Rousseff propone formalmente al Congreso el plebiscito para abordar la reforma política
- El Gobierno sugiere cambios en la ley de partidos o el reparto de escaños
- Las cámaras solo contarán con unos tres meses para convocar el plebiscito
- Es una propuesta que solo será efectiva tras la ratificación del Parlamento
El Gobierno de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ha pedido hoy formalmente al Congreso que convoque un plebiscito para abrir una reforma política, iniciativa que propuso recientemente para afrontar la oleada de protestas sociales.
Según informaron fuentes oficiales, Rouseff ha sugerido que la consulta aborde la financiación de las campañas, el sistema electoral, las suplencias de parlamentarios, las coaliciones de fuerzas políticas y el voto secreto en las cámaras.
La solicitud fue entregada a las autoridades parlamentarias por el vicepresidente, Michel Temer, y el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, quienes subrayaron que es sólo una "propuesta", pues tanto el contenido del plebiscito como su propia convocatoria son atribuciones del Parlamento.
Consulta social en cinco puntos
El Gobierno sugiere consultar a la sociedad sobre si la financiación de los partidos y sus campañas debe ser solamente pública, privada o, como ocurre actualmente, mixta.
En relación con el sistema electoral, propone si se debe mantener o no el actual régimen de representación proporcional en las cámaras, mediante el cual los escaños se distribuyen en función de los votos recibidos por cada partido político.
La tercera propuesta incluye que se pregunte a los electores si se deben mantener los suplentes de diputados y senadores, que sólo asumen sus escaños en los casos en que el titular renuncia, se toma una licencia, es destituido o fallece.
Rousseff también ha sugerido que en el plebiscito se plantee una nueva reglamentación de las coaliciones de partidos y se pregunte si se debe eliminar el voto secreto en las decisiones parlamentarias.
Respuesta a las protestas
En esos cinco puntos Rousseff ha recogido muchas de las demandas de lo que ha calificado como "la voz de las calles", en cuyas manifestaciones desde el pasado 10 de junio se ha pedido una reforma política que ponga freno a la corrupción y aporte una mayor transparencia a la actividad legislativa.
El presidente de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves, ha calificado la propuesta de "respetuosa", pues el Gobierno "ha dejado la mayor parte del asunto en manos de los parlamentarios".
Alves ha negado que la sugerencia de Rousseff puede ser interpretada como una "intromisión" del Ejecutivo en el Legislativo, y dijo que, por la forma en que ha sido presentada, se preserva el derecho constitucional del Parlamento a deliberar sobre el asunto.
La intención del Gobierno brasileño es que ese plebiscito sea convocado a la mayor brevedad y que la reforma política esté en vigor para las elecciones presidenciales y legislativas de octubre de 2014 ya que cualquier alteración de las normas electorales en Brasil debe ser aprobada por el Parlamento un año antes de los comicios, según la legislación vigente.
De ese modo, las cámaras sólo contarán con poco más de tres meses para convocar el plebiscito, discutir el resultado y legislar sobre una reforma que debaten sin éxito desde hace quince años.