El Parlamento irlandés aprueba el riesgo de suicidio de la madre como motivo para abortar
- El debate en la Cámara Baja causa un cisma en el partido del primer ministro
- El nuevo supuesto se incluirá en la ley que entrará en vigor el 18 de julio
- Los críticos de la medida dicen que se abre la puerta a "abortos a la carta"
El Gobierno irlandés ha dado un paso casi definitivo hacia la aprobación de su nueva y controvertida ley del aborto, después de que la Cámara Baja (Dáil) haya aceptado en la madrugada de este jueves incluir la amenaza de suicidio de la madre como uno de los motivos aceptados para interrumpir el embarazo.
Con 138 sufragios a favor y 24 en contra, el Ejecutivo de coalición entre el conservador Fine Gael (FG) y los laboristas ha sacado adelante esta controvertida sección de la legislación, a la que se opusieron algunos miembros de la formación mayoritaria y puso en evidencia la división que provoca este asunto en un país profundamente católico.
En la actualidad, el aborto es ilegal en Irlanda menos cuando la vida de la madre está en riesgo, pero la decisión final está sujeto a la interpretación de los médicos, que normalmente tienden a negarse a interrumpir embarazos por miedo a consecuencias legales o por convicciones religiosas en un país mayoritariamente católico.
La nueva ley, que entrará en vigor antes del próximo 18 de julio, sustituirá a la normativa actual, que permite interrupciones del embarazo en circunstancias muy limitadas siguiendo directrices muy vagas recogidas en la Constitución.
Debate hasta bien entrada la madrugada
Los diputados del Dáil emplearon toda la jornada del miércoles y parte de la madrugada del jueves en debatir una fracción de las 165 enmiendas -cada una de las cuales debe ser votada- que se han presentado durante la última semana para modificar la ley, entre ellas la que pedía no incluir la amenaza de suicidio como motivo para abortar.
Con esta victoria parcial para el Gobierno -tras un maratoniano y acalorado debate que se prolongó hasta las seis de la mañana (hora española) de este jueves-, el presidente de la sala decidió posponer el resto de las votaciones hasta las 17 horas de este jueves, aunque se espera que todas sean favorables a la coalición gubernamental.
Aunque el Ejecutivo ya confiaba en aprobar la cláusula del suicidio gracias a su mayoría, ha tratado a toda costa de evitar un cisma en sus filas, después de que algún miembro del FG adelantara que votaría en contra, incluida la ministra para Asuntos Europeos, Lucinda Creighton.
Al final, Creighton se ha decantado del lado del partido, mientras que cinco compañeros lo hicieron en contra, por lo que se enfrentan ahora a la expulsión de la formación, según ha advertido el primer ministro, el democristiano Enda Kenny.
"El aborto nunca puede convertirse en un tratamiento médico"
Durante el debate, la ministra Creighton insistió en que el aborto "nunca puede convertirse" en un "tratamiento médico" para las embarazadas que pidan la interrupción del embarazo porque tengan tendencias suicidas.
Por eso, pidió que para estos casos se ofrezcan "terapias alternativas" antes de llegar a la decisión de practicar un aborto.
A este respecto, el ministro de Salud, James Reilly, reconoció que el aborto no debe ser nunca "un tratamiento" contra el suicidio, como tampoco lo es "el asesoramiento, la psicoterapia, los antidepresivos o cualquier otra cosa". Y reiteró que la nueva legislación solo aspira a "proteger la vida", tanto de la madre como del "no nacido".
El primer ministro reconoció que este es un asunto "delicado y difícil para la ciudadanía", al tiempo que reiteró que la nueva legislación "no cambia la ley o los derechos". "Se trata de ofrecer claridad y certeza sobre los derechos constitucionales de las mujeres irlandesas, su derecho a la interrupción del embarazo en circunstancias muy específicas cuando existe un riesgo sustancial y real para la vida de la madre", dijo Enda Kenny.
Dos médicos deberán certificar el riesgo en casos no urgentes
El texto de la nueva ley propone que las interrupciones del embarazo en casos no considerados "de urgencia" se practiquen en unidades de Ginecología del servicio público de salud, después de que dos médicos certifiquen que existe un "riesgo sustancial y real" para la vida de la madre.
Si se trata de una emergencia, un solo médico podrá decidir si es necesario practicar un aborto para salvar la vida de la embarazada.
No obstante, los médicos irlandeses podrán negarse a practicar un aborto por "objeción de conciencia", si bien el hospital estará obligado a ofrecer la interrupción del embarazo en casos pertinentes.
Pero la inclusión de la amenaza de suicidio como motivo para abortar es la cláusula que más preocupa a algunos conservadores, pues creen que abrirá la puerta en Irlanda a lo denominan "abortos a la carta".
A este respecto, el proyecto de ley propone que un comité de tres expertos, compuesto por dos psiquiatras y un obstétrico, evalúe a través de un historial y entrevistas el estado de salud físico y mental de la madre, quien no será interrogada por los tres a la vez, tal y como querían los laboristas, para evitar dar un aire inquisitorial al proceso.
Si los expertos dan luz verde, será la madre la que decida seguir adelante con una interrupción. Sin embargo, si su petición de aborto es denegada, la mujer será la única que podrá apelar ante otra instancia médica compuesta por otros tres especialistas.