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Haifaa Al Mansour, primera cineasta saudí: "Es un orgullo ser ejemplo para la mujer de Arabia Saudí"

  • Ha dirigido La bicicleta verde, que se estrena este viernes 28 en España
  • En Arabia Saudí no existen los cines y la mujer no puede mostrarse junto a un hombre
  • "El momento más feliz de mi vida fue cuando vi Blancanieves", cuenta a RTVE.es

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Una mujer dirige por primera vez una película en Arabia Saudí

FICHA TÉCNICA

Título original: Wadjda

Año: 2012

Duración: 100 min.

País: Arabia Saudí (coprucción Arabia Saudí-Alemania)

Directora: Haifaa Al-Mansour

Guion: Haifaa Al-Mansour

Reparto: Reem Abdullah, Waad Mohammed, Abdullrahman Algohani, Sultan Al Assaf, Ahd Kamel

Muy sonriente, simpática y con una vestimenta totalmente occidental -en vaqueros de color morado y con una blusa de lunares-, nos encontramos con Haifaa Al Mansour, la primera directora de cine de Arabia Saudí que rueda una película allí, un país en el que no existen salas de cine y en el que la mujer vive segregada del hombre y tiene que salir a la calle totalmente oculta tras velos.

Su primera película, La bicicleta verde (Wadjda), que se estrena en España este viernes 28 de junio, es una denuncia de esa situación de opresión en la que vive la mujer saudí día a día y en cómo se puede luchar para conseguir los sueños. Lo muestra a través del personaje de Wadjda, una niña de 11 años que sueña con comprarse una bicicleta con la que echar carreras junto a su amigo Abdullah, aunque eso sea una quimera para una niña saudí.

"Si, la película es mi bicicleta. He trabajado mucho para convencer y encandilar a los productores para que pudiésemos rodarla", explica a RTVE.es Haifaa Al Mansour, de 37 años, casada con un diplomático estadounidense y residente en Baréin.

"Abrazo con mucho orgullo el ser la primera mujer saudí en hacer una película y espero a animar a las mujeres a creer en sí mismas y en perseguir sus metas porque es muy duro hacerlo en lugares como Arabia Saudí", confiesa la directora de cine. Mansour cree "muy bueno" y le llena de orgullo que le estén pasando cosas como que hace unos días, en un aeropuerto, se le acercara una mujer saudí totalmente cubierta por un burka y le dijera que estaba orgullosa de ella y que lo que estaba haciendo significaba mucho para ella.

La cultura saudí

Precisamente, con La bicicleta verde, su directora pretendía contar "una historia sobre el poder que pueden llegar a tener las mujeres, y la importancia de no rendirse y perseguir un sueño, y, a la vez, una historia sobre mi pueblo natal que fuera emotiva, conmovedora, cercana y también divertida y entretenida".

La película nos detalla cómo es el día a día de la mujer saudí, que tiene prohibido conducir y que no puede ir a trabajar si un día su chófer falta y no va a recogerla o cómo la mujer es educada con el único fin de conseguir un marido que se quiera casar con ella, y cuanto más joven, mejor.

Haifaa Al Mansour, que es la octava de doce hermanos y creció en una familia muy liberal que la envió a estudiar a la Universidad Americana de El Cairo, reconoce que habría sido "mucho más dífícil" el poder hacer esta película si residiese en Arabia Saudí y si no hubiese tenido la oportunidad de salir de su pequeño pueblo.

"Pero le debo mucho al haber nacido y vivido allí, porque eso me ha hecho la persona que soy ahora. Soy muy saudí en el fondo de mi corazón y eso me ha guiado mucho para hacer esta película. Por supuesto que he estado expuesta al pensamiento Occidental y eso me ha influido, pero eso me ha hecho reflexionar más sobre mi cultura y si no hubiese tenido ese pasado, por dentro estaría vacía y no tendría nada que proyectar fuera de mí", asegura.

