James Gandolfini, "Buon viaggio mio fratello"
- El protagonista de 'Los Soprano' ha fallecido a los 51 años de edad
- Estaba a punto de empezar a rodar una nueva serie de abogados
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Woke up this morning..
Así empezaba la sintonía de Los Soprano, con esa canción de Alabama 3 y viendo a un tipo conduciendo, resuelto, un coche y fumando un puro mientras de fondo vemos América (que es lo que vamos a ver en toda la serie).
Esa canción es lo primero que me ha venido a la cabeza esta mañana cuando me he enterado, al levantarme y echar el primer vistazo del día al mundo a través de esa ventana que es ya el Smartphone, que Tony Soprano, bueno, mejor dicho, James Gandolfini, había fallecido.
Mientras me ponía como loco a buscar material en casa para poder hacer en Días de Cine hoy la pertinente reseña, (así es como podemos responder en el programa, por nuestros fondos documentales y nuestra disposición, “at any time”) recordaba, en aluvión, imágenes e imágenes de Gandolfini.
Debo decir que yo era de esos que consideraba la ficción televisiva como algo menor. Una especie de divertimento para gente “menos inquieta” que yo. Pero como también soy muy inquieto, decidí dar en su día una oportunidad a esa serie de la que todo el mundo hablaba. Carlos Boyero, incluso, decía que en su lista de las 10 mejores películas de la historia del cine, figuraba Los Soprano.
Y la vi. Y por supuesto, cambié de opinión. Y ya nada volvió a ser lo mismo. Me encanta el cine, faltaría más. He visto miles de películas. Pero reconozco que eso que tienen las grandes series, como Los Soprano, no parece estar al alcance de la mayor parte del cine que vemos últimamente. Pero esa es otra historia, (sobre la que otro día hablaremos). y al César, lo que es del César.
Un secundario de lujo
Peo volvamos al principio. A James Gandolfini, el actor. La primera vez que le ví fue en un papel secundario en una película que me encanta. True Romance, o Amor a quemarropa entre nosotros. Lo de mi empeño en poner siempre los títulos originales (que es algo que me pregunta mucha gente) es por una especie de manía. Simplemente me gustan más (la inmensa mayoría de las veces).
En True romance hacía de un matón que daba una paliza inmensa a Patricia Arquette. Y ya entonces mostraba maneras únicas. Un tipo con poco pelo, más bien gordo (no tanto como llegó a estar) pero con algo que atraía nuestra mirada. La voz, la forma de hablar, de moverse. El desparpajo para argumentar su condición de matón…
En el cine siempre se recluyó en unos papeles que eran más secundarios que principales, pero siempre los marcó a fuego con su presencia. No recuerdo una mala interpretación suya en ninguna de sus películas. Ya fuera totalmente fugaz, ya con más papel. Le vimos en Perdita Durango, donde le dirigió Alex de la Iglesia, y también en papeles de mayor o menor entidad, en All the president´s men, A civil action, Fallen, Lonely Hearts, y más recientemente en In the loop y Zero dark Thirty o Killing them softly.
Recuerdo que en esta última, una película que me encantó el pasado año, le veía ya inmensamente gordo, haciendo el papel de asesino a sueldo, y bebiendo como un cosaco y pensaba que me parecía enormemente real su actuación. Me preguntaba si no sería así en la vida real y si no sería esa gordura inmensa algo que pudiera darle un disgusto.
Tony Soprano era un sociópata
Tengo pendiente de ver una de las últimas películas donde apareció: Not fade away, dirigida por el creador de Los Soprano, David Chase, para HBO. Me interesa mucho por tener como tema la evolución de un conjunto de New Jersey en los años 60 que tiene a los Beatles y a Los Rolling Stones como inspiración. James Gandolfini es el padre de uno de los chicos. Siendo como soy Beatlemano irredento, Stoniano vocacional, y un rockero fustrado (en realidad, lo que soy es una estrella del rock and roll no reconocida) ¿Qué más se puede pedir?
Los Soprano, y HBO, redefinieron, creo, lo que era contar una historia. Como bien le dice el psiquiatra de la psiquiatra, esto es el personaje de Peter Bogdanovich a la Doctora Melfi, Tony Soprano es un sociópata. Un gánster de New Jersey al que vemos, y eso es lo sorprendente, en su vida cotidiana. No es solo que tenga ataques de pánico por ansiedad, es que además le vemos enfadarse con sus hijos por no cumplir en el colegio. Si tras una bronca por faltar a clase hay que cargarse a alguien, pues va Tony Soprano y se lo carga.
Vemos en los Soprano a un tipo amoral hasta extremos insospechados, y que a la vez es el único capaz de decir a un fulano en un restaurante que no es educado comer con la gorra puesta. O sea, lo que todos querríamos poder haber hecho alguna vez. Un tipo (casi) leal con sus amigos, y con esa doctora Melfi, Lorraine Bracco, a la que confía su alma llena de vericuetos de maldad, y aunque para ello la hable a través de metáforas que reflejan su vida cotidiana.
Sus amantes, sus asesinatos, sus trapicheos, sus trapos sucios. Será Tony Soprano, el único capaz de hacer justicia cuando la doctora sea violada salvajemente. Y será ella quien decidirá no dejarse contaminar por esa justicia deseada, pero sin duda imposible de asumir.
No eligió ser un gángster
Tony Soprano no eligió ser un gánster. Heredó el cargo de su padre, Johnny, igual que otros heredan una notaría, una ferretería, una panadería o una empresa de pompas fúnebres. Y en eso es como Vito Corleone. Mucha es la gente que depende de él. Y no puede uno apartarse del camino. Como los héroes clásicos, no hay otra, y es lo que es.
A fin de cuentas, no hay que ser demasiado inteligente para darse cuenta que las batallas de su clan contra el de Johnny Saks u otro mafiosos, no difieren mucho de las actuaciones de otras instituciones de mejor nombre, supuestamente hablando. Lo que me recuerda a Michael Corleone diciéndole en El Padrino a su chica (Kay Adams): “¿quién es la ingenua?”.
Larga vida a James Gandolfini, un gordo genial. Sus compañeros de fatigas en Los Soprano, Chris Moltisanti (a pesar de todo), Pauli, Silvio Dante (El gran Steven Van Zandt), Carmela, su hija Medow, tan idealista como pragmática, y su tarambana hijo, Anthony Junior, tendrán un pensamiento para él.
Yo me iría a tomarme una copa a su salud al Bada Bing, a impregnarme de ese olor a juego sucio. También al Crazy Horse, ese local que puso la novia de Chris a mayor gloria de mi admirado Neil Young.
Cuando Little Stevie dejo la E Street Band (banda de New Jersey, of course) Bruce Springsteen le despidió poniendo en el disco “Born in the USA” una frase que voy a robar vilmente para despedirme de James Gandolfini: "Buon viaggio mio fratello"