China acusa a directivos de la farmacéutica GSK de sobornos y fraude fiscal
- El Ministerio de Seguridad asegura que habrían confesado
- Ofrecían sobornos para ampliar el mercado y subir precios
- El Wall Street Journal reveló una investigación interna
El Ministerio de Seguridad Pública de China ha afirmado este jueves que algunos directivos de la filial china de la compañía farmacéutica británica GlaxoSmithKline (GSK) han confesado graves delitos económicos tras ser interrogados por la Policía.
En un comunicado, el ministerio ha acusado a los sospechosos de ofrecer "grandes sobornos" a funcionarios del Gobierno chino, asociaciones y fundaciones médicas, hospitales y médicos "con el objetivo de ampliar el mercado de la compañía y subir los precios de sus medicinas". Los sobornos se habrían realizado "mediante agencias de viajes o a través del patrocinio de proyectos", según el texto.
Además, la filial china de GSK habría llevado a cabo maniobras para evadir el pago de impuestos como el cobro ilegal mediante la emisión de facturas falsas.
El comunicado no especifica a cuántos directivos se ha interrogado ni su identidad.
"Se cree que los delitos se han cometido durante un tiempo, con la participación de un gran número de personas y cantidades significativas de dinero", indica la nota.
La operación se basa en una investigación conjunta entre las fuerzas de seguridad de la municipalidad de Shanghai y las de las provincias de Hunan y Henan (centro del país). La farmacéutica tiene un centro de investigación y desarrollo en Shanghai y otros seis puntos de fabricación en el gigante asiático, en los que ha invertido más de 500 millones de dólares (384 millones de euros).
Investigación interna
En junio pasado el diario Wall Street Journal reveló que la multinacional británica, que cotiza en las bolsas de Londres y Nueva York, estaba haciendo una investigación interna al ser advertida por un informante anónimo de los sobornos en el país.
El personal de ventas de GSK, según esa acusación, podría haber estado sobornando a médicos en el país oriental para que recetasen medicamentos de la compañía, al menos entre 2004 y 2010, aunque la empresa aseguró después que no había encontrado ninguna prueba de sobornos o corrupción.
El jefe de su centro de I+D de Shanghái, Zang Jiangwu, fue despedido poco después, en junio, según GSK, porque en un informe científico, firmado por él entre otras personas, había datos "distorsionados".
El año pasado GSK acordó con el Departamento de Justicia de Estados Unidos pagar una multa de 3.000 millones de dólares (2.300 millones de euros) por falsear u ocultar información sobre tres medicamentos y por sobornar a médicos en 2003 para que recetaran uno de sus fármacos.
El Departamento de Justicia estadounidense también inició en 2010 una investigación contra GSK y otras firmas farmacéuticas que cotizan en su país por presuntas violaciones de la Ley Estadounidense de Prácticas Corruptas en el Extranjero, aunque la investigación todavía no ha concluido.