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Los socios de la SGAE aprueban las cuentas en una votación muy reñida

  • El 56% frente al 42% aprobó las cuentas
  • Fernández Sastrón califica las cuentas de "ilegales"

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La asamblea general de la SGAE ha refrendado esta noche en una votación muy reñida las cuentas de la entidad de 2012 presentadas por el presidente de la entidad, Antón Reixa, que ha recibido críticas a su gestión pero también alguna ovación en una reunión en la que ha habido momentos de tensión.

Seis horas ha durado la asamblea de socios que, por 10.994 votos a favor (56,13 por ciento); 8.374 en contra (un 42,95 por ciento) y 384 abstenciones (0,92 por ciento) ha dado luz verde a las cuentas que el presidente de la entidad, Antón Reixa, ha calificado de "impecables desde el punto de vista técnico, económico y contable".

Por el contrario, su rival en las últimas elecciones y vicepresidente de la SGAE, Luis Miguel Fernández Sastrón, ha tachado las cuentas de "ilegales".

Los momentos de mayor tensión se han vivido durante la intervención del cantante y compositor Juan Erasmo Mochi que ha reprochado a Reixa el que se defina como gallego y ha dicho que no le representaba como español, momento en el que algún socio le ha llamado "fascista".

También ha caldeado el ánimo la intervención del presidente de la Asociación de Compositores y Autores de Música (ACAM), José de Eusebio, que ha criticado duramente al presidente de la SGAE, al igual que ha hecho Fernández Sastrón.

Pero Reixa también ha sido ovacionado cuando ha insistido en luchar contra lo que ha calificado de "fraude" por parte de un grupo de socios.Reixa ha arremetido contra las prácticas de once socios que están siendo investigados y que, ha indicado, mediante un "fraude" han conseguido de la entidad 25 millones de euros en los últimos cinco años.

La investigación se realiza en relación al reparto de los derechos televisivos entre productores intermediarios que, al parecer, falsean autorías de piezas musicales de dominio público cambiando una sola nota o registrándose como coautores en espacios de televisión en horario de madrugada.

Defender a los autores frente a intermediarios

"Esto es una sociedad de autores, no de intermediarios y productores", ha enfatizado Reixa que ha asegurado a la asamblea que con estas prácticas se está jugando el futuro de la SGAE.El presidente de la SGAE ha animado a "sacar a estos señores" de será imposible revertir pero sacando fuera a estos señores de la entidad: "no son autores, se han limitado a cambiar una nota y en los títulos de una misma canción de una obra de dominio público".

Ante esta situación la SGAE "es como un sindicato y hay que conseguir que los autores no tengan que ceder nunca su autoría a ningún intermediario".

El presidente de la entidad ha atribuido a este asunto la alta asistencia a la asamblea general celebrada hoy y a la polémica que suscitó la carta que envió en marzo a los socios advirtiéndoles de estas prácticas, misiva que levantó "ampollas" en algunos socios que hoy le han reprochado que no pidiera permiso a la Junta directiva para hablar de ello en los medios de comunicación.

Dos de los socios contra los que se han abierto diligencias de investigación han intervenido también en la asamblea, que se han mostrado muy dolidos por la forma en la que se ha llevado a cabo.Juan Felipe López Márquez, uno de estos socios, ha dicho que las cuentas eran muy malas y la gestión de Reixa "impresentable".

Una entidad que a 31 de mayo de 2013 ha incrementado sus ingresos en un 3,8 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, según un avance de las previsiones presupuestarias expuesto ante la asamblea por el director económico financiero, Luis Felipe Palacios.

El presidente de la SGAE ha animado también a los socios a luchar para que no se apruebe la Ley de Propiedad Intelectual, que ha considerado lesiva para los trabajadores de la cultura, y ha hecho un llamamiento para conseguir que el Gobierno no siga adelante con el proyecto.

Según las cuentas aprobadas hoy, la SGAE registró en 2012 unas pérdidas de 1,8 millones de euros en un año "especialmente difícil", caracterizado por "una caída brutal" de la demanda cultural, pese a lo cual sus socios cobraron en concepto de derechos de autor 384 millones de euros.L