EE.UU. seguirá adelante con la entrega a Egipto de cazas militares pese al golpe de estado
- Forma parte de un acuerdo para la venta de 20 aviones militares
- Washington no ha calificado aún si lo ocurrido es un golpe militar
- De calificarlo así, tendría que suspender la ayuda militar
El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado que no suspenderá de momento su ayuda militar a Egipto pese al golpe de estado, y ha indicado que está a la espera de revisar más a fondo la inestable situación en el país árabe. De hecho, Washington ha señalado que se tomará su tiempo antes de decidir si califica lo ocurrido en Egipto como un 'golpe de Estado', si bien ha reconocido que teme que la inestabilidad en el país se extienda más allá de sus fronteras.
EE.UU. sigue adelante con planes de entregar cuatro aviones de combate F-16 a Egipto, que forman parte de un plan de venta más grande que incluye otros de 20 aviones de combate y de los cuales ocho ya fueron enviados a Egipto en enero. Otros ochos deberían ser enviados a finales de este año.
Esta ayuda militar, que asciende a unos 1.500 millones de dólares anuales, tendría que ser suspendida conforme a la ley estadounidense si se decide calificar lo sucedido como golpe de Estado. Sin embargo, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, ya desaconsejó desaconsejado "pronunciarse innecesariamente rápido" sobre la suspensión de la ayuda militar a Egipto, al tiempo que ha rehusado definir la destitución del presidente Mohamed Morsi como un golpe de Estado.
Calificarlo o no como golpe de Estado
Una semana después del derrocamiento del presidente Mohamed Morsi, la Casa Blanca aún no ha decidido si lo considera un golpe, una determinación que le obligaría por ley a suspender la ayuda a Egipto. "Estamos evaluando la forma en que las autoridades responden y manejan la situación actual", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, en su conferencia de prensa diaria.
"Nos tomaremos nuestro tiempo, el tiempo necesario para hacer las determinaciones relativas a lo que ocurrió la semana pasada en el cambio de liderazgo, la pérdida de poder del presidente Morsi", ha agregado.
Sin hacer comentarios sobre esa información, Carney ha reiterado que Estados Unidos cree que "no debe cambiar apresuradamente" sus "programas de ayuda" a Egipto. El portavoz reconoció, no obstante, que al Gobierno de Barack Obama le "preocupa" la posibilidad de que la inestabilidad en Egipto traspase las fronteras e impacte a toda la región.
"No hay salidas positivas posibles a una crisis violenta continuada en Egipto", ha subrayado. Por su parte, la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, se mostró "cautelosamente optimista" ante la elección del economista liberal Hazem al Beblaui como jefe de Gobierno durante el periodo de transición en Egipto.
Estados Unidos cree que Morsi fue "arbitrariamente detenido", pero no pide su liberación porque la situación en Egipto es "difícil y única", aseguró Psaki. "(Morsi) fue democráticamente elegido, pero 22 millones de personas en el país protestaron sobre la forma en la que estaba gobernando. Esa es una circunstancia única. Y no corresponde a EEUU juzgar lo que están diciendo los egipcios", ha comentado Psaki.
Israel pidió que no suspenda la ayuda a Egipto
Por su parte, Israel ha pedido a Washington que no recorte la ayuda militar que concede a Egipto anualmente, y que asciende a 1.300 millones de dólares, en respuesta al derrocamiento del régimen de Mohamed Mursi, según informó hace unos días el diario israelí Haaretz.
La petición fue presentada la semana pasada a través de varias vías, dijo una fuente de elevado rango de la Administración estadounidense citada por el rotativo. Desde que el Ejército egipcio suspendió a Morsi en sus funciones y lo sustituyó por Adli Mansur, presidente del Tribunal Constitucional, el gobierno israelí ha estado en permanente contacto con Washington para evaluar la situación en el país vecino y el impacto de la rebelión para la seguridad de Israel.
Según publicó Haaretz, que no identificó a su fuente, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, habló por teléfono con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, mientras que el titular de Defensa israelí, Moshé Yaalón, hizo lo propio con su colega estadounidense, Chuck Hagel.