuestra una investigación internacional en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El trabajo, publicado esta semana en la revista PNAS, revela que Bifidobacterium bifidum se vale de estos apéndices proteicos, conocidos como 'pili', para interaccionar con su hospedador. A nivel más específico, estos apéndices que decoran la superficie de la bacteria son los que se ensamblan a las células intestinales humanas, según ha informado el CSIC en un comunicado.
Gracias a técnicas de genómica funcional, el equipo ha identificado, además, que B. bifidum poseen tres tipos diferentes de 'pili', cada uno con una función determinada y diferentes patrones de expresión en función de las condiciones ambientales.
Según el investigador del CSIC en el Instituto de Productos Lácteos de Asturias, Borja Sánchez, que ha colaborado en la investigación: “Hasta ahora, había muy poca información sobre los mecanismos empleados por esta bacteria para colonizar el intestino”. Su presencia en él, no obstante, sí es bien conocida por mejorar el equilibrio de la flora intestinal.
Por su parte, el investigador del CSIC en el mismo centro y que también ha colaborado en el trabajo, Abelardo Margolles, considera que este es uno de los pocos estudios que demuestran que algunas bacterias probióticas son capaces de emplear pili como factores de colonización intestinal. El hallazgo podría favorecer la búsqueda y desarrollo de otros organismos y productos probióticos.
La investigación ha sido dirigida desde la Universidad de Parma (Italia) y ha contado con la participación de investigadores de las universidades de Cork (Irlanda), Milán y Verona (ambas también en Italia).