Los sudafricanos se resignan a perder a Mandela, que continúa en estado crítico
- "Hay que dejar que la naturaleza siga su curso", dice una sudafricana
- El presidente, Jacob Zuma, pide a los ciudadanos que recen por el anciano líder
Los sudafricanos se han levantado este lunes con la noticia de que el expresidente y líder en la lucha contra el apartheid, Nelson Mandela, se encuentra en estado "crítico".
En una rueda de prensa, el presidente del país, Jacob Zuma, ha asegurado que Mandela sigue en situación crítica y que "los doctores hacen todo lo posible para asegurar su bienestar y comfort".
Anteriormente, la oficina de Zuma había urgido a los ciudadanos y al mundo entero a que recen por el conocido líder negro "en estos momentos difíciles".
Figura venerada
Madiba, como se le conoce de forma afectuosa, es reverenciado por la mayoría de los 53 millones de sudafricanos como el artífice de la democracia después de años de dominio de la minoría blanca.
Ahora, la afección pulmonar que padece, a sus 94 años, ha transformado los rezos por su recuperación en preparativos para la despedida.
"Si es el tiempo de que marche, puede irse. Espero que Dios le cuidará", declara a Reuters la enfermera Petunia Mafuyeka, cuando se dirigía al trabajo en Johannesburgo. "Le echaremos mucho de menos. Luchó por nosotros para darnos la libertad. Le recordaremos todos los días. Cuando se vaya, lloraré".
Pero también hay preocupación entre quienes creen que se está alargando su vida innecesariamente. "Estoy preocupada de que le están manteniendo con vida. Creo que debieran dejarle marchar", ha afirmado Doris Lekalakala, quien trabaja como administrativa. "Es un anciano. Dejemos que la naturaleza siga su curso. Debe descansar".
Desde que dejó la Presidencia en 1999, Mandela se ha mantenido fuera de la política en el país con la economía más grande e importante de África, y su muerte tendrá poco impacto político.
Su última aparición pública fue durante el Mundial de Fútbol en julio de 2010. En abril la televisión difundió unas breves imágenes de la visita a su casa de Zuma y otros dirigentes del Congreso Naiconal Africano. Entonces se le vio ido y sin expresión.
Desde su retiro ha repartido su tiempo entre el suburbio de clase alta de Houghton, en Johannesburgo, y el pueblo de Qunu, en la empobrecida provincia del Cabo Oriental, donde nació.