Al menos 36 muertos en Irak en atentados y operaciones policiales
- 761 iraquíes han muerto a lo largo del mes de junio
- El país continúa con la escalada de violencia
Al menos 36 personas han muerto este lunes y otras 39 resultaron heridas en una serie de atentados y operaciones de la policía contra grupos armados en Irak, según han informado fuentes de seguridad.
Ataques, operaciones militares y atentados suicidas
Las fuerzas policiales han puesto en marcha un dispositivo para perseguir a grupos armados en la zona de Al Yazira, al suroeste de la ciudad de Mosul, a 400 kilómetros al norte de Bagdad.
En la operación han fallecido diez de los hombres que estaban siendo buscados, incluidos dos saudíes, mientras que dos policías iraquíes han perdido la vida y otros cuatro resultaron heridos.
En un suceso similar en la provincia oriental de Diyala, las fuerzas iraquíes se han enfrentado a grupos armados, lo que ha causado la muerte de dos líderes de esas bandas y la detención de 21 personas acusadas de terrorismo y buscadas por los servicios de seguridad.
Por otra parte, un ataque suicida contra un funeral ha causado nueve muertos y 25 heridos en Diyala, mientras que cinco personas han muerto y diez han resultado heridas en otro atentado suicida contra un café al norte de Baquba, la capital de esa provincia.
Previamente, hombres armados disfrazados de policías iraquíes irrumpieron en varias casas en un pueblo al norte de Bagdad, secuestraron a ocho personas y las asesinaron.
Continúa el repunte de la violencia
Irak vive actualmente un repunte de la violencia con numerosos atentados, especialmente contra las fuerzas del orden y chiíes.
Un total de 761 iraquíes han muerto y otros 1.771 han resultado heridos en acciones violentas en Irak a lo largo del mes de junio, un descenso cercano al 25 % respecto a mayo, según cifras facilitadas hoy por la ONU.
El pasado mes de mayo fue el más sangriento en Irak, con la muerte de 1.045 personas en actos de violencia.
Además, Irak se halla inmerso en una grave crisis política y de seguridad, agudizada por las protestas de la minoría suní contra el Gobierno del primer ministro, el chií Nuri al Maliki, al considerar que las provincias suníes son discriminadas.
Bajo la presión del creciente número de víctimas mortales y de las provincias suníes que le instan a una reforma federal del Estado, Al Maliki anunció el pasado 20 de mayo una profunda reforma en su estrategia de seguridad.