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Zuma visita a Mandela que se encuentra en estado crítico bajo respiración asistida

  • El presidente de Sudáfrica ha cancelado una visita a Mozambique este jueves
  • El arzobispo de Ciudad del Cabo ha ido a visitarle al hospital
  • Según la prensa local, la familia está dividida sobre el lugar de su entierro

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Expectación en Sudáfrica por el estado crítico de Mandela

El expresidente sudafricano Nelson Mandela, de 94 años, se encuentra bajo respiración asistida, según ha asegurado a última hora de la tarde este miércoles un jefe de su clan, Napilisi Mandela, al que cita France Presse. Mientras, el presidente Jacob Zuma ha visitado a Mandela en el hospital y ha confirmado que sigue en estado crítico con una infección pulmonar.

Mandela se encuentra hospitalizado por cuarto día, tras ser ingresado el pasado 8 de junio por la recaída de una infección pulmonar. El pronóstico de Madiba, como se le conoce popularmente en Sudáfrica, empeoró durante el pasado domingo.

Hasta ese momento, su estado había sido calificado de "grave pero estable" por los médicos. La Presidencia del Gobierno había asegurado que Mandela respondía bien al tratamiento, y miembros de la familia habían especulado con que sería dado de alto de forma inminente.

Sin embargo, la noticia del domingo ha enterrado completamente en Sudáfrica el optimismo sobre su recuperación. El arzobispo de Ciudad del Cabo, Thabo Makgoba, visitó este martes al expresidente en el hospital y realizó una oración por Mandela.  "Oramos por que tenga una noche tranquila y un final apacible y perfecto", dijo el arzobispo. A esta visita y a las  diarias de la familia se añadió también las de la ministra de Defensa,  Nosiviwe Mapisa-Nqakula y el exmédico personal de Madiba, Vejay Ramlakan.

La familia de Mandela se reunió este martes en la localidad suroriental de Qunu, donde creció el antiguo estadista, para discutir "asuntos delicados" de la familia.

El lugar en que debe ser enterrado

Según publica este miércoles el diario sudafricano The Star -que cita fuentes del clan Mandela-, la reunión sirvió para tratar el lugar en que debe ser enterrado el exactivista contra el régimen racista del "apartheid".

El expresidente sudafricano Nelson Mandela pasó hoy su tercer día hospitalizado en estado crítico, mientras su familia se reunió de urgencia para hablar de su salud en la localidad suroriental de Qunu, donde creció el antiguo estadista. El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, informó hoy en un comunicado de que el estado de Mandela "no ha cambiado" desde el domingo y sigue siendo, por lo tanto, "crítico".El hospital de Pretoria donde se encuentra es ya un lugar de peregrinaje.

De acuerdo con esa misma fuente,  la familia está dividida entre quienes son partidarios de que los restos de Madiba descansen en Qunu -donde Mandela tiene una casa- y los que prefieren enterrarle en Mvezo (sureste), donde nació el héroe sudafricano.

A la espera de noticias oficiales, la prensa local trata de arrojar luz sobre la situación del padre de la democracia multirracial sudafricana con informaciones del entorno de Mandela. Citando fuentes cercanas a la familia, el diario sudafricano The Citizen asegura este miércoles que Madiba respira de forma asistida, que el funcionamiento de sus riñones es muy bajo y que está sometido a diálisis renal periódicamente.

Según el periódico, los médicos habrían planteado a la familia la posibilidad de desconectar a Mandela de las máquinas que le mantienen con vida. Entretanto, la entrada del Medi-Clinic Heart Hospital de Pretoria, donde está ingresado el icono mundial de la igualdad racial, recibe una peregrinación constante de ciudadanos anónimos que dejan regalos, flores, mensajes y canciones de apoyo a Mandela.

Cuarta hospitalización

Nelson Mandela ha sido internado hasta en cuatro ocasiones desde el pasado mes de diciembre. Madiba contrajo los problemas respiratorios que padece de forma recurrente durante sus 27 años de detención en las cárceles del "apartheid", contra el que luchó durante casi siete décadas.

El primer presidente negro de Sudáfrica se ganó el aprecio de los sudafricanos y del mundo por su coraje a la hora de combatir el racismo institucionalizado impuesto por la minoría blanca.

Pero, sobre todo, por su nítida apuesta por la reconciliación y la convivencia en la transición modélica que encabezó junto al último presidente del "apartheid", Frederik De Klerk, lo que le valió a ambos el Premio Nobel de la Paz en 1993.