La bicicleta verde, producida por la productora alemana Razor Films y un príncipe saudí, está teniendo un gran reconocimiento internacional y ha recibido ya varios premios, como el de mejor película de arte y ensayo en Venecia o el reciente a mejor producción internacional en el Festival de Cine de Los Ángeles.

Pero la película no puede verse en Arabia Saudí porque no hay salas, aunque Haifaa sueña en que algún día pueda verse allí porque el país "está cambiando y se está abriendo un espacio para el arte". Pese a ello, hay reacciones a la cinta en Arabia Saudí, con sentimientos encontrados: por un lado mucha gente que está "muy contenta y orgullosa" de su proyección internacional, y, por otro, la gente muy conservadora "que piensan que no está bien que haya una mujer que haga una película y que encima hable de los derechos de las mujeres porque estas tienen que estar en el ámbito privado de su hogar y no deben ser cineastas".

Rodando oculta en una furgoneta

Por todas estas razones, el rodaje, en un suburbio de Riad, fue especialmente complicado. Pese a tener todos los permisos necesarios, como la ley prohíbe que las mujeres sean vistas en público junto a los hombres o que ambos trabajen juntos en un espacio público, cuando se rodaba en exteriores Haifaa tenía que meterse dentro de una furgoneta, verlo a través de un monitor y dar las órdenes a gritos o a través de walkie-talkies.

"Fue muy difícil y muy frustrante porque quería estar allí con los actores, interactuar con ellos... Pero también tenía claro que eso era otro desafío que no me iba a parar. Si esa era la manera de hacer las cosas en Arabia Saudí, las hicimos para conseguir hacer la película".

Las dificultades también acompañaron al casting ya que es "muy difícil" el hacer un casting abierto en el país árabe y más si se trata de niñas. A Waad Mohammed (que interpreta a la niña protagonistas, de 10 años) no la encontraron hasta una semana antes de empezar el rodaje -para desesperación de los cuadriculados productores alemanes-, pero fue verla aparecer "con sus vaqueros, el pelo revuelto y sus auriculares escuchando a Justin Bieber, aunque no entendía inglés en absoluto, pero sí a Justin y sus canciones" y tener muy claro que "esa era Wadjda".

Para el papel de la madre, la elegida fue Reem Abdullah, una estrella de las telenovelas saudíes y que protagoniza una película por primera vez.

La influencia de Blancanieves

Cuando se le pregunta a Haifaa Al Mansour por cómo nació su afición al cine, cuenta divertida cómo su padre alquilaba películas orientales en los vídeoclubs de la cadena Blockbuster -las películas de artes marciales no están prohibidas, matiza- para intentar mantener calmada a su plebe de 12 hijos. Así que se vio todas las películas de Bruce Lee, Jackie Chan.., aunque "el momento más feliz de mi vida fue cuando vi Blancanieves".

El clásico de Disney le causó un "gran impacto" porque le permitió imaginar cómo era la vida de gente que se enamoraba, peleaba, tenía emociones... Ya de adulta, el cine de los hermanos Dardenne y del iraní Jafhar Panahi le han servido de inspiración para su primer largometraje -también ha realizado varios cortometrajes-.

La cineasta confía en que la sociedad de Arabia Saudí se vaya abriendo -"camina en la dirección adecuada, pero muy lentamente"- y anima a las mujeres saudíes a "creer en sí mismas y perseguir sus sueños". Además, quiere que su próximo proyecto cinematográfico -cuando consiga centrarse después de la gira mundial de La bicicleta verde- también cuente una historia de Arabia Saudí, de la gente joven de este país: "Es un país muy joven, con un 70% de población menor de 27 años, y quiero contar sus historias porque es un lugar sorprendente, con muchas contradicciones y mucho que contar".

Antes de despedirnos le preguntamos si se ve en la carrera a los Oscar con su película. Se ríe. "Es el sueño de cualquier cineasta", dice. El nuevo sueño que puede perseguir Haifaa Al Mansour. Su nueva bicicleta verde.