La cueva de Altamira pudo ser un "santuario" durante 20.000 años
- La cueva tenía un alto valor simbólico para los grupos humanos del Paleolítico
- Alguno de los signos encontrados en Altamira son más antiguos de lo que se pensaba
Una investigación de la revista Journal Archaeological Science, apunta que la cueva de Altamira fue morada durante más de 20.000 años de varios grupos humanos, que dejaron muestra de su arte simbólico, porque para ellos podría haber sido una especie de "santuario".
En la investigación, que la revista publicará en papel en unos días pero que adelanta en su versión en internet, se constata que la cueva estuvo habitada desde hace más de 35.000 años hasta que hace 15.000 un derrumbe cerró el acceso a la cavidad, quedando desde entonces aislada hasta su descubrimiento en el siglo XIX.
Según informa el Museo de Altamira en un comunicado, estos estudios demostrarían que la cueva de Santillana del Mar (Cantabria) cuenta con el más antiguo arte paleolítico que realizaron los primeros grupos de "Sapiens" que poblaron Europa y que llegaron a las regiones cantábricas.
E, incluso, se indica que esta investigación podría reflejar que alguno de los signos encontrados en Altamira son más antiguos de lo que se pensaba.
El artículo apunta el alto valor simbólico que Altamira tuvo para los grupos humanos del Paleolítico y la reutilización e integración progresiva de los símbolos en cada una de las fases en las que la cueva estuvo habitada y fue construido por sus moradores como "un santuario".
De este modo, se señala que Altamira pudo ser un lugar de referencia cultural, quizá esa especie de "santuario" o un lugar de reincidente visita y ocupación durante el Paleolítico.
Los moradores vivían bajo el bisonte
De acuerdo con las últimas excavaciones arqueológicas realizadas por los investigadores del Museo y tras las nuevas dataciones, se piensa que el lugar de la actividad diaria de los moradores de Altamira estaba muy próximo al gran techo -el del famoso bisonte-, ya que allí se concentran signos y figuras desde el principio y a lo largo de milenios.
Este último estudio ha sido realizado por un equipo multidisciplinar de químicos y arqueólogos de las Universidades de Bristol, Southampton, País Vasco y Barcelona, del Centro Nacional sobre la Evolución Humana de Burgos y del Museo de Altamira.
El trabajo inicial consistió en la datación por series de uranio de las costras de calcita que se formaron por encima y debajo de las figuras pintadas, lo que permite saber la cronología de éstas. Este método innovador no tiene las limitaciones que impone la prueba del carbono 14 AMS, que solo es aplicable a los motivos rupestres realizados con carbón.
Gracias al procedimiento de series del uranio no hay perjuicios para la conservación de las pinturas pues no hace falta extraer materia colorante de los signos y figuras, ya que basta un poco de calcita para proceder al análisis y a la datación.
El director del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira y coautor del articulo, José Antonio Lasheras, explica que el arte Paleolítico "no es el adorno de la cueva", sino la imagen que acompañaba los pensamientos e ideas importantes de sus moradores.