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Los trabajadores de la gasolinera certifican que Bretón se llevó más de 250 litros en garrafas llenas

  • Los dueños de la gasolinera y los amigos de Ruth Ortiz declaran en el juicio
  • Según el auto del juez Vela, José Bretón compró 271 litros de combustible
  • Presuntamente lo usó para encender una hoguera en la que quemó a sus hijos

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Declaran en el juicio contra José Bretón tres trabajadores de una gasolinera

Los tres trabajadores de la gasolinera de la cooperativa de Huelva  por la que pasaba José Bretón días antes del 8 de octubre de 2011 han certificado que el acusado  visitó las instalaciones en numerosas ocasiones, se llevó distintas  garrafas llenas de gasoil y las metió en el maletero de su coche.

Según las cifras aportadas en la sala,  en las dos semanas previas a la desaparición de los pequeños adquirió 250 litros de gasóleo y la última vez que repostó, el 7 de octubre de 2011, llenó "dos o tres" garrafas con el combustible y las introdujo en el maletero.

Uno de los empleados ha declarado por videoconferencia ante el  magistrado y el Tribunal del Jurado que se ofreció a Bretón para el  suministro de gasolina en la cooperativa, porque era más barata y  Bretón "estaba en paro", y ello lo consideraba como "un favor  excepcional" que no realizaba con otras personas, ya que el establecimiento se dedicaba al suministro para transportistas autónomos o taxistas.

La primera vez que repostó llenó el depósito del coche, pero no se llevó garrafas, según el vecino, quien ha reconocido sentirse engañado y "utilizado" cuando se enteró de que el acusado tenía garrafas de gasóleo, porque lo que él hacía con Bretón "era un favor, pero que no abusara".

Otro de los empleados ha explicado que el 7 de octubre, el día anterior de la desaparición de los niños, le llenó algunas garrafas, "entre dos o tres", y las metió en el maletero.

Por su parte, la administrativo de la empresa ha asegurado que el día 7 cobró a Bretón 80 euros por el gasóleo, aunque no vio si se llevó garrafas, y ha subrayado que llegó muy pronto al surtidor, justo después de dejar a los niños en el colegio y la guardería.

La empresa entregó cuatro facturas a la Policía de las otras tantas veces que repostó desde el 15 de septiembre. Así, el 19 de septiembre de 2011 repostó 29 litros; el día 23 de ese mes, 70; el 3 de octubre, 76, y el 7 de ese mismo mes, 75.

Amigos de Bretón ven imposible que perdiera a los niños

Mientras, varios amigos de Bretón han considerado imposible que el procesado perdiera a los niños en un parque de la ciudad, como él ha mantenido, porque siempre estaba pendiente de ellos y los controlaba de forma excesiva.

Entre los amigos de Bretón, uno de ellos, que coincidió con él en la misión militar en Bosnia y que ha definido al acusado como "muy listo", ha relatado que ya desde el primer momento le pareció raro que se le despistaran los niños porque siempre estaba pendiente de dónde estaban.

Precisamente, este amigo estuvo con Bretón en los primeros momentos de la supuesta desaparición y cada vez que le preguntó al acusado cómo había perdido a sus hijos, este le respondía: "me he despistado y se me han perdido".

A este amigo le sorprendió mucho que Bretón permaneciera "excesivamente tranquilo" en esos momentos, al igual que otros miembros de la familia del acusado, pero hasta que no hallaron los supuestos huesos de los niños en la hoguera siguió creyendo la versión del procesado.

Otro amigo, con quien Bretón trabajó varios años y con el que mantenía una relación de amistad, también ha asegurado que le pareció "raro". "Me extrañó un poco porque él estaba muy pendiente, siempre mirando por dónde iban los niños", ha subrayado.

Me extrañó un poco porque él estaba muy pendiente

Madres de compañeros de guardería de los niños han definido a Bretón como un buen padre, volcado con sus hijos, aunque "excesivamente protector".

"Excesivamente protector"

Responsables de la guardería han corroborado estas manifestaciones, si bien han recordado que, frente a la actitud habitual del resto de los padres, Bretón entraba en alguna ocasión al aula de la guardería para comprobar el estado de la botella de agua de su hijo que usaba semanalmente.

La sesión de hoy ha concluido con la declaración de una exnovia de un amigo de colegio de Bretón, a la que no veía desde hace muchos años y con quien quiso retomar una amistad el día anterior a la desaparición de Ruth y Jose, de 6 y 2 años en ese momento.

Con la excusa de pedirle el contacto de ese amigo para una fiesta del colegio,  Bretón la llamó el 7 de octubre y después intentó quedar con ella el mismo día de su detención.

Bretón retrasó algunas horas la cita y ya cerca de las 22.00 horas del 17 de octubre,  la última hora a la que habían quedado, la llamó al teléfono móvil para anular el encuentro porque estaba "colaborando con la Policía" y le "seguía la Guardia Civil".

La mujer ató cabos, según ha dicho, y le preguntó si él era Jose Bretón, a lo que éste respondió: "ya hablaremos". La testigo no ha descartado que Bretón quisiera quedar con ella y entablar una relación para tener una coartada.

La acusación cree que Bretón buscó una coartada

Por su parte, María del Reposo Carrero, abogada de la acusación particular en el juicio contra José Bretón, se ha mostrado convencida de que el acusado espió a una amiga que no veía hace 14 años para utilizarla de coartada.

En declaraciones a los periodistas tras la sesión de hoy, Carrero ha reconocido que no encuentra otra explicación al hecho de que Bretón, acusado de matar el día 8 de octubre de 2011 a sus dos hijos en Córdoba, quisiera localizar a esa mujer justo el día anterior a la desaparición de los pequeños y la llamara en días posteriores para citarse con ella.

Según Carrero, Bretón llevaba tiempo preparando la coartada y, por eso, había espiado a la mujer e, incluso, sabía cuál era su nuevo coche tras catorce años sin verla.

Además, se ha referido al gasóleo que adquirió Bretón en dos semanas, unos 250 litros, que era una cantidad "desproporcionada" para ir y volver a Córdoba. 

La familia materna acusa a Bretón

Ortiz describió al acusado como un "maltratador psicológico" que no fue cariñoso ni con ella ni con sus hijos, a los que trató "con desprecio" y que repitió en varias ocasiones que "no se iría de este mundo sin matar a nadie".

La exmujer de Bretón ha dicho que "nunca" ha contemplado como cierta la hipótesis de que el padre perdiera a los niños y que cuando él denunció la supuesta pérdida "estaba tan tranquilo" y le dijo: "se me han perdido los niños, qué le vamos a hacer".

"En el momento que denunció la pérdida de los niños yo ya supe que no vería a los niños nunca más", ha afirmado.

Obdulia Asunción, la madre de Ruth Ortiz y abuela de los niños, declaró en el juicio que su hija tenía "pavor" a su exmarido y que al final de la relación "era una zombie".

Tampoco cree la versión de la pérdida en el parque de los pequeños porque, en su opinión, Bretón era "muy controlador" y no los perdería.  "Le vi maltratar al niño", ha señalado Asunción.

El hermano de Ruth Ortiz, Estanislao Ortiz Ramos,  dijo que aunque no tuvo mala relación con Bretón, el tiempo que vivió con ellos, vio que el "no era normal". "La relación con sus hijos era muy estricta, muy fría. Era muy seco", ha afirmado el tío de los pequeños, que asegura que cuando Bretón supo que Ruth quería separarse le dijo que esto acabaría muy mal.