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Los papeles íntimos de la movida madrileña

  • El Museo ABC expone diseños, fotografías, dibujos y carteles de los años 80
  • Guiones del Almodóvar, fotografías de Ouka Leele o diseños de Francis Montesinos
  • Del 22 de junio al 22 de septiembre

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Cartel de '¿Qué he hecho yo para merecer esto?', diseñado por Bernardo Bonezzi; autoretrato del fotógrafo Pablo Pérez Mínguez;  y Fabio McNamara, en un retrato de Juan Costus
Cartel de '¿Qué he hecho yo para merecer esto?', diseñado por Bernardo Bonezzi; autoretrato del fotógrafo Pablo Pérez Mínguez; y Fabio McNamara, en un retrato de Juan Costus

A finales de los 80, el diario ABC tomo al audaz decisión de incorporar una sección llamada Gente aparte, en la que confluían artistas de diferentes disciplinas como Alaska o Carlos Berlanga, y que suponía una ventana abierta a los artistas de la última etapa de la movida madrileña.

Con ese punto de arranque, el Museo ABC de Madrid, inaugura la exposición El papel de la movida, Arte sobre papel en el Madrid de los ochenta, que juega con el doble significado del papel del movimiento en la sociedad y el papel como soporte para fotografías, carteles, portadas de discos, guiones, fanzines, de la explosión juvenil multidisciplinar de aquellos años.

Guiones de películas de Almodóvar, diseños de portadas de discos inéditos de Bernardo Bonezzi, arte gráfico de Alaska, dibujos de Luis Gordillo, o peinetas galácticas de Martirio o novelas autógrafas de Eduardo Mendicutti, son algunas de las joyas que se podrán ver desde el 22 de junio al 22 de septiembre.

“La exposición está planteada como un recorrido íntimo por esos tiempos”, explica el pintor Pablo Sycet Torres, comisario de la exposición y testigo de primera mano de aquellos días. “Arranca con una bienvenida de Fabio Mcnamara porque es el verdadero icono de aquellos años, renovador de las costumbres sociales, modas y maneras de entender la vida”.

Sycet, y Julio Pérez Manzano, autor del catálogo, insisten en que esta no es otra exposición más de aquellos años. “He primado que las obras no se hayan visto de ninguna vez -aclara Sycet- es una lectura íntima, tratando de recuperar a artistas olvidados”. Una de las pocas firmas que el enigmático grafitero callejero Muelle plasmó en un papel, indica el sentido de la exposición.

Una época multidisciplinar

“Habíamos salido de una época en la todo eran compartimentos estancos de creación. Y los aires de libertad provocan que los artistas decidan ponerse el mundo por montera y no tengan reparo de saltar de una disciplina a otra”, resume en comisario.

La cartelería se deshace en los 80 de su carácter político y se centra en lo lúdico: conciertos y todo tipo de eventos. El fotógrafo pasa a ser las estrellas. En la muestra se pueden ver retratos de Alberto García Alix o Pablo Pérez Minguéz, cuyo estudio “estaba abierto 24 horas al día, 365 días al año.

Tampoco la moda escapa al museo. Figurines y carteles recuerdan que un desfile de Antonio Alvarado salto de la pasarela a “un antro de modernidad” como el Rockola.

Para amantes de los manuscritos, hay letras de canciones de Luz Casal o Tino Casal; acompañados de las novelas autógrafas de Eduardo Mendicutti (Una mala noche la tiene cualquiera) o Antonio de Villena (Madrid ha muerto)

Portadas de discos y guiones de cine

Una de las secciones más interesantes recata 28 obras del año 81 de un exposición llamada Su disco favorito en la que artistas de distintas disciplinas creaban una hipotética portada de un disco soñado, en la que se pueden ver un grandes éxitos de de Bing Crosby diseñado por Bernardo Bonezzi. La prensa emergente como La luna de Madrid y la eclosión del fenómeno de los fanzines también tiene su rincón.

El cine, uno de los motores del movimiento, está representado guiones como el de ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, de Almodóvar (cuando el título provisional era Yo maté a mi marido), o Arrebato de Iván Zulueta.

Una exposición que huye de la nostalgia y de la movida institucionalizada (que también aparece) para descubrir la movida oculta que resume una era. “Es una época en la que es como el mito de James Dean”, concluye Julio Pérez Manzano. “Una joven democracia que se identifica con la juventud y que recibe un varapalo enorme que fue la crisis económica de los años 90 que acabó con muchos talentos”.